Fútbol sala

Un Jimbee Cartagena sin corona

El conjunto cartagenero pierde la oportunidad de sumar un nuevo título esta temporada

Chemi agradece el apoyo de la afición mientras los jugadores del Betis celebran el triunfo.

Chemi agradece el apoyo de la afición mientras los jugadores del Betis celebran el triunfo. / EFE

Salva Castiñeyras

El Jimbee Cartagena no logró agrandar aún más su historia con una Copa del Rey que hubiese cerrado un doblete para quitarse el sombrero. Y eso que lo tuvo cerca, muy cerca, tanto que la final se acabó decidiendo en una tanda de penaltis en la que el cuadro cartagenero no tuvo la suerte de su lado e hincó rodilla ante el Real Betis Futsal. Segunda final de Copa del Rey que este Jimbee Cartagena pierde pasado el tiempo reglamentario, tras la del año pasado ante el Barça, siendo aún más doloroso si cabe el quedarse tan cerca de la gloria. Las caras largas, las lágrimas y los gestos de incredulidad fueron protagonistas entre el elenco cartagenero al término del choque.

Duda confió para la gran final en el mismo quinteto que salió de inicio y obró la épica gesta ante Jaén Paraíso Interior en semifinales: Chemi -bajo palos-, Bebe, Mellado, Lucao y Waltinho. El choque comenzó con un Real Betis muy metido, que desde el inicio de competición arrancaba como presumible «cenicienta» de los cuatro equipos que alcanzaron llegar a la cita, teniendo en cuenta que hace apenas una semana consumó su descenso de la LNFS, pero que ante Peñíscola en semifinales ya se encargó de borrar por completo su postura como tal y demostró que son un equipo a tener muy en cuenta para un torneo en el que ejercían de anfitriones y que han acabado por llevarse.

La final se convirtió en un ida y vuelta, hasta que llegó el primer tanto de los de la avenida del Cantón en el siete de juego. Carrera por banda izquierda de un Motta que lanzó un centro raso y potente con dirección a puerta bética. Molina intentó interceptar, pero haciendo parecer el balón una patata caliente no pudo amarrarla y un rápido Pablo Ramírez volvía a inaugurar el marcador para Jimbee como ya hizo en semifinales. Este 0-1 hizo explotar a la hinchada cartagenera, que lanzó al aire casi un centenar de globos rojiblancos desde las gradas del Pabellón San Pablo.

Los jugadores del Betis celebran la consecución del título. | RAÚL CARO/EFE

Los jugadores del Betis celebran la consecución del título. | RAÚL CARO/EFE / Salva Castiñeyras

El gol dio cierto aire al Jimbee, que tuvo hasta dos acercamientos en los minutos consiguientes en las botas de un Saura que no logró encontrar puerta al finalizar las jugadas. Tras varias intentonas, la cosa no podía ir a mejor para los de Duda, y es que la pegada del mejor Jimbee había renacido. Motta volvió a golpear por partida doble en la final, casi llegado el ecuador de primera parte, haciendo a Jimbee colocarse 0-2 tras una fantástica jugada individual, clásica del italobrasileño, que arrancó desde derecha y cruzó con un disparo potentísimo desde la lejanía para mandar el balón al fondo de las mallas.

El partido ni mucho menos había acabado, y es que una buena transición del equipo hispalense a los cinco minutos del gol de Motta, una revisión de VIR concedió penalti al Real Betis. Pablo Ramírez, que corría emparejado con Jorge Carrasco, intentaba evitar el remate del pívot catalán y finalmente terminaba arrollándolo en el área provocando las quejas de la afición local. El penalti fue señalado tras revisión y Piqueras, con Chispi bajo palos, hundió al cartagenero con un tiro fuerte y tenso a la derecha a media altura.

Se llegó al descanso con 1-2 en el marcador, un buen resultado para Betis y no tanto para Jimbee, que pese al control sobre el cuarenta por veinte dejó con vida a los verdiblancos, dándoles la posibilidad del empate. El segundo acto arrancó con la peor noticia posible para los de Duda, una igualada tempranera para el conjunto bético. Una mano de Tomaz en la frontal del área, Chemi puso tres hombres y barrera y se colocaba a la altura de ésta, pero Montero, que ejecutó el libre directo, amagó con el disparo y la cedió al segundo poste para un Piqueras que batió bien por abajo al meta mazarronero (2-2).

Siguió apretando el conjunto dirigido por Ramón Martínez, que se subió a la ola de fe que se vivía en las gradas. Estaba en juego el primer título en la historia para el Real Betis, y la hinchada empujó con todo hasta que su equipo logró remontar la contienda. El 3-2 llegó a los dos minutos con una obra maestra de esas que te dejan boquiabierto por parte del 7 bético, Carrasco, que remató un envío directo de saque de banda de espaldas a portería con el tacón. El pabellón de San Pablo de Sevilla, en estado de euforia total, se vino abajo con el magnífico tanto local.

Un Jimbee Cartagena sin corona

Un Jimbee Cartagena sin corona / Salva Castiñeyras

Comenzó el juego posicional de cinco por parte del Jimbee Cartagena cuando restaban también cinco minutos para el cierre de la final en Sevilla. Con una pitada ensordecedora tuvo que intentar generar el conjunto trimilenario, pero la presión desde la grada hacia parecer a un Real Betis Futsal que descendía hace pocos días a Segunda División un auténtico gigante, haciendo cambiar por completo los ‘roles’ entre ambos equipos, y obligando a Duda a pedir tiempo muerto en busca de un empate ‘in extremis’.

Mínguez avisó con un disparo al poste desde la derecha, y con la emoción en el cuerpo, Darío Gil obró la épica y coló el empate a falta de dos minutos para el final. Con ese juego de cinco la acción se volcó en la izquierda, y casi sin ángulo, Darío chutó fuerte y raso al primer poste, pasando el esférico por debajo de las piernas de Molina y entrando casi llorando hasta la red en el 38 de partido.

El Jimbee volvió a creer. Las tornas se volvieron a cambiar en favor de los cartageneros. La remontada estuvo apunto de culminarse con un disparo de Lucao que receptó Ramírez al segundo poste y acabó con un remate que se estrellaba en el larguero. El Betis también tuvo la suya a falta de centésimas para el final con un disparo de Carrasco que dejó helado a todo el elenco rojiblanco, pero el balón rozó la madera. La final se iba entonces a la prórroga, dos tiempos de tres minutos máS y la emoción en todo lo alto para conocer al campeón de la Copa del Rey.

La prórroga fue de lo más igualada. El Jimbee Cartagena se cargaba con la quinta falta casi al comienzo de la misma, dificultando sus tareas defensivas por el resto de tiempo extra. El Real Betis se animó y sacó por primera vez en toda la final su juego de portero-jugador, pero sin resultado. En el segundo tiempo de la prórroga fue controlado por el conjunto cartagenero, que gozó de algunas claras ocasiones para romper la igualada, pero lo que acabó llegando fue un último larguero a falta de segundos para el cierre que condenaba la final de Sevilla a los penaltis.

Piqueras iniciaba la tanda con un golpeo soberbio a la derecha que no pudo detener el meta cartagenerista, y en su primer lanzamiento, Jimbee sin saberlo diría adiós al doblete. Waltinho lanzó a la izquierda de la portería a media altura, pero Raúl Sánchez paró desplazándose a ese costado con las rodillas. Los lanzamientos seguirían su rumbo, y sin suerte para un Chispi que no consiguió atajar, nadie fallaría hasta llegar al quinto y definitivo que Lemine mandó adentro, dando la Copa del Rey 2024 al Real Betis Futsal y condenando al Jimbee Cartagena a un final de temporada con sabor amargo tras perder la posibilidad de sumar a la Supercopa de España un título que, a igual que el año pasado, se le escapa.

Duda: «Es una decepción que se nos haya escapado este partido»

En un desenlace inesperado, Jimbee Cartagena cayó contra el Real Betis Futsal en la final de la Copa del Rey. Los de Duda no pudieron mantener su ventaja y acabaron hincando la rodilla en la tanda de penaltis.

El técnico brasileño expresó su frustración tras el partido: «Es tanta información de que vamos a ser campeones que te ves campeón en un momento. Empezamos bien, nos ponemos por delante y a partir de ahí parece que ya eres campeón. Y cuando te va viniendo la remontada te va asustando más y más. Es una situación psicológica muy complicada a la que no hemos sabido reaccionar bien».

El entrenador cartagenerista también destacó problemas tácticos y la incapacidad del equipo para mantener la concentración: «Con 2-1 puede haber un error arbitral, pero no te puede condicionar el juego. No hemos conseguido en el descanso convencer a la gente que la actitud tenía que ser la de la primera parte, ha sido todo lo contrario y hemos ido de más a menos».

Finalmente, Duda lamentó la oportunidad perdida: «Esta final duele mucho más que la del año pasado. Vas ganando dos a cero, con un equipo recién descendido. Es un partido que no se podía escapar y se ha escapado, es una decepción». Dentro de cinco días estamos en Madrid jugando el play off, así que hay que recomponerse rápido y preparar el partido frente a Inter», concluyó Duda.

s.c.