Mercado interior

Bruselas multa con 337 millones al fabricante de galletas Oreo y chocolate Milka

La multinacional Mondelēz limitó ilegalmente las ventas transfronterizas en toda la UE para mantener los precios más altos, según la Comisión Europea

La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, en rueda de prensa para presentar medidas antitrust contra Mondelez.

La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, en rueda de prensa para presentar medidas antitrust contra Mondelez. / EFE

Silvia Martinez

La Comisión Europea ha anunciado este jueves una multa de 337,5 millones de euros a Mondelēz, fabricante de las galletas Oreo, Tuc y Ritz, el chocolate Milka o Toblerone o el café Velours Noir y Jacobs, por obstaculizar el comercio transfronterizo de estos productos y restringir el abastecimiento en los Estados miembros donde los precios son más bajos, con el objetivo de mantener inflados los precios en detrimento de los consumidores europeos.

“Hemos descubierto que Mondelēz limitó ilegalmente las ventas transfronterizas en toda la UE” y “lo hizo para mantener precios más altos de sus productos en detrimento de los consumidores”, ha explicado la vicepresidenta ejecutiva y responsable de competencia, Margrethe Vestager, sobre unas prácticas ilegales que estuvieron vigentes entre 2006 y 2020. Bruselas lanzó su investigación en el año 2019 y las pesquisas han concluido que existen dos tipos de infracciones.

En primer lugar, la multinacional estadounidense se embarcó en acuerdos anticompetitivos para restringir el comercio transfronterizo de sus productos en todos los mercados europeos. En total, según Bruselas cerró once pactos distintos que afectaban a siete comerciantes. “Mondelēz vendía una gama de productos a diferentes precios en distintos Estados miembros. Quería controlar dónde y a quién los comerciantes revendían sus productos. En los Estados miembros donde cobró precios más altos, Mondelez se aseguró de que los precios se mantuvieran altos”, ha explicado Vestager sobre unos acuerdos que también obligaban a los distribuidos a aplicar precios más altos a las exportaciones que a los productos de venta a nivel nacional.

En segundo, la empresa también abusó de su posición dominante en el mercado de las tabletas de chocolate en determinados mercados nacionales para restringir las importaciones. Por ejemplo, impidieron a un mayorista comprar sus chocolates en Alemania, donde los precios eran más baratos, para revenderlos en Austria, Bélgica, Bulgaria y Rumanía donde los precios eran más altos. Además, se negaron a suministrar a este intermediario durante cuatro años. Por último también dejó de suministrar chocolates a Países Bajos con el fin de evitar su exportación a Bélgica, donde Mondelez vendía estos productos a precios más elevados.

“Se trata de restricciones muy graves a la competencia. Fragmentan el mercado único. Aíslan los mercados nacionales dentro de él e impiden la libre circulación de mercancías en toda la Unión Europea. Esta conducta perjudica a los consumidores y les priva de los beneficios del mercado único”, ha recordado Vestager para quien este caso es un ejemplo más de los esfuerzos de los servicios de la competencia europeos por luchar contra comportamientos que fragmentan el mercado europeo. La danesa ha reconocido, no obstante, que la empresa ha cooperado con Bruselas en la investigación y ha decidido reducir en un 15% el importe del montante a pagar.