Posible infracción
La ministra del Interior británica, en el punto de mira por romper el código de conducta del Gobierno
Suella Braverman presionó a los funcionarios para realizar un curso de seguridad vial privado que le evitaría la exposición pública ante otras personas asistentes a las clases
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04901209 ed73 43a9 9d13 7ff5ede44c41 alta libre aspect ratio default 0 / REUTERS
Lucas Font
La polémica ministra del Interior del Reino Unido, Suella Braverman, ha vuelto a copar los titulares de la prensa británica este lunes. Lo ha hecho después de que saliera a la luz este fin de semana que trató de presionar a funcionarios de su propio ministerio para evitar asistir a un curso grupal de seguridad vial, al que debía atender tras exceder el límite de velocidad con su coche el pasado verano. Braverman podría enfrentarse a una investigación formal por romper presuntamente el código de conducta ministerial, al que deben ceñirse todos los miembros del Gobierno.
Según la prensa británica, la actual ministra presionó a los funcionarios para realizar un curso de seguridad vial privado que le evitaría la exposición pública ante otras personas asistentes a las clases. Tras la negativa de sus subordinados, decidió pagar una multa y descontar tres puntos de su carnet de conducir, algo que le evitó tener que asistir a las clases. Preguntada por el asunto este lunes, Braverman se ha limitado a reconocer que cometió la infracción y ha insistido en que pagó la sanción correspondiente. "No ocurrió nada inapropiado", ha señalado.
Presión parlamentaria
La presión sobre Braverman, sin embargo, ha ido en aumento esta tarde en la Cámara de los Comunes. Prácticamente todos los grupos parlamentarios le han pedido explicaciones e incluso algunos diputados del Partido Laborista han exigido su dimisión. Pero la insistencia de los diputados no ha hecho mella en la ministra, quien ha evitado explicar si presionó a los funcionarios para evitar hacer el curso grupal y ha repetido la misma frase como un mantra cada vez que era preguntada por este asunto: "En verano del año pasado fui sancionada por exceder la velocidad. Me arrepiento de ello, pague la multa y acepté la sanción".
La polémica ha puesto en apuros al primer ministro, Rishi Sunak, calificado de "débil" por la oposición. A la vuelta de la cumbre del G7 en Japón, Sunak se limitó a decir que no tenía toda la información y no quiso dar detalles sobre si iniciaría una investigación formal. Una opción que ha ido ganando fuerza este lunes y que podría incluso desencadenar la caída de Braveman, una de las representantes del ala dura del Partido Conservador y posible candidata a un futuro liderazgo de la formación. Su posición dura contra la inmigración aumentó la presión sobre Sunak la semana pasada y obligó al primer ministro a endurecer su discurso.
Dimisión previa
Braverman ya se vio obligada a dejar su cargo como ministra del Interior en octubre del año pasado, cuando Liz Truss todavía estaba al frente del Ejecutivo. En esa ocasión renunció a sus funciones tras haber enviado un documento oficial del Gobierno a un miembro del Parlamento, algo que está prohibido por el código de conducta ministerial. La salida de Braverman puso en pie de guerra al ala dura de los 'tories', quienes presionaron para que ocupara de nuevo el cargo tras la dimisión de Truss y la llegada de Sunak a Downing Street. El actual primer ministro ha dicho estar pendiente de recibir "más información" antes de decidir si abre una investigación contra ella.
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