Piña y Julio Gracia, los indiscutibles de un Real Murcia entre debates y señalados

El Real Murcia deja atrás la primera vuelta de la liga con luces, sombras y muchos debates. Porque mientras que futbolistas como Íñigo Piña y Julio Gracia se han convertido en el alma de los granas dentro del terreno de juego, otros como Sergio Aguza y Miku apenas han tardado seis meses en ganarse un puesto en la lista negra de los aficionados.

Pero este tramo de la competición también nos ha traído sorpresas positivas, como el buen rendimiento de los sub-23 Javi Rueda y Arnau Solá, y, sobre todo, muchos debates. Debates como el de la portería, avivado por el propio Mario Simón; discusiones por los movimientos constantes en el once y ruido por la suplencia durante algunas jornadas de Pablo Ganet.

Ha tenido muchas dudas el técnico murcianista en estas primeras 19 jornadas. Tantas, que solo dos futbolistas -Íñigo Piña y Julio Gracia- lo han jugado prácticamente todo, y ambos de forma más que merecida.

Llegaba Piña el pasado verano al Real Murcia sin hacer mucho ruido. No fue uno de esos fichajes que agitan a la afición. Sin embargo, solo cinco meses después se ha convertido en indiscutible para todos. Lo dicen sus números -ha disputado 1.637 minutos- y lo dice su regularidad sobre el campo, sobreviviendo incluso a un tramo de la temporada donde se acumulaban los fallos defensivos.

Al contrario que a Piña, a Julio Gracia ya le conocíamos. El andaluz fue uno de los pilares del ascenso del pasado curso, pero la llegada a Primera RFEF le ha agrandado todavía más, confirmando que vive el mejor momento de su carrera deportiva. Su potencial solo queda minimizado por la falta de otras piezas que refuercen el trabajo de un jugador que suma kilómetros y kilómetros cada partido pero que echa en falta a su lado mucha más creatividad para llevar el balón a posiciones de ataque.

El mérito de Piña y Gracia crece teniendo en cuenta que su presencia es incluso más importante hasta el momento que la de futbolistas que llegaban a elevar el nivel del equipo. Porque quitando a Pedro León, que ha ido de más a menos, todavía estamos a la espera de que aparezcan Aguza y Miku, los dos grandes fiascos de esta primera vuelta y que no dan síntomas de mejoría para lo que viene. Aguza, que ha jugado 707 minutos, no ha saltado al campo en las últimas tres jornadas, mientras que el delantero, con un solo gol con la grana, ha acumulado 87’ de la 15 a la 19.

Mucha más presencia tiene Pedro León, que suma hasta 1.194 minutos y seis goles, sin embargo, el muleño se ha ido apagando con el paso de las semanas y desde el pasado mes de noviembre no acaba de ser importante en el juego de los murcianistas, que además le necesitan más de la cuenta por la ausencia de futbolistas que sean capaces de aportar creatividad y verticalidad.

Dos sub-23 con desparpajo

Esta primera vuelta ha traído el aire fresco que han dado al equipo los laterales Javi Rueda y Arnau Solá. Los dos fichajes sub-23, que llegaron como complemento, se han adueñado de sus bandas. De hecho, el primero ha dejado prácticamente inédito a Mario Sánchez. Ni la lesión del exmadridista le hizo dar un paso atrás, ya que nada más recuperarse volvió a recuperar su puesto. Más competencia ha tenido Solá, que se ha visto obligado a ‘pelear’ con Alberto López, sin embargo el jugador sub-23 también ha acabado asentándose en la derecha hasta el punto de sumar 1.149 minutos ya.

Y como 19 jornadas dan para mucho, el Real Murcia no se ha librado de los debates. El fichaje de Joao Costa ya presagiaba que la temporada en la portería podría ser movidita, y Mario Simón lo ha ido confirmando. Aunque Serna empezó como titular y fue capaz de salvar un match ball, desde hace cinco jornadas es Joao el que sale en las fotos del once del Real Murcia. Pero la presencia del luso tampoco es que haya aumentado la seguridad de la meta murcianista.

Ha habido debate en la portería y también hubo cierto ruido ante la decisión de Mario Simón de condenar al banquillo a Ganet. Pese a que no estamos viendo una gran temporada del ecuatoguineano, que un sector de la grada le haya dado la categoría de ídolo, hizo que durante cinco semanas se avivara el debate. La polémica acabó con la vuelta del internacional al once, sin embargo, su presencia tampoco ha agitado a un Real Murcia que necesita nuevas fichas de centro del campo para arriba.