La Opinión de Murcia

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Seguros de ahorro: Refugio de los prudentes

Se trata de productos con ventajas fiscales y con la vista puesta en la jubilación

Seguros de ahorro: Refugio de los prudentes.

Las generalizaciones no son fotografías pero, como en los cuadros impresionistas, expresan la realidad con relativa precisión. Así que se podría decir que los más jóvenes tienden a buscar el riesgo para elevar su patrimonio y acuden a la bolsa y los mayores de edad se refugian en los seguros de ahorro con la mirada puesta en mantener su patrimonio y garantizarse ingresos para su vejez. El refugio de los prudentes. Casi 9 millones de españoles confían su dinero a este producto financiero múltiple, y en ocasiones inextricable, que gestionan las aseguradoras.

El seguro de ahorro alcanzó al cierre del año pasado un volumen de 188.769 millones, con un crecimiento del 0,68%, según los últimos datos de la patronal Unespa. Una cantidad muy apreciable, sobre todo si tenemos en cuenta que los fondos de inversión, a cierre de 2021, superaban los 317.000 millones. El citado instrumento no es ajeno al riesgo que comportan los mercados bursátiles y, de hecho, desde 2016, cuando los tipos de interés en la eurozona bajaron al cero por ciento -donde siguen-, los seguros vinculados a activos, es decir, en su mayoría sustentados en fondos de inversión, han pasado de representar un 7,3% del total al 10,4%, es decir, han subido de 12.600 a 19.700 millones de euros.

El precio del dinero

El motivo, claro está, se encuentra en el precio del dinero, según asegura el responsable de Vida de Unespa, Carlos Esquivias, quien augura una vuelta a la tendencia anterior a dicho año conforme las entidades puedan elevar las remuneraciones a sus clientes más conservadores.

Es decir, aquellos que contratan las diferentes opciones de ahorro sin riesgo que ofrecen las aseguradoras, variopintas, y que se caracterizan por "dar una mayor rentabilidad garantizada, por no perder el dinero invertido [en los productos no vinculados a la renta variable] y un mejor tratamiento fiscal frente al pago anual que comportan los depósitos bancarios". Claro que, a diferencia de estos últimos, no tienen garantizados por ley el máximo de 100.000 euros y, en caso de problemas, hay que recurrir al Consorcio de Compensación de Seguros, "con una protección similar".

En estos momentos, las compañías están pagando intereses muy bajos: entre un 0,20% y un 0,60%, según operadores del sector consultados por este diario. Normal, si tenemos en cuenta que el 51% de las inversiones de las aseguradoras se realizan en deuda pública, que ofrece bajísimas remuneraciones. Aunque también es cierto "que hubo épocas en que se llegó al 5%".

Uno de esos productos son los seguros de capital diferido, en los que el ahorrador invierte un dinero, en su mayoría una prima única inicial y pacta con la compañía un interés. Al final de la vida de la póliza recibe todo lo invertido en forma de capital. Esta es la segunda opción más requerida por los clientes del seguro de ahorro, con 44.700 millones de euros. La primera, con 88.400 millones, son las rentas vitalicias, que suponen que la inversión realizada es devuelta por la empresa en plazos mensuales hasta la muerte del suscriptor. Este producto también puede ser temporal. Esquivias dice que es la fórmula preferida por quienes no tienen herederos.

Las otras dos fórmulas más demandadas son los Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS) y los Seguros individuales de ahorro a largo plazo (SIALP). Se trata de dos instrumentos por cuotas mensuales cuya rentabilidad está exenta de pagar impuestos si se cobra como renta vitalicia (el primero) o si se mantiene durante más de 5 años (el segundo).

El directivo de Unespa asegura que todos estos productos son embargables por Hacienda en caso de deudas, a excepción de los planes de pensiones, que escapan a las garras del fisco "hasta que los cobras". Las compañías de seguros son muy activas en estos instrumentos para la jubilación con 4,3 millones de partícipes y un patrimonio global de 61.846 millones de euros que en el último año ha crecido además en un 28%.

Una prueba más de que los productos que comercializa este sector están pensados sobre todo "para el medio y largo plazo". Esquivias asegura que son los preferidos por los autónomos, un colectivo "que tiene un patrón de rentas irregular y que buscan productos seguros y a la vez flexibles que les permitan retirar dinero con facilidad" cuando les vienen mal dadas. Es lo que sucedió durante el confinamiento y las restricciones por la pandemia. De hecho, otras fuentes del sector aseguran que muchos empresarios de hostelería cancelaron sus seguros de ahorros "para seguir adelante". Estas fuentes indican también que los constructores, que viven otra época de esplendor, invirten ahora mucho en estos productos, entre otros motivos porque les resguarda de los bancos, a los que piden créditos, ante la eventualidad de que cambien las tornas. También se llama diversificar.

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