El Real Murcia salva un empate en San Fernando (1-1)

Los granas alargan su viacrucis encadenando su tercera jornada sin ganar después de sacar un punto in extremis en su visita al conjunto isleño

San Fernando-Real Murcia

San Fernando-Real Murcia / Roman Rios

Ángela Moreno

Ángela Moreno

Se está empeñando el Real Murcia en firmar un decepcionante inicio liguero. Tras dos derrotas consecutivas en casa, San Fernando debería convertirse en el punto de partida del ambicioso proyecto preparado por los granas, sin embargo, la visita al Iberoamericano alargó el viacrucis murcianista. Solo un gol de penalti de Guarrotxena en el 90 permite a los granas no sumar su tercera derrota consecutiva. Un empate insuficiente pero que aliva, viendo lo que sucedió en un partido en el que Dani Aquino adelantaba a los locales en el 26. Respecto al juego, poco o nada ha cambiado desde la primera jornada a esta en el equipo de Munúa.

Volvió Gustavo Munúa a dar otra vuelta de tuerca a su once titular. Sin embargo, pese a que el técnico uruguayo decía el viernes que el equipo se sentía bien con el plan de juego y estaba preparado para afrontar el partido, no tuvieron que transcurrir muchos minutos para ver que el Real Murcia de San Fernando era el mismo Real Murcia que perdió ante el Sanluqueño o que cayó con el Córdoba. Un Real Murcia sin identidad, un Real Murcia cansado pese a que solo van cinco jornadas -cuatro para los granas-, un Real Murcia sin músculo ni creatividad en el centro del campo, un Real Murcia con dos delanteros, o eso dice la alineación, porque sobre el césped cuesta encontrarlos.

Otra vez por detrás en el marcador

Ese Real Murcia que ya se sentía bien con el plan de juego, o eso dice Munúa, es el Real Murcia que en el Iberoamericano no aguantó con vida ni media hora. Porque, como ha ocurrido en todos los choques disputados hasta ahora, el rival se adelantó en el marcador. Fue en el 26 cuando Biabiany puso un centro perfecto para que el exmurcianista Dani Aquino batiese a un Manu García que sigue viendo cómo todo lo que le tiran acaba en gol.

Pero el 1-0 no fue una sorpresa. Y no fue una sorpresa porque se veía venir. O por lo menos lo veíamos venir todos menos el Real Murcia, que fue incapaz de tapar una banda en la que Sergio Santos fue superado desde casi el minuto 1. Volvía el madrileño al once titular por la sanción de Marc Baró, que obligaba a Munúa a trasladar a José Ruiz a la banda izquierda, y pronto se vio que el Real Murcia tiene un problema y gordo en los laterales. Encima de que tiene pocos efectivos, los que tienen no dan el nivel para un proyecto tan ambicioso, o por lo menos eso es lo que se confirma semana tras semana.

No habían ni tomado posiciones los equipos cuando Biabiany ya había puesto la cruz sobre la espalda de Santos. Hizo todo lo que quiso el el atacante isleño con el lateral grana. Una y otra vez lo superó, animando a los visitantes a buscar esa banda una y otra vez.

Montoro al banquillo

Se salvaba el Real Murcia en los primeros instantes de un partido en el que no se veían las urgencias de los granas por ganar. Con un centro del campo en el que Isi Gómez mandaba al banquillo a Montoro, los problemas siguieron siendo los mismos. Es el Real Murcia un equipo cansado, un equipo incapaz de ir a la presión, un equipo superado incluso por rivales que a priori son inferiores. Y todo ello hace que los partidos sean una tortura para un equipo murcianista que pierde todas las batallas y que las pocas veces que encuentra una salida, se choca con las defensas contrarias.

Isi Gómez era una de las novedades. La otra era Dani Vega. Arriba volvía a jugar el Real Murcia con dos delanteros. Rodri Ríos y Carrillo compartían el área. Pero ese poderío en ataque no se vio durante muchos minutos. Con un centro del campo poco protagonista, los granas eran incapaces de ganar metros ante un rival muy bien plantado y con muchos hombres en defensa.

Más claras tenía las ideas el San Fernando, que pronto descubrió que la banda derecha de los murcianistas era un caramelito que poder saborear. Y ahí fue donde Biabiany se divirtió haciendo lo que quiso con Sergio Santos. Hasta que en el 26, consiguió desnudar del todo al madrileño para sacar un centro que Dani Aquino envió a gol. 

Como siempre, el Real Murcia empezaba por detrás en el marcador, y la desventaja se iba a mantener durante toda la primera parte. Y es que, aunque los granas intentaron reaccionar tirados por Pedro León, no tuvieron claridad en ataque. Solo en el tiempo extra llegó la más clara de todas. Centraba Pedro León una falta y Rofino remataba fuera en una acción que podía haber sido el empate.

Empezaba el Real Murcia con otra gran ocasión. Esta vez era Rodri Ríos el que tenía a el empate, pero su remate era sacado a bocajarro por Fouli.

Pero esa reacción era un espejismo. Porque el San Fernando tenía las ideas muy claras y sabía a qué jugaba. Estuvo cerca del 2-0 el conjunto isleño tras una gran jugada personal de Dani Aquino. Solo Rofino frenó al atacante murciano.

El único respiro murcianista llegaba en las acciones a balón parado, pero ni así era capaz el Real Murcia de meterse en un partido que siempre tuvo perdido.

Tampoco cambiaron mucho los movimientos que hizo Munúa. Empezó el uruguayo a mover el banquillo en el 60. Carlos Rojas y Guarrotxena eran los primeros en entrar.

Sin embargo el peligro seguía apareciendo en el área contraria. Anulaba el colegiado un gol a Selma por fuera de juego e Ibiabiany, agotado ya en la segunda parte, sacaba fuerzas de flaqueza para volver loca a una defensa que solo se salvó por el error del atacante isleño al dar el último pase.

Un penalti da un respiro a los granas

No había demasiadas esperanzas de que el Real Murcia pudiese sacar algo positivo del Iberoamericano, sin embargo, en el 89 el colegiado señalaba penalti tras un pisotón a Carlos Rojas en el área.

Fue de las pocas alegrías para los aficionados granas. Y Guarrotxena no quiso decepcionarles. Con un lanzamiento perfecto ponía el 1-1, un resultado que seguía siendo insuficiente pero que dentro de todo lo malo era una pequeña alegría a la espera de que lleguen tiempos mejores.

Quedaban siete minutos y muchos recordaban lo que sucedió en Granada, donde el equipo remontaba un 1-0 en el tiempo de descuento.

Parecía que siete minutos eran suficientes para dar un golpe sobre la mesa, pero no fue el Real Murcia el que rozó el gol, fue el San Fernando el que la tuvo. Fue de nuevo Biabiany, pero su disparo se marchó fuera.