Entrevista

Ángel Turpín, un karateca con otras capacidades

El ciezano de 15 años, a quien le diagnosticaron de niño Síndrome de Asperger, ya ha sido internacional con España y campeón nacional

Ángel Turpín Abellán, en un entrenamiento. | JOSÉ BERMÚDEZ

Ángel Turpín Abellán, en un entrenamiento. | JOSÉ BERMÚDEZ / josé bermúdez

José Bermúdez

Cuando se piensa en kárate lo primero que viene a la mente es disciplina, rigor, metodología y orden. Todo esos principios envuelven a la figura de Ángel Turpín Abellán (Cieza, 24 de mayo de 2007), un joven apasionado por las artes marciales que encontró en este deporte olímpico una forma de encontrarse y sentirse realizado.

Con apenas cuatro años y tras ver a su primo en una competición de kárate logra una medalla de bronce en un Campeonato de España, le dijo a su padre «yo seré campeón de España. Y Turín no ha parado hasta conseguirlo. Esta historia podría ser la de cualquier joven, pero cuando se conoce el trasfondo de la persona, esta hazaña alcanza matices de superación propias de pocos.

Con apenas dos años, a este ciezano que en la actualidad tiene 15, le diagnosticaron Síndrome de Asperger, trastorno del espectro autista. La noticia impactó a sus padres, que recuerdan ahora que «todo eran dudas. No sabíamos nada y tuvimos que aprender a marchas forzadas por él y por nosotros». Apenas ninguno de sus contendientes y compañeros de entrenamientos sabe que Turpín es Asperger, algo que él no obvia, pero tras la que no se esconde y no quiere sentirse diferente por ello. Solo quiere que lo conozcan por sus logros.

Aunque podría tener su plaza garantizada en competiciones internacionales por ese rasgo diferencial, no se plantea cambiar a la Federación de Parakárate para seguir compitiendo en kumite, modalidad en la que es campeón de España y bronce en el Circuito Internacional: «Tendría que dejar el kumite y solo podría competir en kata, y eso es algo que él ahora mismo no se plantea y solo haría para dar visibilidad y demostrar que todos pueden practicar este deporte. Es feliz haciendo kumite. Ya lo pasó mal cuando quedándose tercero de España en su anterior club, se reían de él porque consideraban que había sido suerte y tenía que haber ganado otro compañero. Fue entonces cosas como esta y muchas otras alejadas de los valores del kárate cuando unas cuantas familias nos alejamos de ese club y formamos el Hikari Karate Club», dice su familia.

No se plantea cambiar a la Federación de Parakárate para seguir compitiendo en kumite, modalidad en la que es campeón de España

En las competiciones es sumamente metódico, y por su condición, le gusta tener todo bajo control. «Tiene que visitar el lugar de la competición antes para adaptarse, y en los días de campeonato es bastante disciplinado, ya que los ruidos y chillidos de la gente le podrían afectar», explica su padre, que a la vez es su entrenador.

Con una madurez sorprendente, nos recibe recién llegado de Venecia, donde le ganó el tercero del ránking mundial, después de un entrenamiento en los que nos relata lo duro y bonito de su disciplina. En los últimos ocho años Murcia ha sido campeón regional. También fue campeón de España kumite juvenil en menos de 60 kilos en 2020, un año donde además se proclamó Grand Winner de la Liga Nacional de Kárate, siendo oro en todas las fases de la misma, y en 2022 llegó a la cima entrando en la selección nacional con la que disputó un europeo y un mundial, consiguiendo un subcampeonato de España cadete-sénior en más de 70 kilos, y plata en la gran final de la Liga Nacional cadete en menos de 70 kilos, culminando su mejor resultado hasta ahora con un bronce en la Youth League Acapulco, su primer podio en el circuito mundial.

Vive concentrado con la selección española de kárate en el Centro de Tecnificación Deportiva Infanta Cristina de Los Alcázares, donde convive con otros componentes del combinado nacional: «La convivencia es buena, nos apoyamos unos a otros, pues estar lejos de la familia es duro. Cuando tenemos días malos solemos hablar entre nosotros para apoyarnos y superar los baches que podamos tener», explica Ángel Turpín.

Aunque se piense que en el kárate está todo milimetrado, el ciezano nos comenta que no es así: «Yo muchas veces voy por sensaciones, pues el rival también suele improvisar, y aunque nos estudiamos todos a través de YouTube y vemos los combates de los oponentes, hay momentos en los que le hago una señal a mi entrenador diciéndole que cambio de estrategia o que haré algo distinto a lo ensayado», relata.

La diferencia de categorías en el kárate llega al extremo que mientras en el Europeo de febrero competiría en categoría cadete, en España compite en júnior, con el consiguiente lío para los seleccionadores: «Todos los entrenadores me conocen y hablan conmigo en las competiciones. Suelen valorar la fiabilidad de pasar combates y saben que conmigo el compromiso y la entrega la tienen, por lo que mi objetivo para este año es la Youth League de Dubai y mi última participación como cadete en la Youth League de La Coruña, donde estaré disfrutando con mis compañeros de la selección».

Otro hándicap que ha tenido este año, aparte de la categoría, ha sido el peso: «Comencé la temporada como cadete en menos de 70 kilos, donde fui subcampeón de la Copa de España y bronce en la Youth League de Acapulco, pero me costaba mucho mantener ese peso para todo el año y mi madre me dijo que la salud era lo primero, que pasase a más de 70 kilos, y con los puntos obtenidos en la Copa de España, pude competir en la final de la Liga Nacional bajando de peso para ese campeonato. Sufrí mucho pues aparte de la tensión del entrenamiento , añadíamos la tensión de la alimentación. Fue muy duro», explica con una sonrisa por la satisfacción que aporta el deber cumplido.

Cuando se le pregunta por un referente, esboza una sonrisa y le sale un nombre: «Le llaman Beckam. Es un sénior de unos 25 años que este fin de semana se ha proclamado campeón de España kumite por equipos, pero se tuvo que dejar la competición por una lesión, pero a mi edad fue campeón de europeo y mundial, y no solo por eso, sino por su manera de trabajar, su posicionamiento en el tatami, y cada vez que puedo miro sus combates para aprender de él», termina diciendo.