Igualdad

El Tribunal Supremo de EEUU acaba con la discriminación positiva por raza para entrar en las universidades

La decisión, que han celebrado republicanos y conservadores y denunciado como una regresión demócratas y progresistas, no sorprende dentro de la línea de este Supremo conservador

Ceremonia de graduación en Harvard, el pasado 25 de mayo.

Ceremonia de graduación en Harvard, el pasado 25 de mayo. / REUTERS

Idoya Noain

Durante más de cuatro décadas las universidades y centros de educación superior de Estados Unidos han usado la discriminación positiva para garantizar el acceso de minorías raciales y la diversidad en sus aulas. Desde este jueves, estarán restringidos para hacerlo.

En una decisión que puede tener consecuencias más allá de los campus, los seis jueces que componen la supermayoría conservadora del Tribunal Supremo han acabado con el precedente, asegurando que esa discriminación positiva viola la cláusula de protección igualitaria de la Constitución y un título de la Ley de Derechos Civiles de 1964 que prohíbe discriminación racial en instituciones que reciben fondos públicos.

Reacción polarizada

La decisión, que han celebrado republicanos y conservadores y denunciado como una regresión demócratas y progresistas, no sorprende dentro de la línea de este Supremo conservador. En sentencias previas ha estado erosionando otras provisiones de igualdad racial con el argumento de que las leyes de Estados Unidos ya garantizan la igualdad. Y el presidente del Alto Tribunal, John Roberts, ha escrito en la opinión mayoritaria que “eliminar la discriminación racial significa eliminarla toda”.

En el centro de los dos casos a los que afecta la decisión estaban el programa de admisiones de Harvard, una universidad privada, y el de la Universidad de Carolina del Norte, estatal, donde la demanda aseguraba que se discriminaba a los estudiantes asiáticos. La sentencia ha concluido que los dos “inevitablemente emplean la raza de forma negativa” e “involucran estereotipos raciales” de una forma inconstitucional.

Ese argumento de EEUU como un país supuestamente ya ciego ante la raza lo ha estado rechazando la bancada progresista, actualmente compuesta por las juezas Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson. Y en una opinión de disenso este jueves, Sotomayor ha hablado de la sociedad de EEUU como una “endémicamente segregada donde la raza siempre ha importado y sigue haciéndolo”. La sociedad estadounidense, ha dicho, “no es y nunca ha sido ciega al color”, y ha acusado al tribunal de “ignorar las peligrosas consecuencias de unos EEUU donde su liderazgo no refleja la diversidad del pueblo”.

“El tribunal subvierte la garantía constitucional de protección igualitaria enquistando más la desigualdad en la educación, el cimiento de nuestro gobierno democrático y sociedad pluralista”, ha escrito también Sotomayor, que ha alertado del “impacto devastador” de la decisión y ha acusado a la corte de “revertir décadas de precedente y avances cruciales”.

Impacto severo

Aunque el Supremo deja la puerta abierta a que se siga considerando la cuestión racial en admisiones siempre que se haga a título individual, con los aspirantes a entrar en los centros pudiendo hablar en sus ensayos del impacto de su raza en su experiencia personal, se augura que la decisión tendrá un impacto severo, y que afectará especialmente a estudiantes negros e hispanos.

Nueve estados ya prohíben en sus universidades públicas admisiones basadas en criterios de raza y lo que ha sucedido en sus centros desde que empezaron esos vetos ayuda a pensar en el futuro. En Michigan, por ejemplo, el porcentaje de estudiantes negros en su universidad pasó del 7% al 4%, y algo similar sucedió en la Universidad de California en Los Ángeles.