La crisis energética, ahora agudizada por la invasión militar de Rusia sobre Ucrania, sacude las estrategias de los grandes grupos empresariales para levantar escudos que aseguren el suministro frente a la zozobra actual y para acelerar el proceso de la transición ecológica. Enagás prepara ya un nuevo plan estratégico para rediseñar sus operaciones en línea con el objetivo de la Unión Europeo de garantizar la seguridad energética frente a la actual dependencia del gas ruso y para dar un giro verde también al sector del gas con la revolución del hidrógeno que viene.

Los planes de Enagás pasan por tener lista antes del verano la nueva hoja de ruta del grupo, encargado de la operación del sistema gasista y de la red de gasoductos en España, y hacerla pública a finales de junio, según ha adelantado el nuevo consejero delegado de la compañía, Arturo Gonzalo Aizpiri. El objetivo es que Enagás y España sean protagonistas en la estrategia europea de blindar la seguridad de suministro y contribuir al proceso de descarbonización.

El plan RePowerEU que prepara la Unión Europea marca las líneas de actuación para aumentar la seguridad energética del continente impulsando la transición ecológica y eliminando la dependencia del gas natural de Rusia. De aquí a 2023 el objetivo es sustituir el gas de Rusia por sus ministros de otros orígenes, tanto por barco como por gasoducto; acelerar la penetración del hidrógeno verde y tener un verdadero mercado de gas renovable al final de esta década; y robustecer las interconexiones entre países de la UE con nuevas infraestructuras que se utilicen ahora para transportar gas natural y más adelante para llevar hidrógeno verde.

El nuevo plan de Enagás estará marcado por la definición final del RePowerEU y por la renovada estrategia de los Veintisiete, y buscará impulsar el crecimiento del grupo en España y en Europa. Una hoja de ruta con cinco pilares: reforzar la capacidad de almacenamiento, impulsar nuevas interconexiones, el negocio del biometano, ser protagonista en el boom del hidrógeno verde y sellar nuevas alianzas con países vecinos.

“Enagás está trabajando junto con el Gobierno de España para contribuir de forma decisiva a estas prioridades europeas”, apuntan desde la compañía. “España es un país clave para fortalecer la resiliencia del sistema energético europeo, tanto por su papel esencial en la diversificación del suministro de gas como por su gran potencial para un rápido despliegue del hidrógeno renovable”.

Un nuevo escenario europeo que "abre la oportunidad de un nuevo ciclo inversor" en el sector del gas, para la adecuación de la actual red de gas natural y la construcción de nueva infraestructura dedicada específicamente al hidrógeno. "Hasta 2030 las necesidades para poner a punto la red española para el despliegue de los objetivos de hidrógeno que se está marcando la UE podría situarse entre los 2.500 y 3.000 millones de euros", auguró el nuevo CEO de Enagás.

Objetivo: ganar 430 M este año

Enagás registró un beneficio neto de 69,3 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que representa una caída del 25,4%. Pese al descenso, el grupo reiteró el objetivo establecido para el conjunto de 2022 de superar los 430 millones de euros gracias a la mejora de la actividad gasista y a las plusvalías obtenidas por operaciones de venta de activos en marcha (sin esas plusvalías el resultado será de 360 millones).

Entre las desinversiones previstas por la compañía, aún pendientes de autorizaciones y cierres definitivos, suman unas plusvalías potenciales de más de 200 millones de euros. Las operaciones en marcha incluyen la venta de la participación del 50% del Gasoducto Morelos, que generará una plusvalía de unos 32 millones; la entrada del fondo 'Clean H2 Infra Fund' en el accionariado de Enagás Renovable (EGR), que supondrá otra plusvalía neta de unos 46,9 millones; o la venta de la participación del 45,4% de GNL Quintero, que sumará otras plusvalías netas de unos 122 millones y tendrá un impacto en el beneficio neto de 97 millones de euros.