Más de 300 empleados de Unicaja Banco se han ofrecido voluntariamente a acogerse a las condiciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en las primeras 24 horas que lleva abierto el plazo de adscripción al mismo, según han explicado fuentes sindicales. El ERE negociado con los sindicatos contempla la salida de 1.513 trabajadores (el 15,6% de su plantilla), aunque el banco ha accedido a que la cifra pueda quedarse en un mínimo de 1.314 si se llegara a ese cupo de empleados de forma voluntaria. Tanto los sindicatos como la entidad financiera confían en que el ERE pueda ser cubierto en su totalidad con adscripciones voluntarias, y estas 300 primeras solicitudes parecen apuntar en esa dirección. De hecho, se cree que la cifra de peticiones podría incluso superar las 1.513 previstas como tope. En ese caso, será Unicaja Banco la que determine qué trabajadores incluye en el ERE conforme a unos criterios que acordó con las centrales sindicales.

Los trabajadores que quieran ser incluidos podrán solicitarlo hasta antes del próximo 15 de enero. Con las solicitudes que reciba, el banco tendrá un periodo de 30 días naturales a partir de ese momento para aceptar o rechazar cada caso. Le corresponderá también a la entidad decidir la fecha de extinción concreta del contrato de cada trabajador afectado, avisando con un mínimo de 30 días de antelación.

En el caso de que las adscripciones superen el número máximo de afectados que recoge el ERE (en otros bancos ha ocurrido así y se da por hecho que también pasará en Unicaja) la entidad aplicará para la selección un orden de prelación por tramos de edad descendente. En todo caso, se reserva poder saltarse en algún momento esa norma por necesidades organizativas si en algunas provincias hay más adhesiones que el excedente detectado.

El plazo general de ejecución de las medidas del ERE será hasta el 31 de diciembre de 2024, según se recoge en el documento. La adhesión voluntaria era el principal argumento de las organizaciones sindicales a la hora de negociar con la entidad el proceso de despido colectivo, traslado colectivo y homologación de condiciones de trabajo, una máxima presente en el acuerdo al que se llegó en la madrugada del 3 de diciembre.

El acuerdo fue alcanzado entre Unicaja Banco y las secciones sindicales de CCOO, UGT y CIC –que engloba a SUMA-T, STC y SIBANK- y CSIF, que representaban el 76,92% de los miembros de la Comisión Negociadora, en el último día del periodo formal de negociación.

El coste estimado del ERE será de será de 368 millones y permitirá generar un ahorro anual de 97 millones, según explicó el banco a la Comisión Nacional del Mecado de Valores (CNMV) una vez rubricado el acuerdo son los sindicatos.

CESICA fue el único sindicato que ha rechazado este acuerdo ya que -a su juicio- no se garantiza la voluntariedad de las extinciones ni movilidades y hay prejubilaciones peores que en el acuerdo de 2018, entre otras cuestiones.

Unicaja pretende el cierre de 395 oficinas y dar de baja a casi 2.700 empleados dado que a los 1.513 despidos contemplados en el ERE se suman unas 1.200 prejubilaciones, 730 que estaban en excedencia en Liberbank y 437 de la antigua Unicaja Banco con los que se ha alcanzado un acuerdo.

Esta negociación del ERE se ha llevado a cabo tras la fusión de Unicaja Banco y Liberbank, que supuso la creación del quinto banco del país, con un volumen actual de activos cercanos a los 110.000 millones, más de 4,5 millones de clientes y aproximadamente unas 1.400 oficinas.

Tras el acuerdo del ERE, Unicaja Banco presentó este pasado 10 de diciembre en Málaga su Plan Estratégico 2022-24 que tiene, entre otros objetivos financieros, alcanzar al final del período un ROTE (rentabilidad sobre fondos propios tangibles) superior al 8% y una generación de capital de 1.500 millones de euros. El plan busca "potenciar el crecimiento del negocio como entidad rentable, sostenible y con mejores capacidades digitales junto a otros canales, con un perfil con un perfil de riesgo bajo".