La princesa de La Almoloya pudo morir con aproximadamente 24 años de edad y presumiblemente como consecuencia de una neumonía con daños en la pleura pulmonar. Junto a ella en la tumba se localizaba el cuerpo de un hombre de poca más edad. Ambos encogidos en una vasija con medidas perfectas. En el interior de la misma, más de 30 objetos entre armas, utensilios y abalorios pertenecientes a ambos, incluyendo la diadema de la princesa. Una tumba que contiene más de 220 gramos de plata y que, dado a las características de cómo se encontraban los cuerpos enterrados y la gran cantidad de riquezas que se encontraron junto a ellos la convierten en la única tumba argárica de estas características localizada en España.

La tumba principesca, la número 38, fue encontrada en un espacio específico del que ha sido nombrado como el primer parlamento de Europa. Ha resistido a los saqueos, a la climatología, al tiempo, pero no ha podido sucumbir ante el hecho de que la separen del conjunto de los restos localizados en las distintas campañas de excavación desarrolladas desde 2013 por el equipo de investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona, responsables del Proyecto de La Bastida.

La dirección general de Patrimonio, con su responsable a la cabeza, no cambia de parecer, la tumba principesca del yacimiento de La Almoloya quedaría expuesta en el Museo Arqueológico de Murcia y, el resto del conjunto histórico se expondría en el Museo de la Ciudad de Mula a pesar de que los investigadores, los proyectos expositivos y un sinfín de expertos y técnicos en patrimonio aconsejan que los restos no se pueden separar y que debe haber un criterio de unidad en toda la colección.

La importancia de que los restos al completo, incluyendo la tumba principesca, se encuentren unidos garantiza el conjunto expositivo para comprender la importancia de La Almoloya. Además, el hecho de situarse en el Museo de la Ciudad de Mula, a escasos kilómetros del yacimiento, ofrecen nuevas oportunidades a los municipios de Pliego y Mula.

Es por este motivo por el que se ha constituido una plataforma ciudadana 'La princesa se queda en Sierra Espuña', que ha sido capaz de unir a ciudadanos de Mula, Pliego y Totana, donde se encuentra La Bastida, una de las ciudades más importantes de esa época, para hacer frente común y conseguir crear una ruta argárica que incluya a los tres municipios. La plataforma se encuentra en estos momentos con la recogida de firmas y han solicitado una entrevista con la consejera de Cultura, Miriam Guardiola, para conseguir que finalmente los restos no sean separados ya que el museo de Mula cuenta con todas las garantías de seguridad para que la tumba se exponga allí, uno de los motivos que la Comunidad alega para dejarla en Murcia.

Porque, ¿tendría sentido separar el busto de Adriano de Los Torrejones en Yecla y el Cipo Funerario de los Jinetes de Coimbra del Barranco Ancho en Jumilla? Entonces tampoco tendría sentido separar la tumba principesca de La Almoloya. Es más, el Museo de la Ciudad de Mula cuenta en una de sus salas expositivas con el colgante de pecten de Cueva Antón, perteneciente al Paleolítico Medio del que hay expuesta una réplica en el Museo de la Evolución Humana de Atapuerca, dado que en ningún momento se pensó trasladar el original fuera de su zona de localización.

El valor de La Almoloya

La Almoloya sigue descubriéndose como un yacimiento de vital importancia para conocer la Edad de Bronce y la cultura argárica. Allí se encuentra la primera ciudad planificada urbanísticamente en la Europa Occidental. Se estima que habitaron La Almoloya en su época de mayor apogeo entre 200 y 250 personas, destacando talleres destinados a la siderurgia, talleres textiles, molienda y almacenamiento de cereal e incluso la existencia de cisternas de agua en la parte más alta.