Líder hospitalizado

El presidente bielorruso Aleksander Lukashenko, ingresado en un hospital de Minsk

El líder bielorruso llegó a Moscú el 9 de mayo y se fue antes de tiempo por razones no aclaradas públicamente

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, junto al jefe de la Federación Rusa, Vladimir Putin, tras su encuentro en Minsk el pasado mes de diciembre.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, junto al jefe de la Federación Rusa, Vladimir Putin, tras su encuentro en Minsk el pasado mes de diciembre. / EFE

Àlex Bustos

Saltan las alarmas en Minsk por la hospitalización del presidente del país, Aleksander Lukashenko, que según medios independientes bielorrusos como Euroradio se encuentra actualmente en la Clínica Médica Central Republicana, apodada "la del presidente", desde el sábado a las 19:00 hora local. Aunque hay rumores que achacan la hospitalización a un estado de salud críticoninguna fuente ha confirmado tal información.

En las celebraciones del 9 de mayo del día de la Victoria en Moscú se le vio una mano vendada y salió de Rusia antes de tiempo. Esa misma noche canceló su cena con su homólogo ruso Vladímir Putin y desde entonces lleva 5 días sin comparecer públicamente, algo que ha alimentado todo tipo de especulaciones.

Según informó Reuters, cuando llegó a Moscú el 9 de mayo Lukashenko ya llevaba la mano vendada. Su ausencia se ha hecho notoria este domingo, el día de la Bandera bielorrusa, en el que Roman Golovchenko, el primer ministro del país, le ha sustituido en el discurso oficial. Los medios estatales como la agencia de noticias Belta omiten la ausencia del líder e incluso le citan en sus artículos, aunque no hay ni una sola imagen de él presente en el acto oficial en la capital bielorrusa.

Lukashenko lleva años siendo el aliado más fiel al Kremlin en el globo, a pesar de algunas desaveniencias puntuales en algunos temas. Durante las protestas de 2020, en las que la oposición clamaba fraude en las elecciones y pedía unas elecciones libres, Putin fue el gran apoyo de Lukashenko, que llegó incluso a mandarle periodistas de sus medios estatales para paliar los efectos de las huelgas.

Esto es correspondido, pues en el Viejo Continente es de los pocos que no le ha dado la espalda a Moscú, incluso siendo castigado por ello con sanciones más ligeras que las que ha recibido Rusia. Al inicio del conflicto rusoucraniano las tropas que atacaron el norte de Ucrania, en puntos clave como Kiev y la central nuclear de Chernobil entraron desde territorio bielorruso. Antes del 24 de febrero de 2022 estos efectivos militares se encontraban en el propio país realizando maniobras militares conjuntas con el ejército local.

La "pequeña Rusia Blanca"

Desde hace años Minsk depende de Moscú tanto económicamente como militarmente. Moscú suele conceder créditos blandos y la venta de materias primas a precios asequibles para apoyar a su aliado. Recientemente el Kremlin ha ido más allá y ha llegado a manifestar la intención de defender el territorio del país como si fuera propio, con medidas como el despliegue de armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia.

Ambos estados forman parte del Estado de la Unión, una suerte de confederación que ha avanzado en la integración de ambos países en ámbitos como el fronterizo o el económico. Actualmente los rusos y bielorrusos pueden viajar libremente entre los dos estados con el pasaporte nacional - el equivalente al DNI español - y recientemente se aprobó que los extranjeros con visado en Rusia pueden ir a Bielorrusia y viceversa.

En la mesa hay otros proyectos como la creación de una divisa común - por ahora ambos mantienen cada uno su propio rublo - o una mayor integración política, algo que ha suscitado los rumores de una unificación en un único estado. Esa idea no es del agrado de Lukashenko, que siempre ha apuntado que quiere ser "un amigo de Moscú, no un vasallo".