Fútbol

¿Y ahora qué, Paco Belmonte?

El presidente del FC Cartagena, tras casi diez años en el cargo, se encuentra en un momento crucial de su etapa al frente del club albinegro por la incertidumbre sobre la propiedad que rodea al club y el estado real de las cuentas

Paco Belmonte, a la derecha, el domingo en el palco junto a la alcaldesa, Noelia Arroyo.

Paco Belmonte, a la derecha, el domingo en el palco junto a la alcaldesa, Noelia Arroyo. / IVÁN URQUÍZAR

Alfonso Asensio

Alfonso Asensio

Las dudas

¿Será capaz de sacar adelante en solitario al club?

Ante los problemas económicos claros y la posible desvinculación de Duino, Paco Belmonte tendrá que tomar una decisión como presidente del club. Vender o encontrar financiación.

¿Qué vinculación tiene Felipe Moreno con el Cartagena?

Además de los acuerdos entre Moreno y Belmonte, la empresa dueña de las acciones del club albinegro pertenece a Fernando Luque Carreño, hombre de confianza del cordobés.

¿Cuál es la deuda real de la entidad albinegra?

La deuda real del Cartagena es, a día de hoy, una incógnita debido a la opacidad de sus cuentas. No obstante, las últimas informaciones apuntan en torno a los 5 millones de euros.

La dramática temporada del FC Cartagena, que empezó con desaliento y ha terminado en euforia, ha generado importantes consecuencias pese al final feliz. El nefasto comienzo del curso del Fútbol Club Cartagena no sentó nada bien a la parroquia albinegra, que no entendía el por qué de las malas decisiones de la directiva en torno a la confección de la plantilla o el rumbo del proyecto. Comenzaron a surgir las preguntas, pero las respuestas imprecisas no ayudaron a calmar los ánimos. Ahora, con el objetivo cumplido todas las preguntas se resumen en una sola. ¿Y ahora qué, Paco Belmonte?

Todo empezó en el verano pasado. La marcha de Luis Carrión dio el primer tirón de la manta de la situación económica que atravesaba el club. Semanas antes, el presidente reconoció que la entidad estaba generando un déficit de unos 800.000 euros en su tercera temporada consecutiva en Segunda y la marcha del pilar fundamental del proyecto hizo saltar las alarmas. Los problemas de liquidez se convertían en realidades palpables que no habían hecho más que comenzar.

Llegaron más salidas de futbolistas imprescindibles como Pablo De Blasis, Aarón Escandell o Toni Datkovic, decoradas estas últimas con cruces de declaraciones. La imposibilidad de renovar a otros talentos como Borja Valle o repetir las cesiones de Darío Poveda y Óscar Ureña, entre otros, ‘calentó’ el ambiente. La incapacidad para cerrar fichajes cuestionables en nivel y tiempos pusieron en pie de guerra a la parroquia albinegra contra sus dirigentes.

Los errores en los despachos terminaron trasladándose al terreno de juego, como se barruntaba en las gradas del Cartagonova. Con el proyecto tambaleándose, los aficionados demandaron explicaciones que no supieron dar ni Paco Belmonte ni Manolo Breis en aquella infame rueda de prensa. Las incertidumbres sobre el control económico -en manos del presidente desde la salida de Rebeca García por la puerta de atrás- y en cuanto a la propiedad del club -en manos de Duino Inversiones desde 2016-, se abalanzaron sobre la cúpula directiva.

Desde el inicio de la ‘era Belmonte’, las dudas sobre la propiedad han estado ahí, pero fue este curso cuando la parroquia albinegra pareció despertar. El tema, como muchos aspectos de la Sociedad Anónima Deportiva, está rodeado de oscurantismo. A pesar de que en las cuentas anuales de la temporada 2021-22 -las últimas publicadas por la entidad- la empresa inmobiliaria Duino Inversiones aparece como dueña del cien por cien del Capital Social de la SAD, el presidente y consejero delegado afirmó para La 7 que «el Cartagena es de Paco Belmonte». En la empresa dueña del Cartagena, Belmonte cuenta con una participación minoritaria mientras Fernando Luque Carreño, persona de confianza de Felipe Moreno, figura como administrador único.

Toda la tensión acumulada por lo extradeportivo y prendida por lo deportivo explotó en la undécima jornada tras la derrota del Cartagena frente al Racing en el Cartagonova, cuando una veintena de aficionados increpó al presidente y al director deportivo a su salida del estadio. Pasado ese episodio, con la vuelta del nivel competitivo del equipo y con Julián Calero convirtiéndose en prácticamente el único interlocutor y, por tanto, en el escudo, la lucha por la permanencia ha concentrado todas las energías del aficionado y ha tapado durante meses las cuestiones institucionales, que regresan con el objetivo cumplido.

La entidad del Cartagonova necesita urgentemente la entrada de dinero externo para aclarar su situación económica y quizás también la salida del accionariado de una empresa con sede en Murcia y vinculada directamente con el Real Murcia. La deuda, que podría rondar los cinco millones de euros, ‘se come’ al Cartagena. No se puede permitir el club otra temporada como la actual, en la que ha rozado el descenso y con él su viabilidad. Ante esa situación, la afición cartagenera se pregunta: ¿Y ahora qué, Paco Belmonte?