En pleno proceso de electrificación del sector del automóvil hablar de las virtudes de los motores de combustión es meterse en un charco. Y me refiero a un charco muy hondo. Los petrol head se han convertido en auténticos proscritos en una nueva movilidad en la que no hablar en clave eléctrica te convierte en el «enemigo público número uno». Aunque hay excepciones. Y el Cupra Formentor VZ 5 es la más clara.

La joven firma española ha querido dejar claro cuales son los principios básicos sobre los que se asienta su gama con la versión más exclusiva y prestacional de su gama. Para ello, ha escogido al primer modelo desarrollado 100% bajo la esencia Cupra, el Formentor, y han colocado en su vano motor una propulsor de 5 cilindros de 390 CV de potencia y 480 Nm de par, alimentado únicamente por gasolina. Y nada más. Ni hibridación, ni apoyo eléctrico, ni batería recargable ni nada similar. Combustión pura. Un caballaje gestionado por una caja de cambios DSG de 7 relaciones, y que le dota de unas prestaciones de vértigo: 250 km/h de velocidad máxima y 4,2 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h.

Si bien es verdad que el VZ5 -VZ de «veloz» y 5 por su número de cilindros- es una «rara avis» en el panorama actual, y que en Cupra tienen muy claro que el futuro del automóvil pasa por la electrificación, esta espectacular versión de este SUV coupé es un claro homenaje a los orígenes del automovilismo deportivo dirigida a los más puristas. Y es que, tan sólo 7.000 usuarios podrán disfrutar de este modelo de producción limitada cuya llegada al mercado se espera para finales de este mismo año, a un precio aún por determinar. 

Los afortunados que consigan acceder a una de estas unidades disfrutarán además de un tratamiento estético específico que incluye paragolpes de diseño propio con inserciones en fibra de carbono, llantas de 20 pulgadas y frenos delanteros Akebono con pinzas de 6 pistones en color cobre, misma tonalidad que se emplea en las dos doble salidas de escape laterales dispuestas verticalmente. A nivel dinámico, y para asimilar los casi 400 CV de su motor, el VZ5 recurre al chasis adaptativo con 15 niveles de ajuste, una suspensión específica rebajada en 10 mm, la tracción total 4Drive, la tecnología de control de par «Torque Splitter» e incluso un divertido modo de conducción «Drift» con el que disfrutar del derrapaje, siempre y cuando estemos en un circuito cerrado.