La Opinión de Murcia

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El deporte, en primera persona

Judith Caravaca: "Mis padres me apuntaron a jugar al fútbol por cansina después de llevarme a natación"

La futbolista de Churra Judith Caravaca, capitana del Alhama ElPozo, asegura que nunca la han expulsado ni se ha perdido un partido por acumulación de tarjetas pese a que juega de defensa central

Judith Caravaca, capitana del Alhama ElPozo en un jardín de Churra. Juan Carlos Caval

Futbolista. Judith Caravaca Muñoz (Murcia, 5 de mayo de 1997) es la capitana del Alhama ElPozo, que ha logrado el ascenso a Primera División Iberdrola. La defensa central de Churra, que se inició en El Puntal y también pasó por el Murcia Féminas, lleva desde hace cinco temporadas en el club alhameño. «Pese a que juego de central, siempre digo que me llevo más palos que las delanteras, pero alguno daré», afirma la jugadora de Churra.

¿Cuándo empezó a hacer deporte?

Desde pequeña. Mis hermanos jugaban al fútbol y cuando mi padre se iba con ellos para el campo, me iba con él a entrenar. A mí me daban una pelota y allí me ponía sola.

¿Y cómo empezó a jugar, porque entonces no había equipos de chicas?

Empecé en El Puntal con un equipo de chicos, con siete u ocho años. Yo le había dicho a mis padres que me apuntaran al fútbol y un día me llevaron a un sitio que yo pensaba que era para jugar, pero de repente me encontré en una piscina. Me llevé un chasco que no veas. Duré más bien poco porque yo no quería ir y por cansina me apuntaron en El Puntal. Ahí estuve hasta que pude, en infantiles, que fue cuando fiché por el Murcia Féminas.

¿Cuándo se fijaron en Alhama en usted?

Hace cinco temporadas que empecé allí y la verdad es que año a año hemos ido cumpliendo objetivos. El equipo siempre ha mejorado y subiendo escalones hasta que este año hemos quedado primeras.

¿Esperaban el ascenso?

Por mi parte no. Nuestro objetivo era quedar entre las cinco primeras para meternos en la nueva liga que se crea la próxima temporada. Pero como fueron pasando los partidos y nos vimos primeras, al final lo hemos conseguido. Hasta hace dos partidos que jugamos contra el Cáceres no nos habíamos planteado ascender.

Llegan a la élite del fútbol femenino en el mejor momento.

El futuro nadie sabe cómo será, pero llegamos en un momento muy bueno, no nos vamos a engañar. Va a ser complicado mantenerse, pero eso ya se verá.

Usted juega defensa central y tiene que enfrentarse a delanteras muy buenas.

Sí, se hace lo que se puede y las compañeras también ayudan. Nos entendemos muy bien.

¿Se imagina defendiendo a Alexia Putellas?

La verdad es que todavía no me he parado a pesar en la próxima temporada.

¿Siempre ha jugado de defensa?

No. Con los chicos, en el fútbol 7, siempre jugaba de defensa pero no había central. Y después, el año que jugué al fútbol 11 con los chicos fui lateral derecho. Pero desde que entré con las chicas, he sido central menos dos o tres partidos.

¿Central dura?

Yo considero que no. Siempre digo que me llevo más palos que las delanteras, pero alguno daré.

¿Muchas lesiones?

No, por suerte, y toco madera, ninguna.

¿Le han sacado muchas tarjetas en su vida?

No. Nunca me he perdido un partido por una roja ni por acumulaciones de tarjetas. De hecho, este año solo llevo tres amarillas.

Debía llamar la atención que una niña jugara con chicos.

Sí, aunque no me acuerdo mucho, pero es que había otra chica en el equipo. Llamaba la atención que dos mujeres jugaran y encima éramos de las que más jugábamos. Siempre están los típicos comentarios.

¿Esos comentarios empiezan a escucharse menos?

Por mi parte sí. Nunca he tenido un comentario ofensivo que recuerde aparte del típico marimacho y cosas así. A mí, como me daba igual, pasaba de ellos.

¿Jugó con chicos porque no había equipos femeninos?

No conocía ningún equipo femenino y tenía dos o tres amigos de la playa en El Puntal y por eso me metí a jugar allí.

¿Sus padres lo llevaban bien?

Bien porque les gusta mucho el fútbol, pero me apuntaron a la piscina porque querían que yo aprendiese a nadar, que es algo también muy importante en la vida para no ahogarse, pero yo estaba empeñada en jugar al fútbol y no quería ir a natación. Mis padres siempre me han apoyado y están encantados. Siempre han ido detrás conmigo.

¿Su padre le da consejos futbolísticos?

Antes sí me daba, pero ahora ya no mucho porque paso.

¿Y qué ha pasado para que hayan ascendido?

Lleva mucho trabajo detrás, sobre todo de Randri, que le ha puesto mucho de su tiempo y muchos años al proyecto. Al final se ha montado una estructura con buena base. No es lo mismo que vengan trece jugadoras nuevas a que haya una base, porque siempre se ha mantenido y eso, para hacer algo importante, es imprescindible. Te tienes que entender en el campo con la gente y eso no se consigue de un día para otro. Después, la gente que ha venido de fuera ha sumado mucho. Dentro del equipo no ha habido ningún mal rollo, todas nos hemos apoyado y hemos sido una.

¿Tendrán que cambiar mucho el equipo para jugar en Primera?

No. La base está y tendrán que llegar refuerzos.

En Alhama están locos con el ascenso.

La afición siempre nos ha apoyado. Hasta en los partidos contra rivales que no tienen nombre han venido a animar y siempre han respondido.

¿Qué fue lo más bonito de ese recibimiento tras el ascenso?

Que el pueblo se volcó y lo organizaron todo muy rápido. Prepararon el acto en unas horas porque nosotras jugamos el sábado a las seis de la tarde y el domingo estaba todo organizado. La gente se volcó.

¿Cómo fue el momento de enterarse en el vestuario que ya habían ascendido?

Nosotras habíamos entrado de calentar y nos metieron prisa. Yo recuerdo que estaba cambiándome y no había ninguna compañera con el móvil. Dentro del vestuario no había nadie del cuerpo técnico y de repente escuchamos un grito. Nos quedamos mirándonos. Recuerdo que tenía a las gemelas enfrente y me preguntaron qué pasaba, y les respondí que ya estaba, que habíamos ascendido. Nos pusimos a saltar y a celebrarlo, pero duró poco porque la colegiada estaba metiéndonos prisa. Y no habían pasado ni cinco minutos pero el club local, el Pozoalbense, nos hizo el pasillo de honor, que fue un gran detalle. Además, después del partido nos dejaron estar en el campo celebrándolo con la afición una hora y media.

En el fútbol femenino yo noto mucha deportividad.

Sí, yo diría que más que en el masculino.

A ustedes el club las trata como auténticas profesionales.

Así es. Tenemos de todo, incluso hay más cuerpo técnico que jugadoras. Siempre ha sido un club familiar, pero Randri y su padre, que es el presidente, han hecho mucho. Al principio, según me han contado, sufrieron bastante, pero ahora están recogiendo los frutos.

¿Vive ahora del fútbol?

Sí porque vivo con mis padres y se puede según lo que tengas que mantener y lo que estés haciendo en tu vida.

Ahora tendrán un salario mínimo.

Ahora vamos a dar un salto, pero no tengo ni idea, no me he parado a mirarlo.

¿Tiene representante?

Yo no tengo, pero sí que hay ya bastantes representantes en el fútbol femenino.

¿No le ha llamado ninguno?

Sí, me han llamado, pero les he dicho no.

¿Tan claro lo tiene todo?

Yo lo tengo muy claro, no necesito representante. Conozco a la gente del club muchos años y no tengo intención de irme a ningún sitio.

La voy a meter en un compromiso. ¿De niña de qué equipo era?

Compromiso ninguno, yo soy del Real Madrid, al que ya nos enfrentamos en la Copa de la Reina.

¿Es muy diferente el fútbol femenino al masculino?

La técnica yo diría que no, la única diferencia es la fuerza. El cuerpo de Cristiano Ronaldo no lo puedes comparar con el mío. Sí que nos superan en fuerza y en velocidad, pero no todos. De hecho, técnicamente veo a muchas chicas que le dan mil vueltas a los hombres.

¿Ha jugado al fútbol playa?

Sí, estuve un verano donde no tenía nada mejor que hacer, pero a mí solo me gusta la playa para tomar el sol. No me gustó mucho el fútbol playa.

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