Fútbol

Un Segunda RFEF expulsa al Real Murcia de la Copa del Rey

La Arandina, en descenso en la Liga, es el nuevo verdugo de un conjunto murciano decepcionante

Alberto González en una acción a balón parado.

Alberto González en una acción a balón parado. / PRENSA REAL MURCIA CF

Ángela Moreno

Ángela Moreno

Un Segunda RFEF expulsó este miércoles al Real Murcia de la Copa del Rey. Un Segunda RFEF que ocupa puestos de descenso en la liga. Un Segunda RFEF, angustiado por los impagos. Un Segunda RFEF que se olvidó de todos los problemas que le rodean para superar a un conjunto grana decepcionante, un equipo murcianista que en el torneo copero no tuvo la suerte que está teniendo en los últimos encuentros en liga.

No es ninguna gesta lo conseguido por la Arandina, equipo que dejaba en la cuenta al Real Murcia, y no es ninguna gesta porque los murcianistas se autoexpulsan de la competición año tras año. Lo confirman las estadísticas, esas que dicen que los granas solo han superado la primera ronda en dos ocasiones en sus últimas diez participaciones.

A equipos como el Atlético Paso y el Ebro se sumó ayer la Arandina, un conjunto que comenzaba el duelo protestando por los impagos que acumulan y que acabó eliminando a un Real Murcia de nuevo decepcionante, un Real Murcia al que no le queda ni la excusa de las bajas.

Porque aunque los murcianos tienen overbooking en la enfermería, en la convocatoria de Munúa había suficiente calidad para derrotar a un rival que en lo que va de liga solo ha logrado dos victorias. Pero ni el Real Murcia respondió en la primera parte, con un once con tres jugadores del filial -Junior, Leandro y Toral-, ni lo hizo en la segunda, cuando el técnico uruguayo puso toda la carne en el asador, sacando a Carrillo, Rodri Ríos, Dani Vega e Isi Gómez. Pero el problema del Real Murcia no es el jugar con más o menos nombres, el problema del Real Murcia es simplemente jugar. Da igual las semanas que acumulen de entrenamientos los granas, porque el plan siempre es el mismo. Olvidarse del centro del campo y apostar por patadones sin sentido por si cae la breva.

En los tres últimos encuentros ligueros, la breva ha caído, pero ayer en la Copa no apareció esa suerte. Fue Rojas el jugador más activo, iniciando las dos únicas llegadas de los granas en la primera parte, pero Pina disparó fuera y Guarrotxena estuvo lento ante Adrián Álvarez.

No extrañaba a nadie el nulo protagonismo ofensivo del Real Murcia, pero a lo que ya es normal se unió lo que parecía solucionado. En un despiste de toda la zaga, en el que sobre todo queda marcado Baró, la Arandina aprovechaba para poner el gol que acabaría enviándoles a la segunda ronda. Fue al borde del descanso cuando Ayoub remataba sobre la línea un centro de Otu.

Si alguien pensó que solo había un susto, que el Real Murcia tenía suficientes armas para dar la vuelta al marcador en la segunda parte, se equivocó. Da igual que Munúa sacase a Dani Vega, Carrillo, Rodri Ríos e Isi Gómez. Da igual los delanteros, porque el problema seguía siendo el mismo, el balón no llegaba al área. Ni despeinarse tuvieron los locales para frenar los tímidos ataques de los granas.

Y en las pocas que se generaron, tampoco hubo acierto. Porque Guarrotxena hizo grande a Adrián Álvarez y en los minutos finales, tras tres intentos, solo Carrillo remató entre los tres palos, respondiendo otra vez el meta local.

Al final, eliminación copera del Real Murcia, eliminación copera que confirma que en el Real Murcia hay cosas que nunca cambian.

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Dijo Gustavo Munúa que se iban «jodidos» tras la eliminación de la Copa del Rey, incidiendo en el «momento complicado» que viven por las lesiones. Y es que los granas, «en un partido igualado», no pudieron remontar tras encajar un gol que «puso las cosas cuesta arriba», comentaba el técnico. Subrayaba Munúa que «a la hora de finalizar nos falta remate», pero que «se está viendo la evolución del equipo», destacando que tienen «fútbol para mover al rival y cambiar el ritmo, pero esas jugadas pasan desapercibidas». No ayuda las numerosas bajas que están teniendo. De hecho, Munúa recalcaba que «noestamos rearmando permanentemente». Ayer tuvo que tirar del filial, incluyendo en el once hasta tres jugadores del Imperial. «Era un equipo competitivo, pero no estuvimos como queríamos», decía, insistiendo en que se había armando el once en «apenas 24 horas». «Muchos chicos que debutaron y estuvieron a la altura». No quiere darle demasiadas vueltas a esta derrota Munúa. «El luto lo hacemos hoy», decía, pensando ya en el choque del domingo ante el Ceuta, «un partido de mucho riesgo». «Nos toca recuperar para estar a la altura», añadía el uruguayo.