La Cruz Roja está próxima a agotar los fondos con los que atiende a damnificados por los terremotos que afectaron a Lorca en 2011, de los que están a punto de cumplirse seis años, y con los que ha trabajado desde entonces para paliar las consecuencias sociales que causó la catástrofe.

La presidenta de la entidad en Lorca, Concepción Canales, confirmó ayer que, de los 3,5 millones de euros que la ONG consiguió reunir en una campaña nacional de donaciones para la ciudad tras los seísmos, solo restan en sus cuentas 172.000 euros, por lo que necesitan otros 300.000 euros para terminar el año. No obstante, se muestra optimista y confía en que de aquí a final de año habrán recaudado el dinero que necesitan con proyectos como la campaña que se va a poner en marcha del Sorteo del Oro, en la que espera la participación de todos los lorquinos, la venta de lotería fraccionada y sobre todo «la solidaridad de la gente».

Según explicó, Cruz Roja ha realizado 55.355 intervenciones durante estos seis años, y ha prestado su colaboración a una media anual de 945 personas, con 1.193 beneficiarios indirectos también de media por año. El saldo pendiente de consumir será gastado en el programa de Cobertura de Necesidades Básicas (132.500 euros) dirigidos a pagar enseres, alimentación, vestuario, medicamentos, adaptación o reparación de carácter urgente de la vivienda y gastos de alojamiento temporal y al Plan de Empleo (40.300 euros). Canales dijo que la organización intentará conseguir nuevas vías de financiación, aunque ha reconocido que Cruz Roja «necesita la ayuda de todos» para mantener el proyecto y advirtió de que en caso contrario «y es solo un ejemplo, más de un centenar de niños se pueden quedar sin escuela de verano».

La presidenta de la ONG aspira a recibir fondos del IRPF este año, procedentes de la X Solidaria y recordó que Cruz Roja tuvo una importante actuación en el momento de emergencia tras los seísmos, por lo que recordó que su institución «es siempre la primera entidad en llegar a este tipo de situaciones y la última en marcharse». También afirmó que su misión en la ciudad permanecerá «con o sin financiación».