Fútbol

Un Cartagena en caída libre

El conjunto albinegro cae derrotado por el Tenerife en casa tras un partido nulo en la faceta ofensiva y torpe en cuanto al juego combinativo

Alfonso Asensio

Inefectivo. Incapaz. Inoperante. Nulo. El Fútbol Club Cartagena ha entrado en un bloqueo absoluto de su capacidad futbolística y el partido de ayer frente al Tenerife fue la muestra perfecta de todos los problemas que encarna el cuadro cartagenero. El plan no está claro, la idea del entrenador no llega a los jugadores y el juego del equipo es cada vez más monónoto, repetitivo y previsible para los demás equipos, que defienden sin apuros los inofensivos intentos albinegros. El Cartagena vaga a la deriva y necesita un cambio drástico cuanto antes para evitar un final trágico a final de temporada.

Ya lo necesitaba antes de enfrentar al Tenerife y tenía la oportunidad perfecta para reaccionar tras cinco partidos sin conocer la victoria ni celebrar un gol, pero no estuvo a la altura la escuadra albinegra ni con el apoyo de su afición, ni con la vuelta al once de los pilares Calero, Alcalá y De Blasis, ni contra un equipo en crisis que no ganaba desde principios de diciembre y que resucitó en el Cartagonova.

Un Cartagena en caída libre | IVÁN J. URQUÍZAR

Un Cartagena en caída libre | IVÁN J. URQUÍZAR / Alfonso Asensio

Tanto la línea defensiva como el guardameta cumplieron con su trabajo con creces, pero el centro del campo, desordenado y nervioso, no encontró su sitio en ningún momento y fue superado por la ofensiva rival, que encontró espacios y se plantó ante la zaga con facilidad. El ataque, sin ideas y sin ayuda del medio, se estrelló una y otra vez en su propia incapacidad para confirmar el nefasto partido en líneas generales.

Aunque fue seria la puesta en escena del Cartagena, el tanto de Borja Garcés a los tres minutos de partido hundió al equipo para el resto del choque y demostróla insuficiencia de argumentos de los de Carrión para darle la vuelta al resultado. El debut de Óscar Ureña fue lo único positivo en otra tarde oscura para el FC Cartagena.

Un Cartagena en caída libre | IVÁN J. URQUÍZAR

Un Cartagena en caída libre | IVÁN J. URQUÍZAR / Alfonso Asensio

Dio comienzo el partido y el Tenerife se mostró muy eléctrico intentando llevar peligro por la banda izquierda. El primer acercamiento lo detuvo sin problemas el cuadro local, pero avisó de sus intenciones Iván Romero y en el segundo, a los tres minutos de juego, llegó el tanto chicharrero que abrió el marcador y dejó helada a la parroquia albinegra. Condujo con verticalidad y peligro Romero en el extremo zurdo ganando la espalda a Calero y filtró un pase al interior del área que cogió a contrapié a Pedro Alcalá. Sashoua, que realizaba el desmarque de ruptura, definió cruzado al primer toque y Escandell rechazó el disparo con una buena intervención abajo, no obstante, Borja Garcés esperaba la pelota libre de marca y remató el rechace del portero con fuerza para hacer el 1 a 0.

Con el duro golpe inicial tuvo que remar a contracorriente el Cartagena desde el principio y le costó horrores al cuadro de Luis Carrión. Musto se acercó al gol con un buen remate de cabeza a la salida de un córner que salió fuera por poco y Jansson tuvo una de las mejores tras un gran pase de Pablo De Blasis que le plantó solo ante el guardameta, aunque algo escorado, por lo que no pudo definir con claridad ni imprimir potencia a su disparo, que salió fuera sin peligro.

Un Cartagena en caída libre | IVÁN URQUÍZAR

Un Cartagena en caída libre | IVÁN URQUÍZAR / Alfonso Asensio

Fueron los dos únicos acercamientos de un Cartagena que entró en un bloqueo completo en la primera mitad mientras los tinerfeños seguían buscando el segundo. Perdió un peligroso balón Damián Musto en campo propio y de nuevo Iván Romero generó peligro con otra rápida carrera que cogió descolocada a la defensa. Recogió Waldo Rubio la dejada en la frontal y le pegó con mucha maldad a la base del palo en lo que pudo significar el segundo para los de Luis Miguel Ramis.

Salvó una peligrosa situación Kiko Olivas frenando la carrera de Borja Garcés hacia portería sobrepasados los veinte minutos de partido y el cuadro cartagenero se asentó por unos minutos antes de llegar a la media hora en el electrónico. No obstante, volvió a tener una clarísima opción el conjunto azulón de la que se volvió a salvar el Cartagena gracias a Aarón. Un balón en largo dejó a Garcés sin marca pisando área escorado a la derecha y su pase atrás lo finalizó Waldo Rubio contra el pie de Escandell, que reaccionó de maravilla al cercano disparo. La poca contundencia defensiva del Cartagena se puso de manifiesto con los sucesivos rechaces dentro del área, que cayeron siempre en pies chicharreros, pero finalmente la jugada quedó en nada por fortuna para los albinegros.

Un Cartagena en caída libre

Un Cartagena en caída libre / Alfonso Asensio

El tramo final de la primera parte no dejó nada reseñable además de la inoperancia local y la comodidad visitante. Entre pérdidas e imprecisiones llegó el tiempo de descanso sin atisbo de reacción cartagenera, lo que provocó el debut de Óscar Ureña sustituyendo a Pedro Alcalá para aumentar la presencia en ataque. En la primera que tuvo el extremo generó peligro y cambió la cara del equipo de Carrión con una segunda conducción en la que llegó a línea de fondo, pero no pudo sacar nada positivo.

Entraron entonces Djaka por Musto y Ortuño por Sadiku, pero su entrada no tuvo a penas efecto en el equipo, al que se le acabó la efervescencia de los primeros minutos. Tampoco hizo la diferencia Borja Valle. Con el cuadro albinegro adelantado, el partido se rompió por momentos y los visitantes lo intentaron con balones en largo. En uno de ellos, Garcés tuvo un nuevo uno contra uno con Olivas que finalizó con un disparo fácil para Escandell.

Óscar Ureña, que comenzó en la izquierda y cambió a la banda derecha, fue la única amenaza cartagenera durante muchos minutos sin ayuda de sus compañeros. Solo un disparo de falta directa de Pablo De Blasis llevó el ‘uy’ a la grada cuando el balón salió cerca del larguero de la meta de Soriano.

Un Cartagena en caída libre

Un Cartagena en caída libre / Alfonso Asensio

A pesar de lo apretado del resultado no consiguió generar peligro el Cartagena en el resto de partido y acabó sin disparar a portería en los noventa minutos. Los de Carrión solo lo intentaron con centros demasiado previsibles y planos que no sorprendieron al meta rival y cerca del final pudo poner la puntilla el Tenerife con Dauda como verdugo, pero su pase de la muerte no llegó a Enric Gallego a portería vacía.

Sin demasiado movimiento en el tiempo añadido exceptuando la expulsión por doble amarilla de Dauda llegó el final del partido que condena al Cartagena a su sexta jornada sin ganar y que confirma sus problemas en ataque con un partido muy flojo en cuanto a ocasiones.

Luis Carrión: «Hemos estado muy desacertados en todo»

El entrenador cartagenerista, Luis Carrión, pasó por rueda de prensa para analizar el partido ante los medios de comunicación y no excusó el mal partido de su equipo. «Ha sido un muy mal partido por nuestra parte. Hemos estado mal desde el principio, hemos recibido el gol y no hemos sido capaces de encontrar espacios. Hemos estado muy desacertados con balón, en vigilancias y en todo», resumió el técnico catalán.

Profundizó más en el tema el entrenador y explicó los motivos que condujeron a la derrota de su equipo. «Con balón hemos estado acelerados intentando remontar el partido a la primera e imprecisos. Veníamos de un buen partido y hemos involucionado demasiado. Hay que trabajar, levantar la cabeza y analizar cosas para ganar ya», expresó.

El publico albinegro se expresó con pitos en algunos momentos del partido y el de Barcelona admitió su parte de culpa. «Entiendo los pitos porque hemos hecho un mal partido. Lo mejor sería que no pasara, pero si pasa es porque hemos dado motivos para que pase. Cuando hemos estado bien la gente ha aplaudido y cuando estamos mal es normal que se cabreen», asumió antes de valorar el buen partido de Óscar Ureña. «Ha estado bien, encarando y con acierto en algunas acciones», concluyó.