Inditex ha asegurado el relevo generacional de la compañía con la toma de posesión como presidenta no ejecutiva de Marta Ortega -la hija menor del fundador, Amancio Ortega-, quien pilotará desde mañana el futuro de las ocho marcas del grupo en esta nueva era de la empresa textil.

La mayor empresa cotizada de España aprobó este cambio en el organigrama el pasado noviembre, tras los peores momentos de la pandemia, que conllevó cambios de hábitos en el consumo, y el final de las reorganizaciones de la red de tiendas y de su plantilla.

Marta Ortega, de 38 años, fue nombrada por cooptación presidenta no ejecutiva de Inditex el pasado 29 de noviembre, tras la vacante por la renuncia de Pablo Isla a sus cargos de presidente y miembro del consejo de administración, lo que se consumará también este mismo viernes.

Despedida de Pablo Isla

La despedida de Isla y la toma de posesión de la nueva presidenta se produce en un contexto inesperado: la guerra en Ucrania, el cierre de tiendas en los mercados ruso y ucraniano, los problemas agravados en la cadena logística, el alza imparable de las materias primas, la escalada del IPC y su impacto en el consumo y los precios.

Inditex ha cocinado con discreción este cambio en la comandancia y despide con honores a Pablo Isla, el máximo ejecutivo de la factoría gallega que aterrizó hace 17 años en la compañía.

Isla dijo en una breve conferencia de prensa cuando se conoció su salida del grupo que esta transición se producía "en un momento óptimo".

La compañía, afirmó, "tiene muchísima solidez, una estrategia bien definida, equipos fantásticos y una combinación de juventud y experiencia".

La nueva "primera dama" del grupo ha entrado a formar parte de los consejos de administración y como vocal de dos sociedades que conforman Pontegadea, Pontegadea Inversiones y Pontegadea GB 2020, que suponen el brazo inversor de Amancio Ortega, el hombre más rico de España, y que centra sus inversiones en los negocios inmobiliario y financiero.

Además, Marta Ortega se une al grupo de mujeres que se encuentran en lo más alto de las cúpulas directivas de las empresas que integran el IBEX-35 (Ana Botín, del Santander y Beatriz Corredor, de REE), así como a otras máximas directivas como Marta Álvarez (El Corte Inglés) o Dolores Dancausa (Bankinter).

Isla deja los deberes hechos

En el último ejercicio fiscal, en 2021, y con Isla como consejero delegado, Inditex triplicó el beneficio (3.243 millones de euros), quedándose a escasos 400 millones de su récord de 2019, y ante retos como paliar el roto que pueda hacer la suspensión de operaciones en Rusia, uno de sus principales mercados, o la galopante inflación.

En este periodo de cambio, Marta Ortega contará con el apoyo de Óscar García Maceiras como primer ejecutivo del grupo.

La hija del empresario gallego pasa a ser presidenta con calificación jurídica de consejera dominical, en tanto que las funciones ejecutivas se trasladan a García Maceiras.

La nueva presidenta tendrá bajo su responsabilidad directa las áreas de Auditoría interna, Secretaría General y del Consejo y Comunicación.

En cuanto a la propuesta de remuneraciones y a la luz de estos cambios en la estructura de gobierno, el Consejo de Administración de Inditex propondrá a la junta general de accionistas una modificación por la que Marta Ortega pasaría a cobrar en metálico 900.000 euros al año por su nuevo desempeño, a los que se añadirían otros 100.000 euros por su puesto como consejera.

El legado continúa

La nueva presidenta del grupo lleva 15 años trabajando en la empresa en diversos puestos, desde la experiencia en tienda hasta los departamentos de Finanzas, Contabilidad o Diseño.

"Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro pero aprendiendo del pasado y al servicio de la compañía, nuestros accionistas y nuestros clientes, en el lugar donde se considere que soy más necesaria", aseveró.

La multinacional gallega, que se define como "una de las mayores compañías de distribución de moda del mundo", nació en 1963 como una pequeña empresa con sede en La Coruña que, desde el viernes, preside Marta Ortega y ya tiene presencia en cerca de un centenar de países.

La nueva presidenta tiene ya encima de su mesa las consecuencias de la invasión de Ucrania: Inditex decidió cerrar de forma temporal las más de 500 tiendas con las que opera en suelo ruso con todas sus marcas, que reúne a 9.000 empleados y aporta el 8,5 % en el resultado de explotación del grupo.

En su agenda a medio plazo figura el nuevo dibujo de Inditex -que en lo que va de año ha perdido cerca de un 30 % de su valor bursátil- sobre el papel que quiere desempeñar el grupo como primera firma textil del mundo ante la irrupción de competidores extranjeros, principalmente desde China.