Las paradas de José Luis Borja, en un libro de Samuel Linares

José Luis Borja Alarcón (Cabezo de Torres, 29 de mayo de 1947) fue un excelente portero con alma de delantero. De hecho, cuando era juvenil, llegó a jugar un encuentro como atacante y marcó un gol. Del Real Murcia, con el que debutó en el primer equipo en 1964, fue traspasado al Real Madrid en 1969 por tres millones de pesetas tras quedarse el club sin metas por lesión. Con los blancos jugó una final de la Copa de Europa y ganó una Copa del Generalísimo, para concluir su carrera en el Espanyol, donde estuvo entre 1971 y 1977. Su vida, tanto dentro como fuera del campo, ha sido llevada a una publicación que se titula José Luis Borja, la parada de mi vida por el periodista Samuel Linares en un libro que ha editado la Universidad Católica San Antonio.

Linares, que ha contado la colaboración de Tomás Guasch en el prólogo del libro, se lanzó a escribir la historia de Borja porque «le conocía desde que era un crío y soy muy amigo de Sergio, uno de sus hijos. Un día estábamos hablando él y yo y no sé cómo desembocó la conversación en el fútbol. Empezamos a comentar cosas de su padre y me dijo que su vida daba para escribir un libro. En ese momento le dije que yo lo escribiría», recuerda el autor, quien se puso «manos a la obra el 1 de octubre de 2022». Desde entonces, Linares y Borja mantuvieron largas conversaciones, recordando, por ejemplo, el partido que el meta de Cabezo de Torres jugó contra el Santos de Pelé e infinidad de historias. El periodista también contactó con excompañeros del exmurcianista como Vicente del Bosque, Paco Jiménez, Molinos, el fallecido Miguel Ángel y Sergio Moya. Pero también habló con familiares y con personas vinculadas a Borja de la Parroquia de San Pablo sobre su conversión al catolicismo.

Borja se tuvo que retirar prematuramente por una grave lesión que se produjo en un entrenamiento por una entrada fortuita de su excompañero Molinos, quien posteriormente le abrió las puertas para trabajar como representante de Adidas. Siempre ha sido una persona que no ha sido de alardear de sus logros. Y así se lo transmitió durante esas largas conversaciones a Linares: «Me ha llamado la atención su gran humildad, que es lo típico que se dice de cualquier persona, pero es la realidad. Ahora que se está leyendo el libro todo el mundo se está dando cuenta de que era muy buen jugador, pero él dice que hacía lo que podía, quitándose méritos. Es una persona que transmite paz y humildad, a la que le cuesta ponerse delante de la gente a hablar. Yo sabía que había sido un gran portero, pero es que su etapa en el Espanyol fue muy buena y, de hecho, fue uno de los mejores porteros de España de su época», termina diciendo Linares.