Crisis política

El Congreso ecuatoriano avanza con firmeza por el camino de la destitución del presidente Guillermo Lasso

Continúa el juicio político contra el dirigente por presunta malversación

El Parlamento de Ecuador aprueba un juicio de censura contra el presidente Guillermo Lasso.

El Parlamento de Ecuador aprueba un juicio de censura contra el presidente Guillermo Lasso. / EFE

Abel Gilbert

"Hoy hicimos historia: Ecuador reduce 1.100 millones de dólares de deuda y lo más importante es que garantiza la protección del mar de nuestras Islas Galápagos", escribió exultante en las redes sociales el presidente Guillermo Lasso. Su alegría en Twitter pareció esconder un inequívoco malestar personal y una crisis política de proporciones: el Congreso (la Asamblea Nacional) había decidido dar continuidad al juicio político contra el magnate. El escenario de la destitución del mandatario, acusado de malversación de fondos públicos, ha dejado de ser una lejana conjetura. Si el proceso avanza sin obstáculos en el camino, entre el 18 y 22 de mayo se decidirá en la legislatura la moción de censura de Lasso. Su suerte depende de que esa iniciativa no alcance 92 votos del total de 137 asambleístas.

Los congresistas del oficialismo hablaron de un "golpe parlamentario" urdido por el partido que responde al expresidente Rafael Correa.  "La Asamblea ha decidido continuar con el juicio político al Presidente de la República en un proceso ilegítimo que nació, se desarrolló y terminará sin pruebas, sin argumentos y con serios vicios legales", sostuvo el ministro de Gobierno, Henry Cucalón. "Nos mantenemos firmes en la defensa del derecho de los ecuatorianos a vivir en democracia", añadió.

Correa, enemigo declarado de Lasso, no dejó de trinar en Twitter cuando la Asamblea resolvió con 88 votos a favor pertenecientes a las bancadas opositores de UNES, su propio partido, el partido Social Cristiano (PSC), independientes y legisladores rebeldes de Izquierda Democrática y el movimiento indígena. Los 23 votos en contra provinieron del oficialismo. Se computaron cinco abstenciones.

Opiniones encontradas

El trámite del juicio político no se detendrá a pesar de la recomendación contraria que había formulado la Comisión de Fiscalización del Parlamento, por considerar que no existían pruebas contundentes. El Congreso, en sus fundamentos, sostuvo lo contrario y dio un paso hacia adelante al estimar que existe una "infracción constitucional de peculado". De acuerdo con el dictamen parlamentario, el presidente "conocía y sabía" sobre la existencia de una "estructura de corrupción" en la Empresa Pública Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y "jamás cumplió su deber constitucional" de "remover y denunciar penalmente a los funcionarios responsables de estos ilícitos".

La defensa del mandatario asegura e el contrato en cuestión fue firmado en 2018, dos años antes de que tomara posesión del cargo, en mayo de 2021.

El cronograma

En menos de dos semanas, Lasso podrá ejercer su derecho a la defensa ante el pleno de la Asamblea Nacional que luego debatirá el alcance de su alegato. El Congreso se puede tomar hasta cinco días para determinar si el descargo del presidente es suficiente para evitar su desplazamiento. La aprobación de la moción de censura necesita de dos terceras partes de los miembros de la Asamblea Nacional:  92 votos.

Algunos analistas sostienen que la oposición habría acordado qué hacer en caso de una eventual destitución: el vicepresidente Alfredo Borrero reemplazaría a Lasso, de la misma manera que ocurrió con Alfredo Palacios en 2005, cuando sustituyó al excoronel Lucio Gutiérrez. La diferencia entre uno y otro episodio es que Gutiérrez había enfrentado antes fuertes protestas que calificó de "forajidas". De ese movimiento social surgió la figura de Correa. En la actualidad, el conflicto se centra en el Parlamento y no en la calle.

Lasso asumió la presidencia el 24 de mayo de 2021. Su gestión estuvo atravesada por la protesta social y de las comunidades originarias. La discusión sobre la continuidad de Lasso tiene lugar en medio de una ola de violencia urbana derivada de la acción de las bandas narcotraficantes y los disturbios carcelarios, con decenas de muertos.