Supercopa

El Real Madrid de Ancelotti, de Ferrari a Twingo

El equipo blanco mostró ante el Barcelona una imagen preocupante, sin competir y con un agotamiento físico que inquieta ante el calendario feroz que debe abordar en esta cuesta de enero

Ancelotti y sus jugadores recogen las medallas tras caer ante el Barcelona.

Ancelotti y sus jugadores recogen las medallas tras caer ante el Barcelona. / EFE

Fermín de la Calle

La Supercopa de España ha acrecentado las arrugas de un Real Madrid que tiene “la barriga llena”. Los de Carlo Ancelotti, al que molestó notablemente que calificasen de “ridículo” el desempeño del equipo, no compitieron ante el Barcelona. Y ese es el peor síntoma en un equipo al que le define su gen competitivo. Una derrota ante el Barcelona, por la forma en que se produjo, en la que muchos ven indicios de un cambio de ciclo.  

Sin embargo, esta deriva blanca no es puntual. El Real Madrid ha perdido cuatro de los últimos diez partidos que ha jugado, los mismos que ha ganado. La mitad de ellos antes del Mundial. A eso se suma otro argumento que desmonta la importancia del desgaste en QatarEn la final con el Barça, los azulgrana contaban con 17 jugadores que estuvieron en la cita mundialista por 13 del Real Madrid. Lo que desmonta la coartada del bajón físico postmundialista y señala a Antonio Pintus.  

Una plantilla desequilibrada

Se advierte también un problema de gestión, ya que cuando Carletto se giraba al banquillo en Riad se encontraba con jugadores como Hazard, Mariano, Nacho o Ceballos. Futbolistas que han perdido protagonismo hasta quedar relegados a la intrascendencia más absoluta. Unos por falta de rendimiento, como el belga o el delantero, y otros por decisión técnica, como el defensa o el centrocampista. Con Modric agotado, extraña que el técnico no contase más con Ceballos, en quien ha declarado que confía. También es difícil de explicar la desaparición de un Nacho que siempre ha mostrado fiabilidad, tanto en la salida del balón como liderando la zaga. La llegada de Rüdiger le ha relegado, pero el alemán ha evidenciado que más allá de su prestación física no es un jugador apto para salir tocando desde atrás, como tampoco lo es Militao. Gestión que señala al mismo Ancelotti que no hace tanto era capaz de hacer jugar al equipo por encima de sus posibilidades. 

Además existe un desequilibrio evidente en el diseño de la plantilla. Benzema no tiene relevo en punta, en parte porque el propio jugador nunca fue amigo de tener un relevo natural. En el medio, tras la salida de Casemiro, solo hay un ancla: Tchouaméni. Y al estar lesionado el equipo queda huérfano porque Kroos nunca ha tenido piernas ni codos para asumir ese rol, por más que Carletto haya improvisado con él. Se suma que los laterales se han vulgarizado. Las lesiones lastran a un Carvajal al que Lucas Vázquez suple como parche, mientras Mendy ya no disimula sus limitaciones con el balón en los pies. Un desajuste estructural que pone el foco en los despachos de La Castellana. 

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El problema se agudiza ante un calendario feroz para los blancos en esta cuesta de enero. El Real Madrid disputará 17 partidos en 60 días, con ocho semanas de partidos entre semana y los domingos, lo que le impide recuperar jugadores. Supercopa, Liga, Copa, Mundialito de Clubes, Champions… No hay tregua para los blancos, que esta semana, mientras digieren la dolorosa goleada ante el Barcelona, se medirán el jueves al Villarreal en el estadio de La Cerámica y al Athletic en San Mamés el domingo a las 21:00 horas. 

Sin fichajes

No tiene intención Florentino Pérez de acudir al mercado de enero para reforzar al equipo, que, sin embargo, si debe acometer una profunda reestructuración en verano. Siete jugadores quedan libres en junio (Modric, Kroos, Benzema, Marco Asensio, Mariano, Nacho y Ceballos).

De ellos solo Mariano parecería prescindible. Kroos, Modric y Benzema conforman la columna vertebral del equipo pasados los 35, Asensio y Ceballos son irrelevantes en el presente aunque deberían ser decisivos en el futuro, y la versatilidad de Nacho ha sido muy útil en los últimos tres lustros.

A Ancelotti, el Ferrari se le ha convertido en un Twingo de la noche a la mañana y comienza a tener problemas para sacarle partido. Hay quien encuentra similitudes entre esta segunda temporada del técnico y el segundo curso de su primera etapa en el Madrid. Entonces acabó sin títulos y fue despedido un año antes de que concluyese su contrato. Ancelotti vuelve a tener dos años de contrato por delante y debería ganar algún título este año para evitar que se repita la historia. La duda es si podrá volver a exprimir a un equipo con arrugas en su columna vertebral y la barriga llena.