UCAM Murcia

Los Kurucs no son los primeros

Los letones Arturs y Rodions serán los segundos hermanos en la historia del UCAM Murcia en la primera plantilla tras los sanjaviereños Carlos y Juan Toledo, que debutaron en ACB en la temporada 2013-2014 pero tuvieron después un paso testimonial

Los hermanos Toledo, rapados por Jordi Grimau y Berni tras debutar en ACB. | PRENSA UCAM MURCIA CB

Los hermanos Toledo, rapados por Jordi Grimau y Berni tras debutar en ACB. | PRENSA UCAM MURCIA CB / dioni garcía

Dioni García

Dioni García

Las sagas de hermanos en el baloncesto son comunes. No lo es tanto que dos coincidan en un mismo equipo. Sí que lo hagan en la selección nacional de sus países, como pasó en España con los Gasol (Marc y Pau), los Arcega (Fernando y José Ángel) o los Martín (Fernando y Antonio). En el UCAM Murcia CB, a partir de este domingo, dos letones criados en España, Arturs, quien se incorpora hoy a la plantilla, y Rodions jugarán juntos después de participar con Letonia el pasado verano en el Mundobasket. No son los primeros en la historia del club murciano, que nació en 1985. Solo hay un precedente, los Toledo, Carlos y Juan, dos jóvenes de San Javier formados en el Marme que pasaron por la cantera que debutaron en ACB hace ahora diez años, en noviembre de 2013. Los dos no tuvieron continuidad. El primero juega ahora en el CB Almansa, de LEB Plata, y el segundo, en La Salud Archena, de Liga EBA. Juan solo disputó con la primera plantilla ocho minutos en un encuentro; Carlos intervino en dos, pero solo estuvo en pista cinco minutos.

Arturs y Rodions Kurucs, con Eslovenia. | FIBA

Arturs y Rodions Kurucs, con Letonia. / FIBA

Ahora llegan los Kurucs, que tendrán un papel mucho más protagonista en el UCAM Murcia. Rodions, el mayor, llegó el pasado verano y se ha convertido en el alero titular. Su capacidad defensiva le ha convertido en un pilar básico para Sito Alonso. Se está reencontrando en Murcia el alero de 25 años de edad que llegó a jugar en la NBA, que está promediando 20 minutos, 6,5 puntos, 4,1 rebotes, 1,4 recuperaciones y 1,3 asistencias con la camiseta universitaria.

A partir de ahora, Rodions tendrá a su lado a su hermano Arturs, un escolta reconvertido a base en las últimas campañas que después de estar ocho temporadas en el Baskonia, un hecho por el que tiene consideración de cupo de formación, regresa a España tras un breve paso el Promitheas Patras griego.

Arturs, nacido el 19 de enero de 2000, llega para cubrir la plaza que dejó Thad McFadden, que se marchó al Casademont Zaragoza en busca de mayor protagonismo. El UCAM gana en defensa, versatilidad y juventud, además de incorporar otro cupo más. Pierde tiro exterior y capacidad para revolucionar los partidos desde el perímetro. Además, podrá suplir los problemas de adaptación del base Troy Caupain, quien ahora también podría jugar como escolta para aprovechar su tiro exterior.

El menor de los Kurucs, que está perfectamente integrado al baloncesto español y también a la cultura de nuestro país, donde llegó con 15 años con un contrato por ocho temporadas con el Baskonia, tiene buenos porcentajes en los triples y ha trabajado intensamente en los últimos años para evitar que «mis porcentajes sean como una montaña rusa», decía en una entrevista a Diario de Álava. Además, ha mejorado notablemente el control del juego: «Después de estar jugando como base en la selección me he sentido con confianza subiendo el balón. Estoy aprendiendo a tener un poco más de pausa en mi juego y a decidir mejor, por lo que me veo igual de cómodo en ambos puestos (base y escolta)», admitía en la misma entrevista.

Ser mecánico, su afición

Arturs, que también destaca por su gran potencia de salto y la capacidad para romper las defensas rivales a través de las penetraciones, es un joven al que le gusta «ver películas y también hacer mantenimiento a mis coches. Si no me hubiera dedicado al baloncesto seguramente habría sido mecánico en algún taller, es algo con lo que disfruto», admitía hace un año en una entrevista al mismo medio de comunicación de Vitoria. Pero el deporte de la canasta era innegociable en su familia, con gran tradición en este deporte. De hecho, el abuelo Kurucs fue entrenador y le inculcó ese amor por el baloncesto a varios de sus hijos. Y los nietos han cumplido el sueño de la familia convirtiéndose en profesionales.