Los vecinos de las pedanías de Balsicas, San Cayetano, Los Infiernos y Gea y Truyols está dispuestos a hacer lo que sea para impedir que su párroco, Juan Antonio Costa, sea trasladado por orden del Obispado a su nuevo destino: Santomera. Los fieles no quieren que, a partir del 1 de septiembre, el cura que ha oficiado las eucaristías, bodas, bautizos y comuniones abandone las parroquias en las que ha permanecido durante años.

Por este motivo, se han movilizado y planean manifestarse este próximo domingo en la iglesia de Balsicas para mostrarle todo su apoyo al sacerdote que, según los vecinos, tampoco tiene demasiadas ganas de marcharse al que, en menos de un mes, y si nadie lo impide, será su nuevo hogar.

La movilización empezó ayer con la recogida de firmas casa por casa con el fin de entregarlas al Obispado. Así, miles de personas prometen no dejar correr esta decisión, que ha caído como un jarro de agua fría entre los fieles. Algunos ya piensan en tomar otras medidas más drásticas para hacerse oír. "Si se va Juan Antonio, no dejaremos que nadie más oficie misa en Balsicas. Hasta los vecinos de San Cayetano están dispuestos a cortar la autovía en forma de protesta", dice Pepe Meroño, uno de los encargados de organizar la movilización. "Con este traslado se divide una parroquia que siempre ha estado unida y nos quitan a un cura con el que estamos a gusto en todos los pueblos de la zona", lamentan los vecinos, que señalan que "los nuevos nombramientos se firmaron unos días antes de tomar posesión el nuevo obispo, aprovechando además que desde abril hasta el 1 de agosto había un vacío de poder en la Diócesis".