Entrevista | Alba Martínez Martí Preparadora física

"El frisbee es un deporte multigeneracional, mixto y donde padres e hijos juegan juntos"

La ceutiense Alba Martínez ha logrado la medalla de bronce con la selección española en el último Mundial de una modalidad que se juega con el clásico volador donde la deportividad tiene premio

Alba Martínez, con el disco volador en el jardín del Malecón de Murcia.

Alba Martínez, con el disco volador en el jardín del Malecón de Murcia. / Juan Carlos Caval

Dioni García

Dioni García

Preparadora física. Alba Martínez Martí (Ceutí, 3 de diciembre de 1993) es preparadora física de la Asociación Murciana de Fibrosis Quística, además de diseñadora gráfica. Es una de las españolas que ha logrado una medalla de bronce en el último Campeonato del Mundo de frisbee, una modalidad deportiva que se juega con el clásico disco volador, un deporte donde competir bien y ser deportivo tiene la misma importancia.

¿Cuándo empezaste a hacer deporte?

He hecho deporte desde pequeña. Jugué mucho al baloncesto, estuve diez años en el Jairis de Alcantarilla y después, cuando comencé a estudiar CAFD, practiqué más deportes. No me considero la persona más deportistas del mundo, pero siempre me ha gustado el ambiente que lo rodea.

¿Cuándo descubriste el frisbee?

Lo descubrí en el instituto por un profesor joven que vino a sustituir a otro y por casualidad nos presentó un par de deportes alternativos, entre los que estaba el frisbee.

¿Y qué te enganchó?

Para los compañeros fue revolucionario porque un deporte mixto. En las clases siempre hacíamos deporte los chicos y chicas por su cuenta y el frisbee lo podíamos hacer de forma conjunta. Es bastante dinámico pese a que cuando tienes el disco no te puedes mover. Por eso necesitas de todos tus compañeros para llegar a hacer un punto y es bastante colaborativo. Después quedábamos por las tardes en el polideportivo a jugar pese a que no nos sabíamos muy bien las reglas, pero empezamos a practicarlo aunque fuera malamente. 

¿Qué características tiene?

Hay dos modalidades, una de playa en la que cada equipo está compuesto por cinco jugadores, y luego está la de césped. El disco volador tiene un peso de 175 gramos y un diámetro de 27,5 centímetros. Es similar al rugby porque el disco tiene que llegar a la zona de gol del campo contrario. El que tiene el disco no se puede mover y se van haciendo pases. Si llegas con los pases a la zona contraria y recepcionas en la zona de gol logras el punto. 

¿Cómo es el campo?

Es similar al que se emplea en rugby, es como un rectángulo. Tiene una zona central rectangular y otra zona de gol. Para que la gente se haga una idea, es como un campo de fútbol pero sin porteróia y el punto se logra recepcionando el disco dentro de la zona de gol. 

¿Dentro de qué modalidad has jugado el Mundial?

Estoy dentro de la selección nacional femenina y de la absoluta de playa y hemos ido a jugar en la modalidad Ultimate Playa. Hemos conseguido una medalla de bronce en el Mundial, que es un resultado genial que no esperábamos. Gracias a este éxito estamos consiguiendo que se hable más de nuestro deporte porque también la selección masculina y la mixta han conseguido la plata. Con el número de gente federada que hay en España se hayan conseguido esas posiciones es extraordinario porque en Estados Unidos, por ejemplo, practica mucha gente este deporte.

¿A qué federación pertenecéis?

A la Federación Española del Disco Volador, pero no estamos reconocidos por el Consejo Superior de Deportes, lo que nos dificulta enormemente para conseguir ayudas.  

¿Qué características debe tener un jugador?

Contempla diferentes aspectos, como velocidad, explosividad y potencia. También ayuda la gente que procede de deportes colectivos, que tiene una visión del juego mejor a la hora de posicionarse a nivel defensivo y colocarse ante el atacante.

¿Cuánta gente practica este deporte en España?

No sabía decirte, pero quizás mil personas algo así. En Estados Unidos, donde nació, juega mucha gente y en el mundo hay otros países europeos con tradición. Aquí, poco a poco, va cogiendo relevancia porque la gente lo ve como un deporte especial y tiene un componente de juego muy interesante como es el fair play, el espíritu de juego, y también destaca porque es autoarbitrado. Dentro de este espíritu de juego se pretende poner en valor los valores del deporte, que muchas veces se pierden. Pretende que sea tan importante ganar como tener buenos resultados y para ello se valoran cinco ítems que influyen en el resultado. En los mundiales, en cada categoría, había un ganador deportivo y otro por el mejor espíritu de juego. Por ello, nuestro equipo de Murcia damos talleres en colegios e institutos porque a muchos docentes les parece interesante por el nivel educativo que transmite. Es una pena que en otros deportes no se ponga el foco en ello.

Entonces el fair play tiene mucha importancia en el frisbee.

Es un deportivo deportivo y competitivo. Si en un torneo un equipo gana y tiene un espíritu muy bajo, se le valora muy negativamente porque no vale ganar a toda a costa. A nivel educativo hay muchos docentes que lo aplican porque es genial. Los alumnos se hacen conscientes de sus actos. Hay cinco ítems que se tienen en cuenta, como el conocimiento y el uso de la reglas, que ponen en valor que eres responsable de lo que haces; otro son las faltas y el contacto físico puesto que es un deporte sin contacto físico y debes evitar tenerlo; el tercero es la imparcialidad y que no intentes sacar provecho de ningún conflicto que surja en el campo; el cuarto es la actitud positiva y el autocontrol dentro del campo, no exaltarte si te va mal; y por último, la comunicación porque en el juego, si hay una falta, la hablas con el contrario y se valora cómo te comunicas tanto con él como con tus compañeros. Se valoran esos cinco ítems y a cada equipo se le otorga una puntuación que se mira mucho.

¿En Murcia hay muchos equipos?

Tenemos uno, el Discachos Ultimate Freesby. Está compuesto por gente de todos los puntos de la Región. Este año estamos entrenando en Las Torres de Cotillas. Hace unos años estábamos en Monte Romero, en Espinardo, que era muy céntrico y le venía muy bien a mucha gente.

¿Ese equipo de Murcia ha logrado algunos éxitos?

Hace un par de años quedamos primeros en Segunda División mixta y ese ha sido el logro más alto. Ahora, en diciembre tenemos el Campeonato de España en Beach Ultimate. Otra compañera y yo hemos estado en la selección femenina nacional, ella estuvo en la de césped y yo he estado en la absoluta de playa. 

¿Cuántas veces te han preguntado qué es el freesby?

La gente no sabe lo que es y piensa que es lo típico de lanzar el disco al perro, pero cuando nos preguntan, como hay un poco de escepticismo, lo primero que hacemos es invitar a todo el mundo que venga a probar. Además, es un deporte multigeneracional y hay equipos donde juegan padres e hijos juntos porque no hay diferencias por edad. Es mixto, multigeneracional y muy abierto.

Seguro que te han llamado friki muchas veces.

Un poquito sí, pero eso se va cambiando. La gente, cuando ve partidos, se da cuenta de que es un deporte serio, muy duro, sobre todo en playa donde el físico es muy importante. 

¿Qué hándicaps tenéis en Murcia para conseguir un mayor crecimiento?

La verdad es que en Murcia el primer hándicap que tenemos es la localización para entrenar. Si pudiéramos entrenar un campo de césped sería lo ideal, pero es imposible porque están todos copados por el fútbol. Al localizarnos en un pueblo es más complicado para venir a entrenar de formar autónoma y que se nos conozca un poco más.

¿Y qué tenéis que hacer para competir?

Normalmente asistimos los fines de semana a torneos que se hacen. Por ejemplo, vamos a Valencia asiduamente porque se hacen muchos en la playa de la Malvarrosa. Nos vamos los viernes y jugamos hasta el domingo de forma intensiva, con unos cuatro partidos los sábados y dos o tres los domingos. Hay otros torneos que son más lúdicos donde sí tienes espacio para hacer otras cosas, como turismo. 

¿Habéis organizado algún torneo vosotros?

Sí que organizamos uno el año pasado, pero nos tuvimos que ir a Albacete a celebrarlo porque no teníamos instalaciones. Aquí nos cuesta mucho tener campos. Si tuviéramos un poco más de ayuda y conocimiento por parte las autoridades, nos haría un mundo. 

Entonces debéis tener complicado captar gente.

Es un poco difícil porque al final todo se reduce a que gente con facilidad de movilidad y con interés. Hay mucha gente a la que le interesa y cuando vamos a las universidades siempre nos plantean que tienen dificultad para ir a un pueblo a entrenar. En Monte Romero lo teníamos todo mucho fácil y poder tener un espacio como ese, nos facilitaría muchísimo a la hora de captar nuestros jugadores.