Baloncesto

Odilo FC Cartagena: un ascenso que cierra una gran herida

El baloncesto cartagenero ha vivido una larga travesía de 35 años a la que ha puesto fin el Odilo FC Cartagena con su salto a la LEB Oro

Los jugadores del Odilo Cartagena, celebrando el ascenso en Zamora.

Los jugadores del Odilo Cartagena, celebrando el ascenso en Zamora. / FEB

Dioni García

Dioni García

Dentro de un mes y medio se conmemorará el treinta y cinco aniversario del ascenso del Proexinca Cebé Cartagena a Primera División, la segunda categoría del baloncesto español. Y hoy, en la ciudad trimilenaria, se festejará el salto a la LEB Oro del Odilo FC Cartagena, un ascenso que cierra una gran herida del baloncesto cartagenero que ha provocado una travesía por el desierto de más de tres interminables décadas.

En un partido épico en Palencia, como fue el de hace 35 años ante el Calella en el Pabellón Central de Cartagena, Asier González, Sediq Garuba, Gerard Blad, Johan Kody, Xabi Beraza, Jordan Rogers, Juanpe Jiménez, Josep Fermí, Seydou Aboubacar, Álex Jordá y Tote Alonso, con Jordi Juste al mando del banquillo, pusieron sus nombres junto a los de los héroes del ascenso de 1989, que fueron Lalo Madrigal, Marcos Molina, Miguel Tarín, Pablo Ventoso, Modesto Carvajal, Primi Abad, Paco Guillem, Paco Carmona, Pepelu, Javi Rebollo y Mariano Villagrasa, con Pencho Madrid de entrenador. La aventura del Proexinca Cebé en la categoría plata, hoy conocida como LEB Oro, duró solo un año. Al finalizar el mismo, tras un agónico play off de salvación ante el Tenerife, los directivos decidieron vender la plaza al Melilla por 10 millones de pesetas, y escenificaron durante un mes una pantomima, con reuniones con el Ayuntamiento al que ocultaron la realidad, negando sistemáticamente el acuerdo.

La afición, que durante temporada y media llenó el Central con 3.500 aficionados todos los partidos, desertó desencantada por la traición. Y varias de las personas que se sintieron engañadas arrancaron con otro proyecto, el Mare Nostum, un club que ya existía en la ciudad y al que potenciaron sin poder sacarlo del fango. Pero poco duró la aventura para después dar paso el Club Amigos del Baloncesto de Cartagena, que durante varias temporadas jugó en Liga EBA, donde encontró su techo. Solo la voluntad de unas pocas personas logró mantener con vida a un club que en algunos partidos apenas congregó a medio centenar de espectadores.

Después de muchas idas y venidas, de clubes con pies de barro, un proyecto conjunto de todo el baloncesto cartagenero auspiciado por el entonces concejal de Deportes de Cartagena, Diego Ortega, que involucró también al club de fútbol para darle más soporte publicitario, dio paso al arranque del FC Cartagena CB, que en junio de 2021, un año después de entrar la directiva que encabeza David Ayala, logró el ascenso a LEB Plata con Paco Guillem de entrenador y Juanpe Jiménez entre los componentes de su plantilla. Atrás quedaron temporadas en EBA con desplazamientos en coches, presentándose en algunas ocasiones con solo siete jugadores y jugando en familia.

Plantilla del Proexinca Cebé que logró el ascenso en 1989. | L.O.

Plantilla del Proexinca Cebé que logró el ascenso en 1989. | L.O. / dioni garcía

Desde la entrada en LEB Plata el proyecto fue ambicioso, aunque en las dos primeras temporadas no se cumplieron los objetivos con Gustavo Aranzana en el banquillo. Ha sido a la tercera cuando el acierto ha sido pleno desde el verano pasado, cuando el club se olvidó de entrenadores con un pasado con pedigrí para apostar por una realidad, Jordi Juste, un catalán que había llevado dos años ya el equipo de Pamplona a quedarse a las puertas del ascenso. Y a la tercera también para él, tras firmar una sobresaliente remontada con un planteamiento táctico valiente que dejó en fuera de juego al Zamora, la mejor plantilla de la categoría, jugando a domicilio. Si en el encuentro de ida a los cartageneros les pesó la responsabilidad, el hecho de saber que tenían poco que perder, les llevó a firmar un choque que quedará grabado en el recuerdo de muchos aficionados del baloncesto en Cartagena, sobre todo los más veteranos, que aún recuerdan ese duelo en 1986 con el Júver Murcia y el partido del ascenso con el Calella de 1990, ambos con 3.500 aficionados.