África

Una emboscada en Burkina Faso deja al menos 40 terroristas y 34 militares muertos

El Ejército del país africano ha informado de que ha tenido que trasladar a más de veinte personas para ser hospitalizadas

Imagen de archivo de un militar de Burkina Faso.

Imagen de archivo de un militar de Burkina Faso. / PETER SEIDLER / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

EP

El Ejército de Burkina Faso ha informado este martes de la muerte de 40 presuntos terroristas y de 34 combatientes de las fuerzas del Gobierno, entre militares y voluntarios, en una emboscada a un convoy en la localidad de Namsiguia, en la provincia de Bam, que se encuentra en la región central norte del país. Se trata de 31 soldados y tres integrantes de los llamados Voluntarios para la Defensa de la Patria (VDP), que escoltaban un convoy de reabastecimiento de combustible.

"Los combates, particularmente violentos, han provocado pérdidas importantes a pesar de la enérgica respuesta de las unidades", reza un comunicado, en el que el Ejército indica que más de una veintena de heridos han sido trasladados a hospitales.

El Jefe de Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas burkinesas ha "saludado el compromiso de estos valientes luchadores en la labor de reconquista del territorio nacional y los sacrificios realizados por la patria", después de trasladar sus condolencias por los fallecidos y deseado una pronta recuperación a los heridos.

Burkina Faso, gobernado por una junta militar desde el golpe de Estado de enero de 2022 contra el entonces presidente, Roch Marc Christian Kaboré, ha experimentado un aumento de la inseguridad desde 2015. La junta está ahora encabezada por Ibrahim Traoré, quien protagonizó en septiembre una asonada que fue considerada un 'golpe palaciego' contra el hasta entonces líder, Paul-Henri Sandaogo Damiba.

Los continuos ataques en el país, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a 'voluntarios'. El deterioro de la seguridad ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región.