El Rally Dakar se endurece en Arabia con Sainz a los mandos de un Audi eléctrico

Nasser Al Attiyah y Sébastien Loeb, ambos con el Hunter de Prodrive, vuelven a ser los favoritos

Laura López Albiac

Un prólogo de 28 kilómetros abrirá las hostilidades hoy en la 46ª edición del Rally Dakar. Por quinto año consecutivo la carrera discurrirá íntegramente en territorio de Arabia Saudí. Por delante, 7.891 kilómetros (4.727 cronometrados) y muchas incógnitas que se irán despejando a lo largo de las doce etapas, con desenlace el 19 de enero.

Este año la caravana seguirá un rumbo diferente a las precedentes ediciones en el desierto saudí y tendrá escenarios de salida y final inéditos en Al-Ula y Yanbu, respectivamente. El recorrido irá del noroeste hacia el sureste del país y a la inversa, con parada en la capital, Riyadh, en el ecuador del rally. Las etapas en la zona norte tendrán un trazado más variado, alternando arena y dunas con terreno pedregoso, mientras que en la parte sur cobrará protagonismo el desierto más inhóspito del planeta, el llamado Empty Quarter. Aquí se desarrollará la etapa maratón de 48 horas y 766 kilómetros.

Los días 11 y 12 de enero abordarán el mayor desierto de la península Arábiga en dos jornadas, con unas pocas provisiones al estilo militar y una tienda de campaña para descansar, sin ningún tipo de asistencia. «La organización nos obligará a salir de su zona de confort y podremos ver grandes diferencias», anticipa Nani Roma, que este año regresa a la competición con Ford, tras un año de ausencia, después de librar una batalla contra el cáncer.

Nasser Al Attiyah , dominador indiscutible del Dakar los últimos años con Toyota y poseedor cinco trofeos Touareg, volverá a ser el rival a batir, a pesar de que afronta un año de transición con el Hunter de Prodrive, a la espera del desembarco de Dacia en 2025. El qatarí, que compartirá equipo con el que fue su rival en la pasada edición, Sébastien Loeb, descarta de entrada a la ‘armada’ de Audi que encabezan Carlos Sainz y Stephane Peterhansel: «Les doy tres días y a casa», suelta.

Sainz , que a sus 61 años persigue el sueño de ganar su cuarto Dakar con el innovador prototipo RS Q e-tron, impulsado por energía eléctrica, defiende las posibilidades de Audi en el que probablemente sea el último intento del constructor alemán antes de volcarse en su proyecto de Fórmula 1.