Hay dos Modrics en un solo Modric. El del Madrid es un tipo de jugador creativo, inteligente, astuto, pero solidario, al servicio de los demás. Durante años fue el mensajero para Cristiano Ronaldo. Ahora lo es de Benzema.

Pero cuando se pone la camiseta ajedreceada de Croacia ese diminuto centrocampista creativo, inteligente y astuto se transforma en el líder emocional de un país empeñado en no abandonar el paraíso que descubrió hace tres años en Rusia.

Es cuestión de tiempo que se acabe aquella selección. Tras el Mundial-2018, Rakitic, por ejemplo, renunció a seguir, pero Lukita, como lo llama el madridismo, sigue teniendo piernas y energía para continuar.

No ha descansado nada en esta Eurocopa donde se ha descubierto, de nuevo, ese doble Modric, como recalcó el propio Luis Enrique. "Aquí puede ser centrocampista o un segunda punta para aparecer al borde del área y hacer gol", recordó el seleccionador español como si estuviera dibujando en su memoria ese fenomenal gol con el exterior de su bota derecha convirtiendo un disparo en una obra de arte.

Mateo Kovacic, "el otro jugador más talentoso de Croacia", según el asturiano, siempre podrá decir, y con razón, que él asistió a Modric. Mejor colocado que nadie, el centrocampista del Chelsea vio esa acción técnica, calificada por la UEFA con tres palabras:"técnica, precisión y calma".

Jamás le faltó técnica a Modric. Ni tampoco precisión. Y calma, menos aún, aunque bajo ese aspecto hierático que desprende su rostro se esconde un tipo profundamente apasionado, con la lágrima apareciendo a todo momento, como se vio cuando sus compañeros le felicitaron por su 35 cumpleaños (cumplirá 36 en septiembre)o cuando terminó el partido en el Hampden Park de Glasgow.

Más sufrido de lo que indica el resultado final (3-1). Más todavía porque hasta que no apareció el delicado y, la vez, poderoso disparo con el exterior de Modric todo estaba bajo sospecha. Incluso él. "No estábamos satisfechos después de los dos primeros partidos porque sabíamos que podíamos hacerlo mejor. Mi gol ayudó, pero lo más importante es el triunfo. Jugando así somos peligrosos para todos", dijo Modric, admitiendo, eso sí, que ese tanto a Escocia "significaba mucho" para él.

Gol más joven, gol más viejo

No se entiende Croacia sin Modric y más ahora que ha perdido a Perisic, otra de sus grandes armas ofensivas, contagiado de coronavirus. "Ha sido un shock, un golpe duro para nosotros", confesó Dalic, el seleccionador croata, obligado a encontrar de forma urgente alternativas para una ausencia de última hora que le ha roto todos los planes.

Aunque mientras tenga a Lukita -medio centro, segunda punta, falso delantero, interior...- tendrá esperanzas. Mimado y protegido por por Kovacic y Brozovic, que le ejercen de guardaespaldas, Modric juega feliz, transformado en el líder intergeneracional de Croacia.

Dueño del gol croata más joven en una fase final de una Eurocopa (tenía 22 años y 273 días ante Austria en el 2008) y propietario del gol más veterano (anotó con 35 años y 286 días en el 2021 con Escocia). Late el país al ritmo que marca el corazón de Modric. De los dos Modrics.