Tenis

Carlos Alcaraz, un todoterreno que vuelve a hacer historia al ganar en Queen’s

Hoy volverá a aparecer como número 1 del mundo con 80 puntos de ventaja sobre Djokovic

Carlos Alcaraz levanta el trofeo conquistado en Queen’s. | TOLGA AKMEN/EFE/EPA

Carlos Alcaraz levanta el trofeo conquistado en Queen’s. | TOLGA AKMEN/EFE/EPA

Dioni García

Dioni García

Después de sumar diez títulos, al undécimo llegó en hierba. Y es que Carlos Alcaraz Garfia, quien hoy volverá a aparecer como número 1 del mundo con 80 puntos de ventaja sobre Novak Djokovic, se ha convertido en un auténtico todoterreno. Seis en tierra batida, cuatro en pista rápida y uno en hierba. Era lo que le faltaba al murciano para que en el próximo Grand Slam, Wimbledon, sea considerado como uno de los candidatos a lograr el título.

Fue en Queen’s, en Londres, ante quizás el público más entendido en tenis del mundo. Hasta allí llegó con las dudas que generó por su derrota en semifinales de Roland Garros ante Novak Djokovic, al que le ha vuelto a quitar el primer puesto. Esos fatídicos calambres provocados por la tensión acumulada despertaron las alarmas y las dudas. Pero en seis días en los que fue de menos a más, donde tuvo que cambiar de registro, aprender a derrapar en hierba, algo que sólo hacen de forma magistral Andy Murray y el serbio, difuminó por completo esas incógnitas, demostrando que es un tenista de otra pasta, de un talento descomunal.

Carlos Alcaraz, un todoterreno que vuelve a hacer historia al ganar en Queen’s

Carlos Alcaraz, un todoterreno que vuelve a hacer historia al ganar en Queen’s / Dioni García

Hace unos años, Carlos Alcaraz padre me hacía una reflexión. Me dijo que sabía que su hijo no era sólo un jugador de tierra, que también lo era de pista rápida, pero con un matiz, al aire libre, no bajo techo. De la hierba no me hizo ni un solo comentario. Quedaba demasiado lejos ese momento de probar una superficie donde apenas juegan los tenistas un mes y medio al año.

En Queen’s, después de derrotar a Arthur Rinderknech, frente al que cedió el único set de todo el torneo, Jiri Lehecka, Grigor Dimitrov y Sebastian Korda, le tocó enfrentarse a un Alex de Minaur que en semifinales había dejado en la estacada al otro favorito, el danés Holger Rune. También dio buena cuenta de un especialista en hierba, Cameron Norrie. Un rival duro, al que se había enfrentado en una ocasión en un partido oficial y en una exhibición en Villena después de la pandemia. En el único precedente en el circuito, Alcaraz sufrió mucho ante este australiano criado en Alicante, que en su juventud ganó varios torneos en la Región de Murcia. Fue en el Conde de Godó de 2022, en una jornada atípica porque por la mañana se jugó la semifinal y por la tarde la final. Tuvo que remontar hasta dos veces el tenista de El Palmar para acceder a la lucha por un título que ganó por primera vez en su vida. Levantó en el segundo set dos bolas de partido. En ese encuentro adquirió una gran dosis de confianza, la misma que ahora le ha dado para Wimbledon, el pupilo de Juan Carlos Ferrero, que una semana después también ganó un histórico Masters 1.000 de Madrid, donde derrotó a Rafa Nadal, Djokovic y Tsitsipas, una gesta mayúscula.

De Minaur no logró en Queen’s, un ATP 500 que han ganado grandes leyendas como Pete Sampras, Ivan Lendl o Andy Murray, poner en serios aprietos al murciano en una final marcada por el viento y también por la alta temperatura, unos 30 grados en Londres. Sólo se encendieron un poco las alarmas tras el primer set. En el descanso, Alcaraz pidió asistencia médica. Se quejó de unas molestias en el aductor de la pierna derecha. El médico del torneo le aplicó un fuerte vendaje. No tuvo problemas para continuar jugando. De hecho, el segundo set lo ganó con más facilidad que el primero, rompiéndole el servicio a su rival antes y tras el partido aclaró que se trató sólo de precaución.

La primera manga fue de tanteo entre ambos tenistas. Hasta el octavo juego se respetaron el turno de saque. Pero en el noveno, en un momento clave y después de haber salvado dos bolas de ‘break’ en el anterior, logró el quiebre Alcaraz para poner el 5-4 y sentenciar en el siguiente con un potente servicio. Pese a estar jugando en hierba, el de El Palmar había empezado a desplegar su derecha como si estuviera en tierra, provocando que en muchas ocasiones De Minaur, que se había mostrado muy efectivo en las subidas a la red, sólo tuviera el recurso de defenderse desde el fondo de la pista ante los cañonazos de su oponente.

Cuando Alcaraz se fue al banquillo, pidió al juez la asistencia médica. Fueron unos momentos de tensión los que se vivieron en el banquillo del murciano. Comenzaron los murmullos en la grada y los focos de los fotógrafos se centraron en su pierna derecha. Pero las dudas se disiparon rápidamente. En el quinto juego llegó el quiebre del murciano. De Minaur comenzó a dudar y cometió una doble falta (3-2). Fue casi un regalo del australiano por los errores que cometió, también forzado por la tremenda presión ejercida con su derecha por Alcaraz, que volvió a salir a relucir en un sexto juego donde el murciano confirmó el quiebre (4-2). Se respetaron el servicio los jugadores en los dos siguientes parciales (5-3) para disponer Alcaraz de la oportunidad tras el 5-4 de cerrar el encuentro. Tuvo que remontar un 0-30 inquietante, con dos excelentes primeros servicios, sólo le quedaba rematar para alzar por primera vez un trofeo que en Queen’s han ganado grandes leyendas del tenis. Y lo hizo Alcaraz con un excelente primer servicio que restó De Minaur fuera.

«Tengo confianza para intentar lograr mi sueño, que es ganar Wimbledon»

A Carlos Alcaraz se lo tiene que llevar el de seguridad para que atienda sus compromisos ante la prensa. El murciano no para de atender a niños que le piden un autógrafo o una foto. Entre gritos de «¡Grande, Charly!» y «¡Eres el mejor!», el murciano consigue llegar a la sala de prensa, escoltado por el trofeo de ganador de Queen’s, ese en el que figuran leyendas como Rod Laver, Roy Emerson y Rafael Nadal.

¿Le podemos considerar ya un especialista en hierba?

La verdad es que ha sido una gran semana. Me he sorprendido a mí mismo. No me esperaba este resultado. Venía aquí para coger experiencia, poder entrenar con los mejores y la verdad es que ganar el título es algo que ni me planteaba. Estoy muy contento, más que por levantar el trofeo, es por verme preparado para hacer un buen resultado en Wimbledon, verme a un gran nivel, con muchísima confianza. Ahora vamos a intentar cumplir nuestro sueño, que es ganar Wimbledon.

A Federer le costó cuatro años ganar su primer título en hierba, a Nadal, cinco, a Djokovic, seis. A usted, dos años ¿Qué le dice esto?

Es increíble. Es verdad que antiguamente era un poco más complicado. Había más sacadores, la hierba era diferente, mucha más rápida, pero tampoco voy a quitarme mérito. Estoy muy contento de en un periodo tan corto poder jugar tan bien en hierba. Poder ganar Queen’s para mí es increíble.

A partir de hoy vuelve al número uno del mundo, ¿cambia mucho para Wimbledon?

La confianza se eleva. Ahora mismo tengo mucha más confianza que quizás al principio de semana. Es increíble poder llegar a Wimbledon como cabeza de serie número uno, pero a nivel de oportunidad de ganar, ser número uno o número dos, no cambia mucho.

Hace cuatro años entrenaba con Federer en Wimbledon, como una promesa de 16 años. ¿Qué le diría ahora a ese chaval que iba a pelotear con ellos?

Es brutal, ¿no? A ese chico, que entraba a una pista de entrenamiento, con toda la gente pendiente de Federer... Y ahora mismo tenerlo yo, en cada pista a la que voy que la gente quiere verme. A ese chico le diría que tenga paciencia, que siga con la misma ilusión que tenía en ese momento.

¿Cómo está el muslo? ¿Va cambiar mucho la preparación para Wimbledon?

Sólo ha sido por precaución. Todos los tenistas tienen molestias y tienen que llevarse bien con el dolor, y hacer el mejor papel posible. He llamado al fisio, me lo han vendado, me lo han tratado por precaución, para que no vaya a más, pero no va a cambiar la preparación para esta semana.

La gente le aclama, le alaba, le quiere mucho. ¿Cómo se mantiene la cabeza fría?

Gracias a mi equipo y a mi familia. Estar con mi gente me ayuda a aislarme un poquito. Cuando estoy en el torneo para mí es maravilloso estar con el público, con la gente que me anima, que está detrás de mí. Siempre he dicho que es superimportante tener al público detrás tuyo. Lo mínimo que puedo hacer es dedicarles tiempo, firmar autógrafos, hacerme fotos... Sé que a ellos les hace mucha ilusión, igual que yo una vez fui niño, tuve ídolos y me hubiera encantado tener ese ratito con ellos.

Será el primer cabeza de serie en Wimbledon

Carlos Alcaraz partirá en el próximo torneo de Wimbledon como primer cabeza de serie. Será el principal favorito por delante de Novak Djokovic, al que no se podrá enfrentar hasta la final. Desde 2021, Wimbledon se adscribe a los ránkings oficiales para organizar sus cabezas de serie. Hasta 2007, el torneo cambiaba a su parecer el orden de los mismos, con el objetivo de favorecer a los mejores tenistas en la superficie, y desde 2007 en adelante aplicaron una fórmula para valorar los mejores resultados en los dos últimos años en hierba.

Séptimo tenista español que gana en hierba

Manolo Santana, Andrés Gimeno, Rafael Nadal, Wimbledon, David Ferrer, Feliciano López, Roberto Bautista y Carlos son los únicos españoles que han ganado a lo largo de la historia un torneo en hierba. Santana fue el primero y lo hizo conquistando Wimbledon en 1966, mientras que Nadal (2008) y López (2017 y 2019) eran los únicos hasta el momento que habían triunfado en Queen’s.

Dos partidos de exhibición esta semana

Carlos Alcaraz estará esta semana en el torneo de exhibición de Hurlingham. Ya se conoce el calendario al completo, con el partido entre Carlos Alcaraz y Holger Rune, que se disputará el miércoles 28 de junio a las 14:30. Asimismo, Carlos Alcaraz se verá las caras con Dominic Thiem el viernes 30 de junio también sobre las dos y media de la tarde. Novak Djokovic también tiene previsto un partido, ante Frances Tiafoe el jueves 29 sobre las seis.