Intrigas Washington - La Habana

EEUU acusa a un antiguo diplomático de más de cuatro décadas de espionaje para Cuba

Víctor Manuel Rocha, de 73 años, fue arrestado el viernes y ha sido imputado este lunes en Miami

El exdiplomático de EEUU Manuel Rocha, en una imagen de archivo.

El exdiplomático de EEUU Manuel Rocha, en una imagen de archivo. / EFE

Idoya Noain

Miami se prepara estos días para convertirse en el epicentro mundial del negocio del arte por la celebración de la feria Art Basel pero mientras llegan artistas, galeristas, compradores y celebridades la ciudad se ratifica como núcleo central en otro mapa: e de las intrigas, traiciones y espionaje que marcan la historia de las complejas relaciones de Estados Unidos con Cuba.

El último incidente que subrayan ese papel capital ha sido el arresto e imputación en la ciudad del sur de Florida de Víctor Manuel Rocha, un diplomático retirado de EEUU de 73 años, que llegó a formar parte del Consejo de Seguridad Nacional, ser embajador en Bolivia y asesorar a los militares estadounidenses y al que el Departamento de Justicia ha acusado de llevar trabajando más de 40 años como un agente clandestino para La Habana y protagonizar, en palabras del fiscal general Merrick Garland, “una de las infiltraciones del gobierno estadounidense por parte de un agente extranjero de mayor alcance y más duración”.

Rocha, que nació en Colombia pero se nacionalizó estadounidense en 1978 y solo tres años después entró en el Departamento de Estado, fue detenido el viernes por el FBI en Miami. Este lunes, poco antes de que compareciera ante un tribunal federal de la ciudad, Justicia y la fiscalía federal del distrito sur de Florida han anunciado su imputación por varios cargos, incluyendo el de conspirar para trabajar promoviendo en EEUU los intereses del gobierno de Cuba sin registrarse como agente extranjero.

Según las autoridades, Rocha llevaba trabajando para Cuba desde prácticamente el mismo momento en que entró en el Departamento de Estado. Y siguió haciéndolo incluso después de dejar el servicio público en 2002 y pasarse al sector privado.

Espías falsos e impostados

Su caída ha llegado tras una operación encubierta del FBI que se inició hace de un año. Entonces las autoridades recibieron una “pista”, que no se ha detallado, y un agente contactó al antiguo diplomático, haciéndose pasar también por operativo del espionaje cubano.

Empezaron entonces tres conversaciones entre el espía y el agente que se hacía pasar por uno, que fueron grabadas. Y en ellas Rocha realizó numerosas declaraciones incriminatorias sobre su vida de engaño y su trabajo para La Habana.

 Rocha contó al agente que se hacía pasar por espía cómo desde el primer momento estuvo a las órdenes de la Dirección General de Inteligencia cubana (“la Dirección”), que le pidió “que llevara una vida normal”. Le explicó también que fue avanzando “poco a poco” y definió su proceso de “muy meticuloso” y “muy disciplinado”. Aseguró, además, que su trabajo había tenido efecto. “Lo que se ha hecho ha reforzado de forma inmensa la revolución”, dijo.

Con los años fue pasando por embajadas como las de EEUU en México y la República Dominicana. Entre 1994 y 1995 sirvió en el Consejo de Seguridad Nacional y entre 1995 y 1997 en la Oficina de Intereses estadounidenses en la isla. Luego estuvo en la embajada en Argentina antes de llegar a Bolivia como embajador entre 1999 y 2002. En esas tres décadas, trabajando tanto para administraciones republicanas como demócratas, tuvo acceso a información clasificada.

Después, pese a salir del cuerpo diplomático, asesoró a los militares estadounidenses del Mando Sur, la división bajo la que en el organigrama del Pentágono entra la cobertura entre otros países de Cuba. Y luego fichó por varias empresas del sector privado. Según Associated Press, presidió una mina de oro en Republica Dominicana, y tuvo puestos ejecutivoas en varias empresas, incluyendo la firma española de relaciones públicas Llorente & Cuenca, la exportadora de carbón de Pensilvania XCoal, una firma de abogados y una empresa que busca facilitar fusiones en la industria del cannabis.

Fachada de derechas

A lo largo de los años Rocha cultivó una imagen de persona de derechas. Cuando era embajador en La Paz, por ejemplo, alertó públicamente a los bolivianos contra la elección de Evo Morales, advirtiendo de que podría poner en peligro futuras ayudas de Washington. Y en los últimos años se había significado públicamente defendiendo la figura y las políticas de Donald Trump.

 En realidad, según Justicia, siempre estuvo comprometido con la causa de la revolución comunista cubana, alabó repetidamente a Fidel Castro y en las grabaciones varias veces habló de EEUU como “el enemigo”.

En una de las conversaciones con el agente que le grabó, y cuando este puso en duda que siguiera siendo un “compañero” de la causa cubana, Rocha reaccionó airado. “Es como cuestionar mi hombría”, dijo. “Estoy enfadado, cabreado, es como si quisieras que te mostrara si aún tengo huevos”.