Fútbol

"Nos falta dar un puñetazo en la mesa"

El defensa Iván Calero afirma que «el grupo está unido» pese a la crisis que vive un FC Cartagena que solo ha ganado un partido

Iván Calero, en primer plano, en un entrenamiento. | FC CARTAGENA

Iván Calero, en primer plano, en un entrenamiento. | FC CARTAGENA / salva castiñeyras

Salva Castiñeyras

El FC Cartagena se entrenó con la mirada ya puesta en mañana sábado a las 16:15, hora a la que disputará su novena jornada como local. Tras un nuevo varapalo en Tenerife, donde el cuadro albinegro volvió a ver esfumarse otro triunfo en el 92’ de juego, tocaba recomponerse para recibir a otros de los trasatlánticos de esta Segunda División como es el Real Sporting de Gijón.

En la jornada matinal del jueves los hombres de Julián Calero recibieron una extensa sesión de video-análisis donde examinaron al cuadro asturiano, que llega como segundo clasificado de la tabla, y además intentaron corregir esos errores en los minutos finales del encuentro. Fallos en el marcaje, exceso de nervios… Materias pendientes que, quizás, están pasando factura de más a un grupo que merece y necesita una victoria como viajero un mapa.

En el entrenamiento se vio un ritmo tranquilo, con mucho toque de balón tras esa sesión de vídeo. Múltiples rondos, ejercicios de pase y disparo. La precisión, ejecución y acierto es de lo más trabajado en el grupo, y vistas las últimas acciones en Tenerife, con ese poco más de éxito y puntería se espera que los blanquinegros terminen de sentenciar sus citas.

Entre compañeros se pudo ver un excelente ambiente de trabajo. Varios jugadores como Ortuño o Jairo animaban una sesión de trabajo en la que se podía respirar buena vibra. Confiandos y con mucha intensidad culminaron con una dosis de gimnasio ya para culminar con la mañana.

Olivas y Jony, al margen

Los jugadores que no se entrenaron junto al resto de compañeros fueron Kiko Olivas y Jony Rodríguez. Ambos siguen con trabajo aparte, dirigido por Fran Xabier (readaptador del club), realizando múltiples ejercicios de cara a su vuelta al verde. El central antequerano se caía de la lista para viajar a tierras tinerfeñas tras recaer la pasada semana de una lesión pasada. Desde el comienzo de temporada ha disputado únicamente cinco partidos (+70 minutos). Será baja hasta después de navidades.

Por su lado, Jony Rodríguez, lesionado y con bajo nivel físico desde su fichaje, el extremo será una vez más baja para Calero en un partido que hubiera sido especial para él, ante su ex equipo. El propio míster, quien le brindó apoyo desde el principio, fue claro al señalar que, si no mantenía un rendimiento óptimo o no alcanzaba ciertos objetivos, no contaría con su participación. Lamentablemente, desde el encuentro copero ante Azuaga donde disputó 57 minutos, no ha jugado ni uno más, en un equipo con múltiples necesidades.

El lateral diestro blanquinegro, Iván Calero, habló y repasó al término del entrenamiento toda la actualidad deportiva del club. Calero, una pieza fundamental en el esquema mental de aficionados y entrenadores, compartió sus reflexiones sobre la necesidad de victorias, la fortaleza del grupo y la peculiaridad de compartir vestuario con su padre, Julián.

«El equipo necesita una victoria para ver que realmente está haciendo las cosas bien. Tenemos que tener esa tranquilidad, también saber cómo madurar los partidos… Mejorando todo eso respecto a las semanas anteriores y ahora solo falta dar ese puñetazo en la mesa para poder llevarnos esos tres puntos que tanto necesitamos», expresó Calero, destacando la importancia de traducir el buen juego en resultados tangibles.

La idea de mantener la calma en situaciones críticas también fue abordada por el lateral diestro. «Hay que ganar, pero también hay que tener tranquilidad. Estamos viendo que los partidos se hacen muy largos, estamos consiguiendo hacer cosas muy difíciles como ponernos por delante en la situación en la que estamos. Tenemos que aprender y mejorar sobre todo para guardar esa renta, o ampliarla, cuando el partido lo requiera», añadió, resaltando la necesidad de gestionar adecuadamente las situaciones de ventaja.

Iván, que se ha convertido en una figura clave tanto dentro como fuera del campo, también compartió su visión sobre la cohesión del grupo. «Estoy muy cómodo, muy identificado con el grupo. Tenemos un ambiente fenomenal, incluso yendo las cosas como van, que a veces el grupo tiende a dividirse en otros mini círculos. Pero no está pasando, el grupo está unido, con ganas y con el convencimiento de que la idea y el cómo llevamos a cabo los partidos seremos capaces de sacarlo adelante», subrayó.

Sobre el discurso de Julián, el padre de Iván y entrenador del equipo, afirma que transmitió confianza en el vestuario. «La gente de dentro está muy convencida, y yo transmito aquí esa tranquilidad porque dentro del vestuario y del campo la vivo. Yo veo a mis compañeros entrenar y van como bestias. Falta conseguir ese resultado que nos hace tanta falta y que nos va a dar esa pausa y tranquilidad en los partidos que haga rematar los partidos», afirmó.

En cuanto a la relación única de padre e hijo dentro del vestuario, Calero reconoció que tenía muchas ganas de coincidir con su progenitor. «Es cierto que se pueda hacer raro o difícil, pero creo que los dos somos lo suficientemente profesionales dentro del vestuario como para saber diferenciar una faceta de otra. Hablamos antes de que viniese, y acordamos que cada uno iba a seguir actuando de la forma que considerara. Para mí era una ilusión muy grande, para él también, creo que lo estamos llevando de una forma muy tranquila y profesional. Al final, queda todo en familia», concluyó, destacando la armonía y profesionalismo que caracterizan esta conexión única en el mundo del fútbol.