Nadie apostaba por un Andrés Carrasco titularísimo con el Real Murcia en Primera RFEF. Ni sus números el pasado curso, pichichi del equipo grana y gran protagonista de la fase de ascenso, le garantizaban ese estatus en su segunda temporada como murcianista. Sin embargo, empezada la liga, la situación del delantero murciano es todavía mucho más complicada de lo que se presuponía. Y eso que en el pasado mercado de fichajes, el Real Murcia no pudo conseguir el ‘9’ de nivel que prometió. Y eso que en estos primeros partidos los minutos ofrecidos por Miku, competencia directa de Carrasco, están siendo tan decepcionantes que lo único que está acumulando es críticas.

Pues ni la no contratación de un delantero ‘top’ ni la nula aportación del venezolano han servido, por ahora, para que Andrés Carrasco tenga la oportunidad que se ganó el pasado curso. Y es que ese crédito no existe para un Mario Simón que ha condenado completamente al banquillo al delantero murciano.

Si el pasado mes de junio Andrés Carrasco se convertía en el héroe del murcianismo, al conseguir el gol que daba el pase a la final del play off y al volver a marcar para encarrilar la victoria del ascenso frente al Peña Deportiva, en este mes de septiembre, el pichichi grana se ha convertido en el gran ignorado de Mario Simón. Ha vivido los cinco partidos de liga disputados en el banquillo, y en las segundas partes no siempre es la primera opción, como se vio este sábado en Barcelona, cuando no saltó al terreno de juego hasta el minuto 73 pese a que el Real Murcia estaba disputando un partido pésimo desde prácticamente el primer minuto.

Noventa y un minutos son los que acumula el murciano en este inicio liguero, unos números pobrísimos comparados con el gran protagonismo que tuvo el pasado curso en Segunda RFEF donde fue titular indiscutible y donde a estas alturas del campeonato ya acumulaba tres goles.

Lo raro no es que Andrés Carrasco viva cada inicio de partido en el banquillo. Y es que al murciano siempre le ha costado hacerse un hueco en la tercera categoría cada vez que lo ha intentado. Lo raro es que Andrés Carrasco no haya tenido ni una oportunidad en el once titular cuando el Real Murcia está siendo completamente nulo en el área y cuando Miku, totalmente desaparecido en los partidos, no está cumpliendo con las expectativas generadas con su fichaje.

De hecho, de los cinco partidos disputados hasta el momento, en tres de ellos el Real Murcia no ha sido capaz de marcar un gol. Este sábado en Barcelona, los granas apenas dispararon una vez a la portería defendida por Nil Ruiz y en los distintos córner que generaron nunca llegó el peligro.

El mal partido de los de Mario Simón impide valorar a los jugadores de ataque, porque el balón jamás llegó al área defendida por los azulgranas; pero el no marcar se une a lo ocurrido en los dos encuentros en casa. Porque ante el Calahorra y frente al Numancia no se pasó del empate a cero.

Con Miku intentando encontrarse y con Andrés Carrasco descartado para Mario Simón, el Real Murcia empieza a sufrir a las primeras de cambio su mala planificación deportiva de este verano, donde fueron dejando escapar distintos perfiles de delanteros interesantes para esperar a un Mourad que finalmente eligió otra opción.

De hecho, el primero que se mostró intranquilo con su delantera fue Mario Simón, que en el primer partido ya sorprendió a todos jugando con Dani Vega como ‘falso 9’. Fue el principio y el final de ese invento, por lo menos hasta ahora, y es que en las jornadas siguientes la titularidad siempre ha sido para Miku, quien ya acumula 300 minutos sin haber aportado nada al equipo. De hecho, el jugador venezolano ya empieza a acumular críticas por parte de los aficionados.

Sin goles de los delanteros, los tantos han llegado desde la segunda línea. Dani Vega acumula dos dianas tras dos jugadas individuales, Pedro León se estrenó desde el punto de penalti, Ganet lo hizo con un zapatazo y Armando después de una contra en la que fue asistido por Carrasco. Hasta los goles muestran el verdadero problema del Real Murcia dentro del área, donde apenas llegan balones y donde no se acumulan remates.