La extrema derecha de Giorgia Meloni se instaló este martes en el Parlamento italiano. En su primer discurso como primera ministra en el Congreso italiano, la líder de Hermanos de Italia ha dado el tono a su mandato con un discurso de nacionalista moderada, en el que defendió que su Ejecutivo no quiere sabotear a la Unión Europea (UE), "sino hacerla más eficaz". "Este Gobierno respetará las reglas en vigor" en la UE, pero sin "ser subalternos" y "sin complejos de inferioridad", afirmó antes de un voto de confianza en este hemiciclo que finalmente ganó con 235 votos favorables (de 389 diputados presentes) y que antecede la última sesión de investidura de Meloni, que se celebrará este miércoles en el Senado.

En la ceremonia inaugural, momento solemne en el que los mandatarios italianos suelen ratificar sus programas de Gobierno ante el Parlamento, Meloni también se postuló como representante de los perdedores de la crisis económica, y prometió trabajar para que Italia recupere brillo tras décadas de sufrir problemas estructurales y ahora también por las consecuencias de la guerra en Ucrania. Al hilo de esta reflexión, la política también aseguró que gastará los fondos de plan de recuperación europeo "de la mejor forma posible", "sin retrasos ni derroches, acordándonos con la Comisión Europea", y teniendo también en cuenta la galopante inflación y la crisis energética. "El enfoque tiene que ser pragmático, no ideológico", añadió, en su intervención de más de una hora.

Aún así, Meloni tampoco desaprovechó la ocasión para criticar al Banco Central Europeo por haber subido los tipos de interés. Ha sido "una decisión que muchos consideran arriesgada y que amenaza con dañar el crédito bancario de familias y empresas", dijo. En este tono, advirtió que Italia quiere aportar su postura también a la reforma del Pacto de Estabilidad. "Italia hará oír su voz en Europa como corresponde a una gran nación fundadora. La UE no es un círculo de élite con miembros de serie A y de serie B, o una junta directiva que debe mantener las cuentas en orden, sino una casa común para afrontar retos que los estados miembros difícilmente pueden afrontar solos. En esto la UE muchas veces no ha estado preparada", añadió Meloni.

Proteccionismo

En cuanto a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Meloni reiteró que considera que es "un deber de Italia contribuir plenamente" a esta institución. "Nos guste o no, la libertad tiene un precio", sostuvo. Y, citando al "valiente pueblo ucraniano", afirmó que se respetarán los compromisos internacionales para ayudar a Kiev a "defenderse de la agresión de la Federación Rusa". Con ello, en otro apartado, también dijo que "nunca" tuvo "simpatías por los regímenes autoritarios, incluido el fascismo".

En el frente interno, la ultraderechista volvió a insistir en que se augura que, durante su mandato, se lleve a cabo una reforma que dirija Italia hacia un régimen presidencialista, un tema muy criticado por parte de la oposición de centroizquierda. Consciente de esto, Meloni citó el modelo semipresidencialista francés como un posible modelo a seguir e invitó a "todas las fuerzas políticas presentes en el Parlamento" a colaborar para llegar a la mejor y más compartida reforma posible. "Pero está claro que no renunciaremos a reformar Italia frente a oposiciones perjudiciales", ha continuado.

Con un lenguaje de frases breves y salpicado a ratos por eslóganes, Meloni asimismo sugirió que introducirá algunas medidas proteccionistas para tutelar la economía de su país. En particular, adelantó que propondrá "cláusulas de salvaguardia" para proteger a algunas infraestructuras, como autopistas y aeropuertos italianos. "El modelo de los oligarcas no es un modelo de libre mercado digno de una democracia occidental", afirmó, en su largo discurso que fue interrumpido varias veces por los aplausos. "Si seguimos así terminaremos a las dos (de la tarde)", ironizó, en uno de los pocos momentos de distensión de su alocución.

Roger Scruton

En su discurso, en el que también citó al papa Francisco y al difunto Juan Pablo II, Meloni se refirió, hablando de ecología, al difunto pensador conservador Roger Scruton, que hacía una conexión entre medioambiente y religión. "Proteger nuestro patrimonio natural nos compromete a proteger el patrimonio de cultura, tradiciones y espiritualidad que heredamos de nuestros padres para transmitirlo a nuestros hijos", dijo. Scuton ha sido "uno de los grandes maestros del pensamiento conservador europeo", añadió, al afirmar que la transición ecológica no puede "entregarnos a nuevas dependencias estratégicas".

En cuanto a la inmigración, repitió que aplicará la mano dura. "En Italia, como cualquier otro Estado serio, no se entra ilegalmente", aseveró. Por ello, planteó que la UE recupere los principios de la Operación Sophia, lanzada en 2015 para combatir el tráfico de personas en el Mediterráneo, y que simbolizó las divisiones europeas en política migratoria. "Lo que queremos impedir es que sean los traficantes los que seleccionen (las personas que tienen derecho al) ingreso en Italia", explicó. En cualquier caso, ya en el cierre de su intervención, dijo: "En nuestro Gobierno, no tiraremos la toalla, ni traicionaremos".