PALESTINA

Aznar dice que no; Sánchez y Feijóo, que sí: ¿existe el Estado palestino?

Para que un Estado exista, necesita de población, territorio definido, Gobierno y relaciones exteriores, y Palestina tiene todos ellos

Un niño ondea la bandera de Palestina.

Un niño ondea la bandera de Palestina. / SHUTTERSTOCK

Mario Saavedra

La guerra de Gaza (más de 33.000 muertos palestinos, más de 1.200 israelíes) ha provocado un inédito acelerón del Gobierno español para llevar a cabo el reconocimiento oficial de Palestina como un Estado. El jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, no descarta la idea, aunque prefiere más apoyos dentro de la UE.

Pero para reconocerlo, el Estado tiene que existir. “A los que defienden la creación de un Estado palestino ahora... ¿a qué Estado se están refiriendo? Eso no existe”, dijo hace diez días el ex presidente José María Aznar. Sus palabras resonaban a las de derecha nacionalista israelí, que pone en duda la mera existencia de Palestina. Recientemente, el ministro ultraderechista Bezalel Smotrich llegó a decir que “el pueblo palestino no existe”. Pedro Sánchez respondió a Aznar en redes sociales: “Existe y existirá”, escribió el presidente en X.

¿Quién tiene razón? ¿Existe o no existe, formalmente, el Estado palestino? La respuesta corta es que sí, aunque está envuelta en matices lingüísticos, jurídicos, académicos y diplomáticos.

La Convención de Montevideo

No hay una autoridad internacional que determine qué países son Estados. La definición más usada proviene de la "Convención sobre derechos y deberes de los Estados" de Montevideo en 1933. En ella se proclamó que “el Estado como persona de Derecho Internacional debe reunir los siguientes requisitos: población permanente, territorio determinado, Gobierno y capacidad de entrar en relaciones con los demás Estados”. Esa definición fue adoptada tácitamente por la UE en la comisión que creó sobre el caso de Yugoslavia.

“Palestina teóricamente es un Estado porque tiene esos elementos”, opina Alicia Cebada, profesora de Derecho Internacional de la Universidad Carlos III de Madrid. 

Posee una población permanente, que son los 5.483.550 habitantes de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, según las cifras de 2023 del Buró Central de Estadísticas palestino. 

Tiene un territorio determinado, las fronteras que establecidas en 1967 por la resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. La superficie es de 6.165 km2. Limita con Israel, Egipto y Jordania, según la ficha de Palestina del Gobierno de España.

Cuenta con un Gobierno, con sede en Ramala. Su primer ministro ahora es Mohammad Mustafá. Acaba de ser renovado tras la dimisión del anterior jefe de Gobierno. El jefe del Estado palestino es el presidente palestino, Mahmoud Abás. 

Por último, tiene capacidad de mantener relaciones con los demás Estados. Tiene embajadas y embajadores en decenas de países de todo el mundo o en Naciones Unidas. En el caso de España, hay una embajada y un embajador, Husni Abdel Wahed, que presentó credenciales ante el rey Felipe VI. En su caso, las credenciales presentadas y admitidas eran, precisamente, las del presidente Abás. 

Hay más indicios de que Palestina ya es un Estado, más allá de quiénes le reconozcan como tal. El 29 de noviembre de 2012 la Asamblea General dio a Palestina la condición de “Estado observador no miembro” en las Naciones Unidas. Dicho de otra forma: en la sede internacional se le definió como Estado, si bien aún no se le admitió como miembro. Este mes de abril se debe de votar en el propio Consejo si se acepta la renovada petición de Palestina de que se le admita ya como Estado miembro, lo que le permitiría participar en organismos internacionales, como el FMI, la OMC, los tribunales de La Haya… 

En el sentido contrario, si Palestina ya existe como Estado, entonces, ¿por qué se habla de construir un Estado palestino que conviva con el israelí, la llamada "solución de dos Estados"? ¿Por qué ha de crearse mediante un acuerdo lo que, según Sánchez, ya existe?

Reconocimiento de Palestina

Pedro Sánchez lleva casi desde el comienzo de la guerra en Gaza tratando de forjar una alianza internacional de países a favor del reconocimiento del Estado palestino. Se han comprometido a hacerlo Irlanda, Malta y Eslovenia. Si finalmente lo llevan a cabo, serían en total 15 de los 27 países de la UE los que habrían expresado formalmente su reconocimiento de Palestina como Estado. Noruega se ha comprometido también este viernes. Podrían sumarse previsiblemente Bélgica y Portugal.

“La existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados”, se lee en la citada convención de Montevideo. Es decir, el reconocimiento es lo que se llama un “acto declarativo”, no “constitutivo”. Un Estado puede existir antes de que otro u otros lo reconozcan y, a la inversa, el reconocimiento no lo crea. 

“En realidad, hay dos posturas doctrinales al respecto: los que creen que el reconocimiento es un acto constitutivo, y que un Estado no existe hasta que no es reconocido; y los que afirman que el reconocimiento es un acto meramente declarativo, y el Estado preexiste”, explica Cebada. 

“El Estado palestino claro que existe, solo que existe bajo ocupación. Es un Estado ocupado”, dice en conversación con este diario Mustafá Barghouti, político de la Iniciativa Nacional Palestina, el tercer partido palestino. 

Utilidad del reconocimiento

Más allá del debate teórico, ¿de qué sirve realmente que España reconozca a Palestina como Estado? Si ya elevó a rango de embajador a su jefe de misión diplomática (lo hizo Zapatero en 2010) y mantiene relaciones con el Gobierno palestino, firma acuerdos, se reúne con sus ministros, ¿qué cambiará?

“Palestina estaría en pie de igualdad con los demás Estados. Podría, por ejemplo, firmar con ellos tratados internacionales”, explica Cebada. Por ejemplo, se podría firmar un Tratado de Amistad como el que España tiene con Marruecos, un acuerdo comercial UE-Palestina como el que hay con Israel, firmado por los miembros que lo reconozcan. “Se podría establecer, por ejemplo, una Embajada de España en Palestina (hasta ahora las relaciones allí se hacen a través del Consulado de Jerusalén)”, añade la experta.

Luego está, por supuesto, el factor político. Ahora hay ya 139 países de los 193 de Naciones Unidas que reconocen a Palestina como Estado. Cada país que se suma añade presión a Israel o a sus aliados, especialmente Alemania o Estados Unidos. ¿Serán los últimos en hacer el reconocimiento? 

Ellos dicen que lo harán si es fruto de un acuerdo político con su protegido, Israel. Pero el Gobierno de Benjamín Netanyahu y el Parlamento israelí ya han dicho que se oponen. El reconocimiento, así, añade presión para lo que públicamente todos desean: un proceso de paz auténtico que consume en un Estado palestinde facto y de iure que no esté ocupado, con continuidad territorial, sin control militar israelí y sin asentamientos en su territorio.