Ascenso del Odilo Cartagena a LEB Oro

Cartagena reconquista su exoplaneta baloncestístico

El Odilo FC Cartagena devuelve a la ciudad a la segunda categoría del baloncesto nacional cuando están a punto de cumplirse treinta y cinco años del ascenso del Proexinca Cebé

Los jugadores del Odilo Cartagena, celebrando en el Ayuntamiento el ascenso a LEB Oro. | IVÁN URQUÍZAR

Los jugadores del Odilo Cartagena, celebrando en el Ayuntamiento el ascenso a LEB Oro. | IVÁN URQUÍZAR / dioni garcía

Dioni García

Dioni García

Durante más de tres décadas, para el baloncesto cartagenero la LEB Oro, la segunda categoría del baloncesto nacional, ha sido un exoplaneta alejado de su órbita. Y como dice Arde Bogotá en su célebre canción dedicada a la ciudad trimilenaria, durante las tres últimas temporadas el Odilo FC Cartagena ha estado valorando ir a colonizar ese planeta que ha estado tan alejado durante un largo período. Este curso 2023-2024, que será recordado como el de la reconquista, ha puesto fin a una travesía del desierto con un ascenso épico, como el que se vivió en la ya lejana temporada 1989-1990 en una fase de ascenso que se celebró en el Pabellón Central y donde el desaparecido Proexinca Cebé se instaló en la Primera División, el equivalente hoy en día a la LEB Oro.

En Zamora, cuando nadie apostaba por una hazaña después de perder por nueve puntos en el partido ida, Jordi Juste, el entrenador de los albinegros, tenía un plan, que no era otro que mantenerse fiel a esa filosofía que le llevó a ser el mejor del grupo Este. Y salió a la perfección porque el Odilo, contra pronóstico frente al que había sido durante el curso el mejor equipo de la LEB Plata -solo había sufrido dos derrotas-, se proclamó campeón y logró el ascenso sin tener que pasar por unos peligrosos play off.

Cuando está a punto de conmemorarse el trigésimo quinto aniversario del ascenso del Proexinca Cebé, el Odilo ha logrado cerrar una gran herida del baloncesto cartagenero que otros muchos intentaron curar antes sin éxito. Asier González, Sediq Garuba, Gerard Blad, Johan Kody, Xabi Beraza, Jordan Rogers, Juanpe Jiménez, Josep Fermí, Seydou Aboubacar, Álex Jordá y Tote Alonso pusieron sus nombres junto a los de los héroes del ascenso de 1989, Lalo Madrigal, Marcos Molina, Miguel Tarín, Pablo Ventoso, Modesto Carvajal, Primi Abad, Paco Guillem, Paco Carmona, Pepelu, Javi Rebollo y Mariano Villagrasa, con Pencho Madrid como entrenador. Aquella aventura en la categoría plata, por desgracia, solo duró un año. Al finalizar el mismo, tras un agónico play off de salvación ante el Tenerife y otra anterior salvado ante el Santa Coloma, los directivos decidieron vender la plaza al Melilla, rompiendo el corazón de los aficionados cartageneros al baloncesto, que durante el curso en Primera no abandonaron a un equipo liderado por el estadounidense Derek Hamilton.

A la tercera oportunidad

La afición, que durante temporada y media llenó el Central con 3.500 aficionados todos los partidos, desertó desencantada por la traición. Y varias de las personas que se sintieron engañadas arrancaron con otro proyecto, el Mare Nostum, un club que ya existía en la ciudad y al que potenciaron sin poder sacarlo del fango. Pero poco duró la aventura para después dar paso el Club Amigos del Baloncesto de Cartagena, que durante varias temporadas jugó en Liga EBA, donde encontró su techo. Solo la voluntad de unas pocas personas logró mantener con vida a un club que en algunos partidos apenas congregó a medio centenar de espectadores.

Después de muchas idas y venidas, de clubes con pies de barro, prácticamente sin apoyos, un proyecto conjunto de todo el baloncesto cartagenero que involucró también al club de fútbol para darle más soporte publicitario. Así se dio paso al arranque del FC Cartagena CB, que en junio de 2021, un año después de entrar la directiva que encabeza David Ayala, logró el ascenso a LEB Plata. Y desde la llegada a la nueva categoría el proyecto fue ambicioso. Llegó el patrocinio de Odilo, el apoyo decidido del Ayuntamiento, así como de varios patrocinadores. Ha sido a la tercera cuando el acierto ha sido pleno.

El verano pasado el club apostó por Jordi Juste, un catalán que había llevado dos años ya el equipo de Pamplona a quedarse a las puertas del ascenso. Y a la tercera también llegó para él, firmando una sobresaliente remontada con un planteamiento táctico valiente que dejó en fuera de juego al Zamora, la mejor plantilla de la categoría, jugando a domicilio.