Sainz cede el liderato en la tercera etapa del Dakar, pero sigue aspirando a todo

Laura López Albiac

Lucas Moraes ganó su primera etapa en el Dakar. El brasileño, dispuesto a reivindicarse tras la marcha de Nasser Al-Attiyah de la estructura de Toyota Gazoo Racing y que cuenta con el ex motard español Armand Monleón como experto navegante, fue el más rápido en la tercera etapa, sobre un exigente terreno, con muchas piedras en el tramo final, sobre una distancia de más de 700 kilómetros y 438 de especial cronometrada.

La ‘fiesta’ fue completa para Toyota, ya que el héroe local Yazeed Al-Rajhi terminó la etapa en tercera posición a solo un minuto de Moraes y le arrebató el liderato de la general a Carlos Sainz. El madrileño no tuvo un día fácil, pero consiguió ‘salvar los muebles’ en quinta posición y mantiene intactas sus opciones de victoria final, ya que solo le separan 29 segundos respecto al saudí y dejó al francés Loeb, otro de sus directos rivales sobre el papel, a más de 20 minutos.

En motos, el argentino Kevin Benavides, defensor del título en el Dakar, se adjudicó la etapa un par de horas después de su conclusión en motos, debido a las penalizaciones que la organización impuso por superar los límites de velocidad al chileno Pablo Quintanilla, que acabó primero, y al castellonense Joan Barreda, que era segundo.

Dos radares pillaron con exceso de velocidad tanto a Barreda, que tuvo doce minutos de sanción por pasar a 85 y a 98 km/h en dos tramos en los que debía ir a 30 km/h, y a Quintanilla, con seis minutos de penalización por pasar a 84 km/h en una zona de 30 km/h.

La etapa, además de las penalizaciones, quedó marcada desde el inicio por la retirada del británico Sam Sunderland, dos veces ganador del Dakar, por un problema mecánico, y por el jovencísimo piloto Mason Klein, también con varía mecánica cuando lideraba la etapa.