Primera RFEF

El Málaga hace pedazos a un Real Murcia en ruina

Los granas, pese a adelantarse en el marcador de penalti, sufren la peor derrota de la temporada, en un partido en el que confirman lo lejos que están de los equipos que pelean por el ascenso

Ángela Moreno

Ángela Moreno

Una picadura que puede ser mortal. Eso es lo que sufrió el Real Murcia este domingo en Nueva Condomina. Los granas, que siguen sin conocer la victoria desde que Alfaro se hizo cargo del equipo, han sido vapuleados por un Málaga que apenas ha tenido que despeinarse, un Málaga que, en la segunda parte, fue aprovechándose de los errores garrafales de la defensa murcianista para provocar un auténtico roto a un equipo que confirma definitivamente que su problema iba más allá del entrenador y que no está a la altura de los grandes de la categoría.

Y eso que el Real Murcia se adelantaba en el marcador en el minuto 2 cuando el colegiado, en la primera llegada del encuentro, señalaba penalti por una mano de Nelson Monte dentro del área. Pero nadie se acordaba al final del choque del gol de Guarrotxena, ni nadie era capaz de encontrar un poco de esperanza y confianza en un equipo completamente desastroso, que se viene abajo a las primeras de cambio, que es incapaz de ser superior en el centro del campo y que este domingo, ante el primer rival de nivel del último mes, volvía a las andadas en defensa.

Porque en el 7, en el saque de un córner, el Málaga ya se había ganado el empate; y porque en la segunda parte, los de Pellicer, prácticamente sin pisar el acelerador, fueron aprovechando cada regalo murcianista para llevarse una victoria contundente de Nueva Condomina.

Un gol tras 400 minutos de sequía

Llevaba el Real Murcia 400 minutos sin marcar un gol. No celebraban un tanto los granas desde el 28 de octubre. Noviembre se estaba convirtiendo en un mes de total sequía. Sin embargo, este domingo ante el Málaga, solo necesitaron dos minutos para conseguirlo. En la primera jugada del encuentro, en el primer acercamiento, el colegiado señalaba penalti por una mano de Nélson Monte y Guarrotxena, con toda la seguridad del mundo, la ponía en la escuadra para permitir a los aficionados volver a celebrar un gol después de 28 días.

No podía ponerse mejor el encuentro para un Real Murcia que estaba obligado a ganar. Y, después de muchos fallos ante rivales más asequibles, llegaban las exigencias justo en la visita de un Málaga al que no le ha costado adaptarse a la Primera RFEF. Si las obligaciones eran muchas para los granas, de un golpe, cuando apenas habían transcurrido dos minutos, los jugadores murcianistas se quitaban un peso de encima con un gol que les adelantaba en el marcador. Pero no se notó esa ventaja, tampoco la tranquilidad de estar por delante, porque los de Alfaro dieron un paso atrás, dejaron dominar al Málaga, y el Málaga, con todo su poderío, no perdonó.

Apenas siete minutos duró la ventaja en el marcador de Nueva Condomina. Fue en el minuto 9, cuando los de Pellicer habían ganado metros hasta meter atrás a los granas, cuando obtuvieron el premio. Fue en un córner mal defendido por los murcianistas, un córner en el que Juan Hernández sirvió para que Genaro, prácticamente solo, batiese a Manu García.

No fue superior el Real Murcia con ventaja y tampoco lo fue con el marcador igualado. Durante muchos minutos, los granas se dedicaron completamente a defender. No había forma de sacar el balón jugado y cuando, aburridos, probaban con un pase largo, la posesión rápidamente era recuperada por un Málaga con las ideas más claras y que daba mucha más sensación de bloque que los granas.

Marcos Mauro, la novedad en defensa

Apostaba este domingo Alfaro por Isi Gómez e Imanol en el centro del campo, manteniendo fuera a Tomás Pina, y dando las bandas a Dani Vega y Arturo. Arriba, Carrillo ganaba la partida a Rodri Ríos y Guarrotxena hacía de segundo punta. Una vez más, el Real Murcia vio cómo pasaban los minutos sin ser capaz de conectar con sus hombres de arriba. Se entienden bien Imanol e Isi Gómez, pero ambos están más ocupados en ayudar en defensa que en mirar arriba. Tampoco aparece la velocidad por bandas. Apenas apareció Dani Vega en la izquierda, mientras que en la derecha Santos y Arturo tampoco fueron capaces de hacer daño a un Málaga que sí crecía gracias a las cabalgadas sobre todo de Jokin.

A los veinte minutos, ni una llegada habían generado los granas. Su única acción en el área había sido la del minuto 2, que acababa con el penalti anotado por Guarrotxena. El Málaga, aunque sin generar claras ocasiones, sí asediaba, ganando segundas jugadas y probando algún disparo bien despejado por la defensa.

Para ver funcionar a la maquinaria ofensiva grana hubo que esperar hasta el minuto 31, cuando en una jugada en la que Arturo abría a Santos, llegó un clarísimo remate de Guarrotxena que sacó a córner Alfonso Herrero. Esa fue la mejor de los murcianistas, que volvían a meterse en el partido en ese tramo final de la primera parte, un tramo final muy igualado, con pocas llegadas y con mucha batalla en el centro del campo. Ya rozando el descanso, hubo un poco de bronca y muchos parones.

Lesión de Isi Gómez y descanso

Se lesionaba Isi Gómez del codo en una mala caída, teniendo que marcharse en camilla. Saltaba en esos momentos al terreno de juego Tomás Pina. Y acababa la primera parte con un disparo desde la frontal de Dani Lorenzo que no encontró puerta pese a tenerlo todo a favor.

Si la primera parte había empezado con un golpe de suerte para el Real Murcia, en la segunda ocurrió todo lo contrario. En el minuto 47 ya se veían los granas por detrás en el marcador. No aprendieron la lección los de Alfaro, que volvieron a mostrar su fragilidad en un córner. Con la defensa -este domingo volvía Marcos Mauro y Andrés López aparecía en el lateral- poniéndolo muy fácil a un Málaga que llegaba a Nueva Condomina con ganas de olvidar cuanto antes su derrota en Alcoy. Ponía el balón Manu Molina y Diego Murillo remataba muy fácil, poniendo un 1-2 que era un jarro de agua fría para los aficionados que habían acudido a Nueva Condomina.

No solo fue un jarro de agua fría, fue el inicio de una noche dura de domimgo para los casi 23.000 aficionados presentes en el estadio. Porque la segunda parte en la segunda parte ante el Málaga se vio la verdadera realidad del Real Murcia, un Real Murcia que tiene un problema más allá del entrenador, un Real Murcia al que el Málaga enterró en apenas dos picotazos.

Un auténtico caos el murcianista

Porque en el 63, la defensa grana, ya cuestionada, acabó completamente desnuda cuando Kevin se coló prácticamente hasta la cocina, abrió la nevera y sirvió para que Dani Lorenzo rematar a placer. Y, si la pesadilla no estaba siendo suficiente, en el 66 Alberto González se sacó los colores a sí mismo, con un fallo garrafal en un intento de despeje, dejando el balón a un Roberto que ponía un 1-4 que estaba siendo más que doloroso, que estaba siendo sangrante.

Mientras el sector de la grada donde se encontraban los aficionados del Málaga disfrutaba a lo grande, el resto de Nueva Condomina era una completa tumba, como si en noviembre ya tuvieran claro que hay que olvidarse del play off y pensar en no complicarse la vida en la categoría.

Veinte minutos por delante con 1-4 en el marcador era una tortura para los presentes, tanto que muchos, como muestra de disconformidad, se levantaron de sus asientos y abandonaron el campo casi con diez minutos de antelación. No se perdieron nada. El Real Murcia era un cadáver sobre el terreno de juego, y el Málaga, dosificando esfuerzos, tampoco quiso hacer más daño de la cuenta. Solo había que esperar a que el colegiado fuese comprensivo y no añadiera más de la cuenta para alargar un suplicio inmerecido para una afición que responde a cada llamada del club pero que siempre se encuentra con un club que les decepciona cada vez más.

Pero el bochorno no acabó ahí. Ya no hubieron más goles, sin embargo Carrillo quedó más que señalado en el tiempo extra. Mientras que los aficionados del Málaga se lo pasaban bomba coreando con olés cada pase de los suyos, Carrillo apareció para hacer una entrada fuera de lugar y ver una tarjeta roja que le señala todavía más después de la temporada que lleva siendo uno de los mejores pagados de la plantilla.