Fútbol

Divorcio en el Cartagonova

La décima derrota del cuadro albinegro en catorce jornadas de liga genera un clima de tensión extremo que provoca el enfrentamiento entre los aficionados y la directiva del FC Cartagena

Un centenar de aficionados se reúne en la puerta del Cartagonova para protestar contra la directiva. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

Un centenar de aficionados se reúne en la puerta del Cartagonova para protestar contra la directiva. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS / Alfonso Asensio

Rivera Torregrosa

Por primera vez en ocho años, el FC Cartagena está viviendo un divorcio propio de otras épocas, pero impensable en la actual. La debable del club albinegro en todos los ámbitos ha agotado la paciencia de una afición que ha demostrado su lealtad en cualquier circunstancia y que ahora se siente menospreciada y maltratada por sus dirigentes. Esa sensacion no llega por los resultados sobre el terreno de juego, que lo agravan todo y son consecuencia de una mala gestión, sino por la actitud de la directiva, sus salidas de tono, su silencio y su preferencia por ocultar la realidad.

Desde la llegada del grupo empresarial que puso a Paco Belmonte al frente como presidente, nada había hecho sospechar a la afición sobre la estabilidad de un proyecto que parecía sólido y que se derrumba ahora como un castillo de naipes. La mala administración económica durante años, escondida tras los buenos resultados deportivos, da la cara ahora con un desastre futbolístico que sufren jugadores, cuerpo técnico y, sobre todo, los abonados y simpatizantes.

Lo que fue en su momento la salvación de un club que se acercaba al abismo es ahora una de las mayores incertidumbres respecto a la entidad cartagenera. Nunca se explicó al aficionado quién se hacía cargo de su club tras la salida de Sporto Gol Man, quién ponía el dinero para garantizar su viabilidad, quién asumía las deudas ni quién tomaba las decisiones. Sólo una cara visible, la de Paco Belmonte, que ha representado desde entonces a un grupo de inversores en los que en un inicio se encontró Felipe Moreno, actual dueño del Real Murcia.

Esa extraña circunstancia de desconocimiento ha pasado de puntillas entre una masa social que cada vez se hace más preguntas, sin embargo, no obtiene respuestas. Cinco años de proyectos ganadores en Segunda División B y otros tres de fútbol profesional han corrido un tupido velo. Ahora la cosa se complica y las incertidumbres se convierten en una triste realidad.

A lo largo de estos años, muchas han sido las dudas sin resolver en torno al FC Cartagena. Entre las más sonadas están la tensa relación con el Ayuntamiento por los derechos de uso del Municipal Cartagonova, las polémicas salidas de figuras importantes como Elady, Rubén Castro, Datkovic o Luis Carrión o la marcha de Rebeca García, exdirectora general que dejó su cargo en manos del presidente sin mayor explicación. Otros temas recientes, como la multa por supuesto delito de fraude a la Seguridad Social, la deuda o el desequilibrio patrimonial, han tenido menos calado.

Todo ha explotado esta temporada. La situación económica límite del club ha provocado una nefasta planificación deportiva y ello, a su vez, resultados desastrosos sobre el césped. El Cartagena ha tenido el peor arranque de temporada de la historia de Segunda División y los aficionados se han hartado con la décima derrota en catorce jornadas. El Leganés, líder de la categoría, propició el domingo una protesta que lleva cocinándose en el Cartagonova desde la famosa rueda de prensa de Paco Belmonte en la que trató de dar explicaciones sobre la situación y terminó faltando a su afición.

En ella, el máximo mandatario del club cartagenero intentó aclarar precisamente la salida de Toni Datkovic y, de paso, informar a sus abonados sobre el estado de las cuentas de la entidad.No consiguió ninguno de sus propósitos, no obstante, en el intento por defender su gestión, incurrió en lo que el público entendió como una falta de respeto.

«Esto ha costado mucho trabajo como para luego leer tonterías a payasos. Payaso, que eres un payaso. Luego, esos van de amigos por la calle. Son unos payasos y unos idiotas», fueron las palabras del presidente. «Esto no es... ¡qué se vayan! ¿Quién se va a ir, campeón? Esto es una empresa», añadió más tarde.

Ahora, esas palabras se vuelven en su contra. La grada del Cartagonova no aguantó más e inició su primera protesta del curso tras el encuentro del equipo frente al Leganés, que terminó en la enésima decepción. Primero fue en el campo, donde los silbidos se dejaron notar por debajo de una megafonía a todo volumen en un ruín intento de acallar las críticas. No pudieron hacer lo mismo en la puerta del estadio, donde un centenar de personas se unió para mostrar su descontento al grito de ‘Paco vete ya’. La situación en la rambla de Benipila es insostenible y el divorcio, total.

Ramis sustituye a Luis García en el Espanyol

El fútbol sigue su curso y LaLiga Hypermotion continúa devorando entrenadores que no cumplen con los objetivos fijados. En el cuarto turno le ha tocado a Luis García, técnico del Espanyol, que ya dirigió al conjunto catalán en Primera antes de descender y que no ha comenzado con buen pie su andadura en Segunda.

El Espanyol marcha quinto en la clasificación después de cosechar 24 puntos -sólo siete menos que el líder- en catorce jornadas. Ha ganado ocho partidos, ha empatado uno y ha perdido cinco. Una racha de tres partidos consecutivos sin ganar con dos derrotas y un empate ha sido la causante de la salida de Luis García, exjugador del cuadro perico.

El elegido para sustituir a Luis García es Luis Miguel Ramis. El nuevo míster perico firma hasta el 30 de junio de 2024, pero seguirá una temporada más si logra el ascenso. Fue presentado ayer al mediodía en Cornellá y horas después dirigió su primer entrenamiento en la ciudad deportiva Dani Jarque en Sant Adrià.

Ramis coge el relevo en busca de un cambio de rumbo y un estilo que case más con la categoría que tan bien conoce el técnico catalán tras su paso por el Almería, Albacete y Tenerife, su último equipo antes de recalar en el Stage Front Stadium.