Votación en el Parlamento

Rebelión interna entre los laboristas en el Reino Unido por los ataques de Israel en Gaza

Más de 50 diputados del partido, una cuarta parte del total, han desafiado la orden de Keir Starmer de votar en contra de la propuesta parlamentaria que exigía un alto el fuego en Gaza

El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer.

El líder del Partido Laborista británico, Keir Starmer. / EFE

Lucas Font

La posición del líder laborista respecto al conflicto entre Israel y Hamás le ha generado la mayor rebelión interna desde que accedió al cargo hace más de tres años. Más de 50 diputados del partido, una cuarta parte del total, han desafiado este miércoles la orden de Keir Starmer de votar en contra de la propuesta parlamentaria que exigía un alto el fuego en Gaza, impulsada por los nacionalistas escoceses. Una propuesta que no ha salido adelante pero que ha evidenciado las fuertes divisiones en las filas laboristas en esta materia y que ha sacudido a Starmer en el que había sido hasta ahora su momento más dulce al frente del partido, con unas encuestas que le sitúan hasta 20 puntos por delante del Partido Conservador.

Starmer ha tratado de convencer a los diputados díscolos para que apoyaran su propuesta, que defiende la implementación de “pausas humanitarias” para permitir la entrada de ayuda a la Franja y la salida de civiles. Una posición que no ha convencido a al menos ocho miembros destacados de su equipo, que han presentado su dimisión como ‘ministros en la sombra’ —encargados de hacer oposición al Gobierno en los distintos ministerios y secretarías de Estado—. Entre los dimisionarios está la ministra en la sombra de violencia doméstica, Jess Phillips, o el hasta ahora ministro en la sombra de exportaciones, Afzal Khan.

Debate histórico

La posición respecto al conflicto entre Israel y Palestina ha sido un histórico objeto de debate en las filas laboristas. Starmer ha tratado de mantenerse firme en su defensa de Israel y en la condena del antisemitismo, en un intento por romper con la posición de su antecesor en el cargo, Jeremy Corbyn, quien fue muy criticado por la tibieza con la que enfrentó las acusaciones de antisemitismo en sus propias filas en su etapa al frente de la formación. “Lamento que algunos colegas se hayan sentido incapaces de apoyar la posición [del partido] esta noche. Pero quería dejar claro cuál ha sido mi postura, y cuál seguirá siendo”, ha asegurado Starmer tras la votación. "El liderazgo consiste en hacer lo correcto. Es lo mínimo que merecen los ciudadanos", ha añadido.

El propio Corbyn, expulsado del grupo parlamentario laborista a finales de 2020, ha tratado de presionar este miércoles a los diputados del partido para que desobedezcan las órdenes de la dirección y apoyen públicamente el alto el fuego en Gaza. “Haced todos los cálculos que queráis sobre el avance en un sentido o en el otro, pero la historia os juzgará por no haber pedido un alto el fuego cuando tuvisteis la oportunidad”, ha exclamado el exlíder laborista en una manifestación propalestina convocada frente al palacio de Westminster con motivo de la votación en el Parlamento.

Voces discordantes

Las tensiones internas de esta semana en el Partido Laborista han sido las más destacadas desde que Starmer cogió las riendas de la formación, aunque varios miembros del partido ya habían mostrado sus diferencias con la línea oficial desde que se recrudeció el conflicto entre Israel y Hamás a principios de octubre. Una treintena de concejales laboristas presentaron su dimisión hace apenas dos semanas por este motivo, mientras que otros miembros destacados dentro de la formación también han pedido abiertamente un alto el fuego en Gaza, como el alcalde de Londres, Sadiq Khan, o el líder laborista en Escocia, Anas Sarwar

La falta de contundencia del líder laborista a la hora de condenar los ataques del ejército israelí sobre Gaza le están pasando factura entre los militantes y los votantes musulmanes. Según una encuesta publicada por Savanta, una empresa de datos e investigación de mercados, un 45% de los británicos musulmanes consideran sentirse insatisfechos con la posición de Starmer respecto al conflicto árabe-israelí, frente a un 19% que aseguran sentirse satisfechos. La necesidad de hacer equilibrismos para contentar a partes iguales a la militancia musulmana y judía del partido será el principal desafío para el líder de la formación en los próximos meses.