Al Murcia no le salen las cuentas

Cuánto puede cambiar la dinámica de un equipo a lo largo de una misma temporada es algo que estamos acostumbrados a ver en el mundo del fútbol. Una diferencia en el estado de ánimo de un club y sus aficionados, siempre condicionada por los resultados que vayan llegando, que puede incluso hacerse más evidente si comparamos de un año a otro. Una métrica que, en el caso del Real Murcia, arroja unas conclusiones nada halagüeñas para los intereses del conjunto grana.

Porque si echamos la vista atrás hasta el mismo periodo de la temporada pasada, nos encontramos a un Real Murcia que volvía a la competición tras el parón de Navidad con la confianza por las nubes y en condiciones de creer que el ascenso de categoría no era un sueño descabellado. La tan temida ‘cuesta de enero’ se iniciaba para los granas con el equipo en el tercer puesto de la tabla, a tan solo dos puntos del líder. Esa primera vuelta del campeonato la cerraría dos semanas después poco más descolgado de la cabeza, en quinta posición (aún en puestos de play off por el ascenso) y a cinco puntos del liderato.

Ya le gustaría al conjunto grana poder estar en este comienzo de 2024 en una situación parecida a la de por entonces. Lo que hace un año se presentaba como una ilusionante oportunidad para presentar unas firmes credenciales al retorno al fútbol profesional, ahora adquiere tintes de sálvese quien pueda. Porque lo que tras las fiestas navideñas del año pasado era justamente eso, una ilusión apoyada en buenos resultados sobre el césped, ahora se ha convertido en necesidad de puntuar para mantener a raya un descalabro que podría ser histórico.

Y es que la actualidad sitúa al Real Murcia, a falta del duelo ante el Melilla del próximo 14 de enero para cerrar la primera vuelta del campeonato, demasiado alejado de las expectativas con las que se inició la campaña en Nueva Condomina. Tras un mercado veraniego en el que se triplicó la apuesta económica con más de tres millones de euros en fichajes, 25 incorporaciones para una revolución en una plantilla en la que tan solo se mantuvieron Pedro León, Dani Vega y Alberto González con respecto a la anterior temporada, los resultados no han acompañado.

Quién le iba a decir al aficionado grana que a estas alturas del año tendría que soportar ver a su equipo más cerca de los puestos de descenso que de los de play off por el ascenso. Los números son claros y preocupantes. Tras sumar tan solo una victoria en los últimos nueve encuentros disputados, el Real Murcia marcha undécimo en la tabla, siete puntos por encima de un Atlético Baleares que marca los puestos de descenso, y a nueve de un Recreativo de Huelva, curiosamente el último equipo al que los granas fueron capaces de vencer, que marca la promoción. Y la distancia se vuelve mucho más sangrante si alzamos la vista hacia el liderato, donde se encuentra un Castellón que aventaja en veinte puntos a los de Pablo Alfaro.

Un Alfaro que hasta ahora no ha podido revertir la mala dinámica que el conjunto grana ya atravesaba con Munúa en el banquillo. Con el técnico aragonés a los mandos, el Real Murcia solo ha sido capaz de sumar cinco puntos de dieciocho posibles, alimentando una tendencia negativa que coloca al equipo en una posición muy delicada.

¿Qué traerá el mercado invernal?

La afición grana espera por estas fechas, como tantos y tantos niños, que los Reyes Magos dejen algo en la Nueva Condomina. Felipe Moreno, Alfaro y Recio ya planean cómo sacar el máximo provecho a un mercado de fichajes invernal al que el Real Murcia se ve abocado, con su correspondiente inversión económica, para sumar algo de ilusión y alguna que otra cara nueva.

Por ahora, el único movimiento en la plantilla grana ha sido la marcha de Sergio Navarro, cedido por el Leganés. Al delantero sub-23, que no ha contado con la confianza del banquillo grana tras disputar solo nueve minutos con la camiseta del Real Murcia, le seguirán más futbolistas con los que el club ya negocia la rescisión de su contrato.