Desde el Gran Premio de Las Américas en el circuito de Austin venían avisándolo: «Ya estoy aquí». Pero los resultados no llegaban. Cuatro ‘ceros’ consecutivos empezaban a pesar como una losa en la confianza de Pedro Acosta, el campeón del mundo de Moto3 en el año de su debut. Desde el Team Ajo, su equipo, el mensaje era siempre el mismo: «Hay que tener paciencia, es un novato en la categoría». Y a la octava carrera en Moto2, en el circuito de Mugello, donde el año pasado se llevó una decepción, volvió a izar en la vuelta de honor su bandera ‘El Tiburón’, que con 18 años y 4 días se convirtió ayer en el Gran Premio de Italia en el campeón más joven de la historia de la categoría intermedia, batiendo el récord que estaba en poder de Marc Márquez -lo hizo con 18 años y 87 días-, el campeón español que ahora pasa por un momento de crisis. Y es que el murciano se ha abonado batir plusmarcas de precocidad, como nos tiene acostumbrados Carlos Alcaraz en el tenis. Ya el año pasado fue el campeón del mundo español más joven, con 17 años y 166 días, y por muy poco -un solo día- no batió la plusmarca de Loris Capirossi.

La adaptación no ha sido fácil para Pedro Acosta a la nueva categoría. Pero aun así, lo ha conseguido mucho más rápido que la gran mayoría de pilotos de la parrilla. En una carrera que dominó de principio a fin, donde solo cedió la primera plaza en la tercera vuelta tras un susto al pisar el ‘piano’, el murciano hizo sonar el himno español. Desde el pasado mes de octubre en Portugal, cuando se proclamó campeón del mundo de Moto3, se le resistía la victoria. Pero lo más increíble de su trayectoria es que tiene más victorias que podios: siete triunfos, un segundo y un tercer puesto.

Después de avisar en Le Mans con la ‘pole’ y caerse liderando la carrera, y ya con Paco Mármol siguiendo sus pasos -durante las primeras carreras no estuvo el preparador de Molina de Segura junto a él-, Acosta dio una exhibición de pilotaje en Mugello. Después de ser superado en los entrenamientos solo por Aarón Canet, el pupilo de Sito Pons, el murciano se lanzó al ataque desde que el semáforo se puso en verde. De hecho, a final de la larga recta de meta de Mugello, donde se han decidido infinidad de carreras por apenas milésimas de segundo, ‘El Tiburón’ cogió la cabeza y no la soltó en ningún momento, salvo en ese incidente de la tercera vuelta que logró controlar rápidamente. En ese momento, el valenciano y el del Puerto de Mazarrón ya habían adquirido una renta de poco menos de un segundo sobre un grupo perseguidor donde rodaban Tony Arbolino, Sam Lowes y Ai Ogura.

Fermín Aldeguer rompe la mala racha de resultados

El piloto de La Ñora Fermín Aldeguer logró romper su mala racha con un decimocuarto puesto en Mugello. El muciano tuvo la penalización de una vuelta larga por exceder los límites de la pista, pero aun así pudo entrar en los puntos: «No estoy del todo contento con el resultado, pero nos mostramos fuertes; cuando perdíamos posiciones las podíamos recuperar rápidamente con buenos adelantamientos. Lástima por esa vuelta larga vuelta que condicionó definitivamente nuestra carrera al quitarnos la posibilidad de continuar el ascenso», dijo.

Mientras que Acosta y Canet apenas se estorbaban y el piloto valenciano se dedicada a estudiar las trazadas del murciano, las vueltas caían. Pero todo dio un giro a ocho vueltas para el final. Canet, que corrió infiltrado poru na operación reciente, se fue al suelo y el mazarronero se quedó solo en cabeza. La situación era perfecta, Acosta solo tenía que no cometer errores para sumar su primer triunfo en Moto2. En su contra jugaban las caídas sufridas en las últimas carreras. Mantener la concentración era vital.

A siete vueltas del final, Acosta ya tenía una renta de casi dos segundos sobre Roberts y Vietti, que se habían unido a ese grupo llegando desde atrás, donde también viajaban Ogura, Arbolino y Lowes. Mientras que estos cinco pilotos se peleaban por las dos plazas de podio, el murciano mantenía un ritmo muy constante, aumentando su renta. La situación estaba bajo control, ya que el piloto del Team Ajo rodaba incluso más rápido que sus perseguidores y a punto estuvo de batir el récord de la pista.

Con más de dos segundos y medio de ventaja afrontó Acosta las tres últimas vueltas, una renta cómoda si no cometía los errores de otros grandes premios. Por detrás se sucedían los acontecimientos. Lowes se iba al suelo tras sacarlo de pista Arbolino, quien fue sancionado, y Vietti rompía el motor, quedándose Roberts solo en la segunda plaza y Ogura en la tercera.

Después del triunfo, Acosta se sitúa con 45 puntos en la clasificación y en la décima plaza de la general. El líder, Celestino Vietti, está a una distancia de 63 -cuenta con 108- del murciano. Pensar en luchar por el título es ahora mismo casi imposible, pero en esta categoría todo es posible después de un primer tercio del campeonato con siete ganadores diferentes en ocho carreras.

"Los momentos difíciles te ayudan a disfrutar más de los buenos"

El proceso de adaptación a Moto2 ha sido más largo de lo que esperaba Pedro Acosta. Pero al final, en la octava carrera, logró la victoria: «Estoy muy contento de haber conseguido finalmente esta victoria. Me costó más de lo que me hubiera gustado, pero los momentos difíciles te ayudan a aprender y disfrutar aún más de los buenos momentos. Ya sólo queda seguir la línea que llevamos, que no lo estamos haciendo mal», declaró el murciano en rueda de prensa. Sobre el Gran Premio de Italia, pese a que ganó en solitario, afirmó que «la carrera fue dura; es la primera que lidero de principio a fin, y tuve que trabajar duro para mantener la concentración. Los errores que cometimos en rondas anteriores nos han ayudado a aprender, progresar y estar aquí hoy. Creo que hemos hecho bien en coger una cosa y vaya bien o vaya mal, ir con ella hasta el final. Calentarnos menos la cabeza».