Rodar con el Audi RS e-tron GT en un circuito es algo que no se olvida, y menos si sabes que eres de las primeras personas que lo han hecho en todo el mundo. Los cursos de conducción Audi driving experience arrancaron este año a nivel mundial en España, con la novedad de contar con el buque insignia eléctrico de Audi como uno de sus vehículos de pruebas, un hecho que nos permitió ser de las primeras personas en todo el planeta en poder disfrutar de sus radicales prestaciones en un trazado profesional.

Fuertes SENSACIONES

Más concretamente, la temporada de la Audi driving experience se inauguró a nivel global el pasado 15 de mayo en el Circuito del Jarama con su modalidad Sportscar, el curso de conducción más prestacional de toda la oferta del constructor alemán. Una cita que se repetirá del 26 al 28 de mayo en el Circuito de Montmeló. Más tarde tendrán lugar los cursos Performance, ideales para los que buscan familiarizarse con las técnicas de conducción que permiten sacar el máximo partido a las prestaciones de su vehículo, del 23 al 25 de septiembre en Ascari (Málaga). Y finalmente los cursos Progressive se realizarán en el Circuito de Los Arcos (Navarra) los días 14 y 15 de octubre.

Fuertes SENSACIONES

Los dos primeros cursos se imparten con los coches más potentes de la gama Audi, es decir, el RS e-tron GT y el R8 Coupé V10. En las modalidades Performance y Progressive también se tendrá acceso al gran turismo eléctrico en su versión estándar junto a otros como el R8 Coupé, el TT Coupé, el RS Q8, el RS 7 Sportback, el RS 5 Sportback, el RS 4 Avant o el e-tron Sportback.

Fuertes SENSACIONES

El curso Sportscar tienen un precio de 550 euros para los clientes de Audi, y de 650 euros para el resto de participantes; los precios de la modalidad Performance son de 420 y 340 euros, respectivamente. En el caso de los Progressive, oscilan entre los 200 euros (cliente) y los 240 euros (no cliente).

Fuertes SENSACIONES

Un auténtico rayo

La primera prueba de los cursos de conducción de Audi consistió en una prueba de aceleración y precisión de frenada, en la que debíamos acelerar al máximo y unos pocos de cientos metros más tarde pisar a fondo el freno para dejar el coche entre un estrecho hueco de conos.

Fuertes SENSACIONES

El Audi RS e-tron GT nos dejó literalmente sin palabras. Jamás habíamos experimentado una aceleración como esa; no tanto por su potencia, sino por la entrega inmediata de par. Apretar el acelerador a fondo y experimentar al instante sobre tu cuello 830 Nm que dejan el casco literalmente pegado al reposacabezas como si llevase velcro, es una sensación sencillamente indescriptible. Habíamos conducido y montado antes en coches más rápidos y potentes, pero nunca tan reactivos desde parado.

Pocas oportunidades tenemos de entrar con un coche eléctrico de grandes prestaciones en un circuito y cuando se presentan hay que aprovecharlas al máximo y de la mano de la Audi driving experience el éxito está asegurado. A los que nos gustan los coches poder probar las dos versiones más deportivas de la marca – RS e-tron GT y el R8, cada una con más de 600 CV - en un circuito tan legendario como es el Jarama es un auténtico lujo.

Lejos de hacer una comparación entre estos dos vehículos que nos entusiasmaron y que desprenden sensaciones diferentes pero que comparten la adrenalina, nos centramos en el comportamiento sobre el asfalto del nuevo e-tron GT más allá de su diseño. Extraña positivamente acelerar de 0-100 en 3,3 s, sin el mínimo ruido, y su imponente frenada. Su paso por curva también es excepcional, con un agarre sublime.

El modelo de «acceso» a la gama e-tron GT monta dos motores de 238 CV y 435 CV para entregar un total de 476 CV y 630 Nm de par máximo, el RS e-tron GT incorpora un propulsor trasero de 456 CV además del delantero de 238, ofreciendo un rendimiento que alcanza los 598 caballos y un par máximo de 830 Nm. El Launch Control ofrece picos de potencia en modo boost de 646 CV durante 2,5 segundos.

EXUBERANCIA EN SILENCIO

Impresionados por el rendimiento del espectacular Audi eTron GT en nuestro contacto con él por carreteras abiertas, esperábamos ansiosos la posibilidad de probarlo en un circuito para llevarle a unos límites que, en esas carreteras no sólo es imposible, sino que nos hubiesen costado una pena de cárcel. Así, y con su tradicional manera de hacer bien las cosas, Audi nos proponía asistir a su curso de conducción más avanzado, el Sportscar, dentro de sus Driving experience, que este año se estrenaba a nivel europeo en el madrileño circuito del Jarama. Además, tendríamos a los fantásticos R8 V10 Plus, para poder compararlos y, como guinda del pastel, contábamos con Luis Villamill –varias veces campeón de España y Europa de turismos, “zorro viejo” del automovilismo nacional y, sin duda, uno de los mejores pilotos europeos de turismos- como monitor.

Siempre digo que no es bueno ser amigo de tu “fisio”, puesto que pondrá mucho interés en que te cures lo mejor y más rápido posible, claro que, a fuerza de hacerte más daño y sufrir más. Pues algo así me pasa con el “Villano” –cariñoso apodo con el que sus amigos conocemos al bueno de Luis-. Así, comenzamos con los R8, que ya conocíamos bien, su equilibrio es tal que aleja mucho los límites de sus 620 CV, con lo que el ritmo es infernal, pero con una pasmosa facilidad y sensación de seguridad. Seguir las trazadas de Luis en el Jarama es como hacer música, todo sale hilado, suave, fácil y bien, claro que muy, muy rápido –vimos 240 km/h en su velocímetro-.

Pasar de los 1.670 kg del R8 a los 2.422 del eTron GT RS es casi traumático en un circuito tan técnico y virado como el Jarama, Luis nos tranquiliza por el walkie: “Hay mucho más peso, así que hay que ser más conservadores en las frenadas y entrada a curva, pero no os preocupéis, lo recuperaremos con su tremenda aceleración”. Dicho y hecho, dos vueltas bastan para comprender que pese a sus cinco metros y casi dos toneladas y media, el eTron GT es fácil de llevar a un ritmo de locos –aquí llegamos a ver 215 km/h-, cambiando el peso con nobleza e inscribiéndose en los ángulos con mucho aplomo. Aunque es tontería apurar frenadas o afilar las curvas, puesto que, con lo que acelera, basta con pisar a fondo, cuando las ruedas estén rectas –si no, el control de estabilidad reducirá la potencia y todo quedará en una sacudida, a modo de regañina al descuidado conductor-, para que nos impulse hasta la próxima curva a un ritmo vertiginoso.

En resumen, una experiencia muy recomendable para los que gusten de las sensaciones fuertes –se te cuelga la sonrisa de la cara y no se te va en todo el día- y una demostración del poderío de la ingeniería de Audi.