Poco después del desastre ante el Dortmund, el Sevilla anunció lo que todo el mundo sabía: la destitución de Julen Lopetegui, que ya se sentó en el banquillo ante el cuadro alemán sabiendo que sería su último partido. Jorge Sampaoli le sustituye en su segunda etapa al frente de un club que vive los peores momentos de los últimos años.

La nefasta planificación de este verano, con la venta de los dos centrales titulares a la cabeza (Diego Carlos y Koundé), y la inercia negativa arrastrada desde el pasado curso han acabado llevándose por delante al preparador vasco, quizá el menos culpable de la crisis.

Trayectoria meritoria

«Lopetegui quedará para siempre en lo más granado de la historia del Sevilla por la brillante consecución de la Europa League en la temporada 2019-20, la primera en el cargo, que le dio entrada al selecto club de siete entrenadores que han levantado un título internacional en Nervión», explicaba el club en su comunicado de despedida al técnico. No es el único dato meritorio de Julen en el Pizjuán.

Además de ser el entrenador que conquistó la sexta Europa League del Sevilla, también logró tres clasificaciones seguidas para la Champions. Es el que tiene mejor porcentaje de derrotas en la historia del club y el que firmó la mejor puntuación en una temporada en la Liga. Dirigió 170 partidos al Sevilla con 89 victorias, 45 empates y 36 derrotas.

Al filo del descenso

Todo se ha complicado en esta triste temporada. En Europa, el equipo suma un punto en tres jornadas, con un gol a favor y 8 en contra. Solo un fantástico final en la fase de grupos, empezando por un triunfo en Dortmund en la próxima jornada, puede evitar su eliminación. Ahora el objetivo más razonable parece la tercera plaza, que daría acceso a la Europa League, la competición fetiche de los andaluces.

En la Liga, no mejora la cosa. El Sevilla, al filo del descenso, suma cinco puntos con una victoria en siete partidos. El Pizjuán, un estadio siempre complicado para cualquier rival, se ha convertido en un chollo para todos los visitantes. 

"Siempre en el corazón"

Doce horas después de ser destituido, Lopetegui se despidió en un acto en el antepalco del estadio. «No soy de hacer papelitos. Digo lo que siento. Hemos entregado aquí una parte de nuestra vida. Es nuestra profesión. Este homenaje me lo voy a llevar para siempre, quedarán las huellas en mi corazón», dijo el técnico, que recordó su llegada al Pizjuán tras una negociación con Monchi en Madrid.

«Soy un elegido por todo lo vivido. Le deseo lo mejor del mundo a mi club y mi gente. El equipo va a revertir la situación. Estaré ahí aplaudiendo y sintiéndome partícipe de todo esto. Aquí hay un sevillista para toda la vida», agregó. 

Sampaoli, de 62 años, toma las riendas. Junto al entrenador argentino llegan también Jorge Desio, Diogo Meschine y Pablo Fernández, que formarán parte de su cuerpo técnico. Firma hasta 2024 con el reto de enderezar el rumbo de un bloque alicaído al que ya dirigió en la temporada 2016-17, cuando firmó una primera vuelta histórica (42 puntos) que ayudó a sellar la clasificación final para la Champions como cuarto clasificado, a 21 puntos del Madrid, el campeón.

Las manías de ‘Sampa’ 

Tras el Sevilla dirigió a la selección argentina, con la que cayó en octavos del último Mundial ante Francia. Luego se marchó al Santos y al Atlético Mineiro antes de firmar por el Marsella, club que abandonó el pasado verano por divergencias en la política de fichajes.

En Sevilla no sorprenderán para nada sus métodos. Ya conocen las manías del inquieto técnico de innumerables análisis y tatuajes. Volverán los paseos interminables de un lado a otro, su alternancia del traje con el chándal ajustado, sus inseparables gafas de pasta... Tampoco se descarta la presencia del mate en el vestuario o la ayuda de un chamán, excentricidades habituales en un entrenador que no deja indiferente a nadie.