El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el decreto de calidad y trazabilidad del aceite de oliva y orujo de oliva, con medidas dirigidas a revalorizar el producto y a satisfacer las nuevas demandas de los consumidores. La iniciativa legislativa pretende mejorar el posicionamiento comercial del aceite de oliva, en especial el virgen extra o AOVE, atender las nuevas demandas de transparencia de la ciudadanía y satisfacer una reivindicación histórica del sector oleícola, ya que la anterior normativa databa de 1983. El mercado sufre desde hace años frecuentes fraudes en el comercio por la falta de mecanismos por parte de la distribución y las envasadoras de mantener niveles de calidad uniformes. Una muestra de esta situación con las irregularidades detectadas en los análisis independientes de los organismos de consumo en los últimos años, que han supuesto cuantiosas multas.

España es el principal elaborador y exportador de aceite de oliva del mundo. Cuenta con más de 2,75 millones de hectáreas de olivar, que suponen el 15,1% de las tierras de cultivo y el 10,1% de la superficie agraria útil. Más de 350.000 agricultores se dedican al cultivo del olivar, producción que ha generado un importante tejido industrial en zonas rurales, con 1.831 almazaras, 1.763 envasadoras y 63 orujeras, que mantiene unos 15.000 empleos en la industria. El aceite de oliva es el tercer producto agroalimentario más exportado por España, a más de 150 países de destino, con un valor de más de 2.800 millones de euros anuales.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha recordado que el sector demandaba esta actualización normativa en aras de una leal competencia entre todos los operadores. A partir de ahora, el sector oleícola contará con un plan nacional específico de control de trazabilidad, coordinado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y gestionado por las autoridades competentes de las comunidades autónomas. La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno de España, Isabel Rodríguez García, ha destacado que este real decreto llega para dar respuesta a las propias demandas del sector olivarero. "Buscamos poner en valor y revalorizar el aceite de oliva, pero también mejorar su calidad y trazabilidad", ha indicado durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Con esta norma se realza el valor de un producto, como el aceite de oliva, que es icónico en España, y moderniza también su competitividad en el contexto internacional y da respuesta al consumidor respecto a la seguridad del producto", ha señalado.

Con el fin de evitar confusiones entre los consumidores, los términos 'virgen' y 'virgen extra', denominaciones para el puro zumo de aceituna, solo se podrán utilizar para el aceite de oliva y no para ninguna otra grasa vegetal en el mercado español. También se refuerza la prohibición de mezclar aceite de oliva con otros aceites. A partir de ahora, queda prohibido que alimentos que llevan en su composición aceite de oliva puedan destacarlo en la denominación de venta (si deberán hacerlo en la lista de ingredientes) con el fin de evitar engaños al consumidor.

Prohibido el 'refrescado'

Según el marco legal, los aliños o condimentos con base de aceite de oliva no podrán utilizar las menciones 'aceite de oliva' u 'orujo de oliva' en su denominación comercial. Para garantizar a los consumidores un producto de máxima calidad, se prohíbe en España la práctica conocida como 'refrescado', que consiste en mezclar aceites de oliva vírgenes de la campaña en curso con otros de campañas precedentes a fin de mejorar las características organolépticas del producto más antiguo.

Agricultura ha recalcado que la búsqueda de la máxima transparencia también se va a reforzar con la publicación de informes de resultados de los controles de conformidad y de trazabilidad del producto. El acceso de los consumidores a estos informes es otro elemento para trasladarles la máxima seguridad sobre los productos que consumen. De esta forma y por primera vez, se obliga a llevar un sistema de trazabilidad estandarizado, "muy exigente", que redundará en mayores garantías para el consumidor. Queda en el aire de qué manera se podrá controlar la uniformidad de la calidad de la producción cuándo habitualmente se mezclan olivas de distintas calidades en el mismo prensado. Se obliga por ello a que los movimientos de aceite vayan amparados por documentos de acompañamiento, herramienta indispensable para un mayor control, mientras que los movimientos de aceites a granel deberán ir acompañados de un boletín de análisis que garantice que la categoría declarada es la que dice ser. Agricultura ha reiterado que este sistema de control, que no existe en ningún otro país del mundo, sitúa a España en cabeza de las exigencias de calidad del aceite de oliva. Por otro lado, el Ministerio pondrá a disposición del sector y autoridades de control un sistema informático para realizar la notificación previa y obligatoria de cualquier movimiento que afecte al producto.

De cara a promover la imagen del aceite de oliva virgen extra (AOVE), se elaborará un código de buenas prácticas de adhesión voluntaria, consensuado entre los Ministerios de Agricultura y el de Consumo, así como con las asociaciones representativas del sector productor, de la industria, de la distribución y de los consumidores. El objetivo de esta medida es mejorar la percepción por parte de los consumidores del aceite de oliva virgen y reforzar la calidad de la categoría 'virgen extra', generalmente muy vapuleada en los comercios. De esta forma, el código incluirá medidas concretas como la mejora del envasado y la presentación del AOVE, de tal forma que el consumidor identifique que está comprando un producto de calidad extraordinaria. Por otro lado, se ha recordado que los envases dispuestos con aceite de oliva virgen extra para los consumidores finales en los restaurantes y colectividades deben ser irrellenables, con el objetivo de evitar prácticas fraudulentas.