Cambios en Argentina

Milei elimina el lenguaje inclusivo y la perspectiva de género en la Administración

Se esperan importantes movilizaciones de los colectivos feministas en contra del presidente anarcocapitalista

Javier Milei.

Javier Milei. / EFE

Abel Gilbert

El conflicto es el combustible que alimenta al Gobierno de ultraderecha argentino. A pocos días de presentarse en el Congreso, al que calificó de "nido de ratas", para inaugurar la Asamblea Legislativa, el presidente, Javier Milei, ordenó que la Administración Pública se abstenga no solo de utilizar el lenguaje inclusivo sino "todo lo referente a la perspectiva de género". La decisión, que podría impactar en el mundo del trabajo y la justicia, no hace más que separar aguas de cara al 8 de marzo, cuando se esperan importantes movilizaciones de los colectivos feministas en contra del anarcocapitalista.

El oficialismo ha amagado con presentar un proyecto de ley que anule la despenalización del aborto. El propio representante de los abogados del Estado, Rodolfo Barra, se ha puesto al frente de esa cruzada. Por lo pronto, lo que el Gobierno llama la batalla cultural, se concentra en el terreno de la escritura. El portavoz de Milei, Manuel Adorni, informó que, en adelante, "no se va a poder utilizar la letra -e, la arroba, la –x". Pero, a la vez, se considera "innecesaria" la inclusión del femenino "en todos los documentos" estatales. A partir de ahora, decir "generala", "sargenta" o "soldada" será considerado una "falta" al reglamento. Adorni, quien suele expresar cabalmente las opiniones más viscerales del anarcocapitalista, fundamentó la medida en que "las perspectivas de género se han usado también como negocio de la política". Y añadió al respecto: "el lenguaje que contempla a todos los sectores es el que utilizamos en la lengua castellana, es el español".

Al igual que ha sucedido en Brasil durante la era de Jair Bolsonaro, la palabra "género" provoca escozor en los ultraderechistas argentinos, convencidos que esa "perspectiva" no es otra que una manera de promover el adoctrinamiento político. Los sectores más duros del partido gobernante lo encuentran tan dañina en un plano como el derecho al aborto legal y seguro, reprobado por Milei tanto en Davos como en la reciente conferencia conservadora en los Estados Unidos, donde se abrazó con Donald Trump.

El colectivo 'Ni una menos', que surgió años atrás como consecuencia del aumento de los casos de feminicidio, sostuvo que el oficialismo promueve un retroceso cultural en un país que ha modificado sus valores. Según la socióloga Luci Cavallero, se intenta barrer con una conquista: "Que el Estado reconozca la existencia de otras identidades de género y se ponga en cuestión el universal masculino que históricamente ha invisibilizado y negado la participación de las mujeres en los espacios de poder". Se niega, además, a "una parte de la población que nunca fue nombrada ni tenida en cuenta como hacedora y como parte de este país".

Si bien la cuestión del lenguaje inclusivo es objeto de opiniones encontradas que alcanzan incluso el ámbito académico y la misma Real Academia Española (RAE), las circunstancias de su prohibición en la esfera estatal argentina no parecen ser ajenas a las circunstancias que atraviesa este país. Así lo observa Mercedes D’Alessandro, exdirectora Nacional de Economía, Igualdad y Género de la Nación. Sostiene que la ultraderecha intenta, con esta decisión, sacar del foco de atención los principales problemas sociales y económicos que aquejan a Argentina: "Nos distraen con mil cosas. Que prohíban todas las 'E' que quieran pero que den de comer a la gente. Le dan centralidad al lenguaje inclusivo para darle de comer a sus seguidores, porque no tienen logros económicos que mostrar".