Aprender en las mejores manos

El programa de conducción de Volkswagen cumple dos décadas actualizándose continuamente y siempre con el objetivo de cero accidentes

Volkswagen Driving Experience.

Volkswagen Driving Experience.

La Opinión

La Opinión

Lo que empezó allá por 2003 para formación de la red comercial se ha convertido en una experiencia por la que ya han pasado más de 33.000 personas dos décadas después. Volkswagen Driving Experience se ha convertido en una de las escuelas de conducción más importantes de nuestro país con cursos sobre asfalto, nieve y tierra, enfocados tanto a conductores más experimentados como a nóveles y con un objetivo claro: reducir los accidentes de tráfico.

Uno de sus puntos fuertes es que su programa de cursos se han ido adaptando a medida que la tecnología se ha sumado a los vehículos de producción, así encontramos la Escuela R más deportiva aparecida en 2014 o los cursos específicos para eléctricos con la llegada del modelo ID.3 en 2020, además de las experiencias en nieve y hielo con las versiones 4Motion. Y todo con instructores profesionales como Luis Moya, bicampeón del mundo de rallyes y embajador de Volkswagen.

Y para conmemorar estos 20 años de enseñanza, la marca nos invitó hace unos días al Circuito del Jarama para pasar una jornada inolvidable a los mandos de los Golf R 20 aniversario -de nada menos que 333 CV- y T-Roc R -de 300 CV- en unas tandas guiadas en el circuito, donde los experimentados instructores nos ‘sacaron los colores’ al señalar todas nuestras carencias al volante -es realmente difícil ir rápido y trazar limpio sin hacer ‘chillar’ las ruedas-. Mientras que con el Golf R se tapaban muchos de nuestros fallos porque va literalmente pegado al asfalto, con el T-Roc R la cosa cambiaba al tener un centro de gravedad ligeramente más alto -aunque hemos de reconocer que nos divertimos incluso más al hacernos trabajar más al volante-. También pudimos pisar el trazado madrileño con un Arteon Shooting Brake híbrido enchufable, un verdadero devorador de kilómetros que no le hace ascos a una conducción deportiva; y un ID.4, una delicia también este último gracias a la instantánea aceleración que proporciona su motor 100 % eléctrico -ojo con la versión GTX que coloca al ID.4 en casi los 300 CV-. También disfrutamos como nunca en la típica pista de conos con un Polo GTi de 200 CV, que ya nos hubiéramos llevado a casa por sus sensaciones, y nos dejaron boquiabiertos los Tiguan Allspace -7 plazas- y Touareg en un rebuscado itinerario de tierra que parecía estar más bien orientado a un Jeep Wrangler: descenso de pendientes, cruce de puentes e incluso pasar una vaguada con más de medio metro de agua... Y, como no podía ser de otra forma, las ayudas electrónicas al volante, una de las señas de identidad del fabricante alemán, también estuvieron presentes con pruebas como el aparcamiento autónomo -una gozada con el ID.3, que memoriza una posición y puede volver a ella por sí solo bajo nuestra supervisión-, o el seguimiento del coche precedente -muy útil no solo en atascos sino también en conducción por carretera abierta al seguir a distancia al vehículo de delante-.

Una jornada para recordar y en la que nos llevamos mucho aprendizaje: da igual que seamos veteranos al volante, los monitores siempre nos van a descubrir detalles para que nuestros trayectos discurran con la máxima seguridad.