Situado sobre el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (Arqva), donde se custodia el espectacular tesoro del Odyssey -la colección de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, que consta de más de 570.000 monedas de oro y plata de finales del siglo XVII y principios del XIX-, además de otras muchas reliquias anteriormente sumergidas en el Mediterráneo, encontramos otro ´tesoro´, en esta ocasión gastronómico, impulsado desde septiembre por la nueva gerencia del restaurante Arqva de la mano de Bartolomé Vera -de Los Habaneros- y su jovencísimo chef Adrián Ros, con la ayuda de Loli en la cocina y de Giorgiana Pop, gerente de sala y la encargada de la cafetería, Celia.

Cuando accedemos por las escaleras o el ascensor a la cafetería-restaurante nos encontramos una modernísima decoración con estructura y paredes metálicas, grandes cristaleras inclinadas con espectaculares vistas al Puerto de Cartagena que nos harán creer que estamos embarcados en uno de los cruceros atracados a tiro de piedra del restaurante. Desde la zona de cafetería, con una pequeña barra de servicio y doce mesas situadas en un pasillo, accedemos al salón principal de Arqva con vistas al Museo y donde encontraremos elegantes mesas con doble mantel, azul y blanco, con capacidad para unos sesenta comensales.

Cocina de autor sin gluten

Otro de los ´tesoros´ que encierra la cocina de Adrián Ros -celíaco desde niño- es una cocina cien por cien libre de gluten y una cuidada carta que hará las delicias de veganos y vegetarianos, con una fresca materia prima de productos autóctonos y donde reinan verduras, hortalizas y pescado fresco, con toques de cocina oriental al vapor.

Elaboran a diario un menú por 15 euros que incluye un entrante -como pudiera ser una ensalada con jamón de pato o gazpacho de frutos rojos-, un plato principal a elegir entre dos sugerencias -el día que estuvimos contaban con tallarines de arroz o crema de alubias-, además de postre casero, café y una bebida.

La carta de la cafetería ofrece deliciosas puntas de pan de masa madre con base de tomate y salmón marinado, bacalao ahumado, ventresca de atún, cantonales de mojama de atún y huevas, de queso con anchoas del Cantábrico, o de jamón serrano. Así como tapas o raciones de salpicón de mariscos de la bahía, pulpo a la gallega, gambas al ajillo, ensaladilla rusa, tortilla de patatas, patatas con alioli y marineras.

La carta del restaurante incluye como entrantes ensalada de mango y sweet chilli; de salazones y encurtidos; mojete murciano texturizado, con espuma de tomate de pera y polvo de aceituna negra; ceviche de pescado de lonja, caballa y tomate, y su colorido ´Mosaico de pulpo´ a baja temperatura, con cremoso de patata trufada, botarga (hueva de mújol rallada), helado de aceite de oliva virgen extra y pimentón de la vega. También elaboran un exótico Cha giò de verdura, una especie de rollitos vietnamitas fritos con obleas de arroz y salsa de soja dulce y soja cítrica.

Entre sus platos ´más verdes´ cuentan con Pad thai -con tamarindo y soja dulce-, Nasi goreng de verdura y olla gitana. En su apartado ´Tesoros del mar´ ofrecen carrillera de atún ahumada, bonito con mojito, pescado de lonja cocido al vapor o guiso de garbanzo, curry y chipirones. Sus platos de carne incluyen costillitas de cordero sureño a la BBQ coreana, presa ibérica en semisalazón y estofado de ternera.

Elaboran atrevidos postres como su ´Brócoli que quiso ser postre´ o su mousse de chocolate blanco. Su bodega cuenta con más de 40 referencias de vinos blancos, tintos, rosados y cavas de calidad.