Entrevista | David Sánchez Romero Corredor popular

David Sánchez: "Salvo que una lesión me lo impida, dejaré de correr cuando me muera, y espero que eso sea muy tarde"

El alcantarillero David Sánchez, ganador este año del Circuito Corre por Murcia, llegó al atletismo incitado por su padre tras jugar al fútbol sala y dejarlo tras sufrir dos fracturas en un brazo

David Sánchez Romero.

David Sánchez Romero. / Israel Sánchez

Dioni García

Dioni García

David Sánchez Romero (Alcantarilla, 18 de diciembre de 1979), empleado de Equilabo Scientific, empresa de material de laboratorio, es un reconocido corredor popular de la Región, que cuenta con un extenso palmarés, al que ha sumado este año el triunfo absoluto en el Circuito Corre por Murcia. Padre de tres hijos, también entrena a un grupo de unos veinticinco corredores. Dos fracturas en el brazo le llevaron al atletismo.

 ¿Cuándo te iniciaste en el deporte?

Prácticamente desde niño en diferentes ámbitos. Al principio, como todos los niños de mi época, jugué al fútbol y al fútbol sala, pero cuando llegaba Roland Garros le dábamos al tenis, y en el Tour de Francia, a la bici. De manera más constante estuve en el fútbol sala hasta que me rompí a los 16 años dos veces el brazo y entonces me pasé al atletismo porque mi padre corría y sigue haciéndolo con 68 años. De hecho, la semana pasada terminó el maratón de Valencia. Desde que se jubiló tiene tiempo para entrenar y está mejor que hace diez años.

Pues lleva toda la vida corriendo.

En el año 96 empecé un poco a entrenar de manera continuada y a hacer carreras populares. Y desde ese momento hasta ahora. Mis mejores años ya pasaron, ya que físicamente no rindo como antes, pero aun así sigo entrenando todos los días que puedo, aunque estoy más gastado por las lesiones, pero he hecho maratones, medias maratones, cross o 10K.

¿Has hecho muchos maratones en su vida?

Once maratones. Es una distancia donde se sufre mucho, sobre todo si quieres hacer una buena marca. Yo vengo de un atletismo antiguo. Me he ido actualizando porque entreno gente y a niños. El mundo del atletismo ha cambiado mucho y las carreras populares también. He hecho once maratones, pero todos fuertes, intentando hacerlo lo mejor posible y por eso no he hecho más, porque me he desgastado bastante.

¿No sabes salir a correr sin sufrir?

Más que sufrir, intento siempre hacerlo lo mejor posible. Antes podía pelear por ganar, pero ahora, si puedo ser décimo, intento acabar en esa posición antes que ser duodécimo.

¿Tiene gen competitivo?

Me adapto a las circunstancias que tengo actualmente, pero dentro de eso, me gusta hacerlo lo mejor posible. No es que no me guste salir solo a trotar, me gusta llegar a casa diciendo que he cumplido y que me he ganado la cena. No menosprecio a quien hace eso porque incluso es más inteligente que yo, pero me gusta sentir que me muevo.

También entrenas a otros atletas. ¿Hace mucho que empezaste?

Siempre he tenido gente. Al poco de empezar estuve entrenando a dos o tres chavales que iban bien, y lo dejé un poco para centrarme en mí y llegar a mis límites. Pero desde hace diez años sí que he ido formando un grupo de gente, de unos 20 o 25, y estoy muy contento. Es gente que ha llegado a mí de diferentes maneras y todos han mejorado. Sobre todo están aprendido a engancharse al atletismo y han encontrado también la parte romántica de este deporte, que no todo es sufrimiento, que tiene también grandes satisfacciones.

Has ganado el circuito Corre por Murcia. ¿Era un objetivo o te lo has encontrado por el camino?

La temporada pasada estuve bastante bien en invierno y en abril estuve parado por una lesión. Tenía entre ceja y ceja hacer pruebas y ver cómo se desarrollaba la clasificación. Ganar siempre es difícil, pero sabía que con la puntuación que había y participando regularmente, iba a estar arriba. Fui haciendo todas las carreras y cuando llegó el mes de julio me centré en el campeonato.

¿Cómo sacas tiempo para entrenar?

La verdad es que a veces cuesta, pero tengo muy instaurado en mi vida salir a correr. Normalmente los días de semana salgo por la noche, cuando acabo de trabajar, y los fines de semana salgo a primera hora. Cuando los niños eran más pequeños, salía a deshoras, como a las seis de la mañana o a mediodía en pleno mes de agosto, un poco locura. Mi mujer me ha conocido así y sabe que todos los días tengo que salir a correr porque lo necesito y para mí es vital.

¿Qué te aporta correr?

Correr solo me aporta bastante paz y tranquilidad después del estrés diario que tenemos en este mundo que nos rodea, y me reporta una gran satisfacción. Y cuando encuentras ese punto intermedio de sufrimiento razonable, la satisfacción es brutal.

¿Y no te han dicho en la familia que tienes que dejarlo?

Eso es mi parte de mí y mi intención es estar corriendo siempre. Salvo que una lesión me lo impida, me retiraré cuando me muera, y espero que sea muy tarde. Tengo a mi favor que aunque tengo un punto competitivo, no soy ambicioso, no soy conformista y me adapto a las situaciones, y cuando tenga que pelear por ser el 50, aceptaré sin problemas que es efecto del paso del tiempo.

Pero cuando se corre a un alto nivel, deja de ser sano.

En cierto, tiene un punto donde puede dejar de ser sano. En mis mejores años he hecho cosas por intentar conocer mis límites, pero no es lo más sano. He hecho cantidades de kilómetros grandes a ritmos altos, muchas veces con molestias y castigando un poco al cuerpo. Quizás no es lo más sano, pero es un período de tiempo donde te sacrificas al máximo. Lo que quizás no merezca la pena sea llevar el cuerpo a límite extremos cuando tienes una edad un poco mayor, estás en otro punto de la vida y no estás preparado para ello. Cuando uno no cumple los entrenamientos y no se cuida del todo, es absurdo pasar ese límite.

Imagino que tu vida es muy sana.

Nunca he fumado y nunca he bebido nada fuerte salvo manera especial. No soy una persona de excesos, no me sale por sí mismo, pero tampoco no soy un ermitaño ni un fanático de enclaustrarme. Me gusta hacer mis entrenamientos, pero dentro de mi vida personal y habitual está correr, pero no necesito hacer cambios para poder entrenar y estar a un buen nivel.

¿Has metido a los niños en el atletismo?

En un principio los dejé más libres porque no me gusta un deporte tan sacrificado y hay que dejarles espacio porque se agobian. Ahora han empezado a entrenar conmigo y les va gustando. Ellos irán decidiendo y si les gusta, estaré encantado, pero si no, que hagan cualquier actividad. Este deporte tienen un componente vital y es la capacidad de sufrimiento. Por muchas zapatillas de carbono y relojes que lleves, hay que sufrir.

Antes nos poníamos cualquier cosa que teníamos por casa para salir a correr, pero ahora las carreras parecen pasarelas de modelos.

El atletismo, como yo lo conocí, ha cambiado mucho. Ahora se mide todo mucho más, hay equipamientos y tejidos espectaculares, y mucha gente intenta ir a la moda, que es normal, pero a veces vas a las carreras y ves a gente que lleva en el cuerpo 600 euros. Antes, como decías, nos poníamos un pantalón y una camiseta del mercado, y unos bambos que te duraban un par de años. Ahora es otro mundo.

Cuando empezaste a correr se daban premios en metálico en las carreras. ¿Has ganado alguno?

Algunos he ganado. He tenido suerte y gracias al esfuerzo, he conseguido ganar alguna carrerilla donde había premios en metálico. Ahora, como espectador, no echo de menos los premios en metálico, pero sí que se junten los buenos en una carrera, pero eso es difícil porque hay muchas.

Lo más bonito de las carreras populares es el ambiente.

Ahora mismo hay un ambiente festivo y de gente que forma sus pequeños clubes o que son amigos del gimnasio o de una empresa que se juntan a correr. Van, disfrutan, se toman sus cervezas y es un ambiente sano. En ese aspecto sí que ha mejorado mucho. La gente lo ve como algo normal y participar en alguna carrera ya es algo habitual, cualquier persona te dice que corre y a los que lo hacemos de toda la vida, nos encanta.

Ahora se ve mucha gente corriendo a diario.

Los que corremos hemos dejado de ser bichos raros. Antes era poco habitual. Salías de tu casa corriendo e intentabas evitar las avenidas principales porque era raro.

¿Entonces tu objetivo es tratar de correr toda la vida más allá de los resultados?

Así es, me parece una buena frase. Tengo que dar con la tecla para evitar las lesiones y ser capaz de conseguir estar toda la vida.

¿Pero entre la gente joven ves ese espíritu de sufrimiento necesario?

La gente que entreno es de mediana edad, tiene entre 35 y 50 años y con capacidad de sacrificio. En la gente más joven la capacidad de sufrimiento a día de hoy no se tiene, no está tan inculcada en ellos para entrenar todos los días aunque llueva, haga frío o calor. El mundo ha cambiado mucho y hay otros valores. A los niños hay que intentar darles la vuelta para que disfruten y aunque cueste un poco, tengan esa sensación de satisfacción. Los deportes de resistencia, a día de hoy, son difíciles para la juventud, sobre todo en la franja de los 16 a los 20 años. Se puede ver en cualquier cross o carrera popular, donde corren tres personas entre los 20 y los 23 años, mientras que de 40 a 50 tienes quinientos inscritos. Da pena ver poca gente joven en las pruebas.