Cuando Mariano García García (Cuevas de Reyllo, 25 de septiembre de 1997) tuvo que pasar por el quirófano para ser intervenido de una apendicitis un mes antes de los Juegos Olímpicos de Tokio, puso su mejor sonrisa y con la naturalidad que caracteriza a ‘La Moto’, se dijo a sí mismo que volvería más fuerte. Y lo hizo. Primero, en Nueva York, la ciudad de los rascacielos, avisó a todo el mundo que estaba de vuelta. Batió el récord de España de 800 metros lisos en pista cubierta, dejándolo en 1:45.12, y estableció la mejor marca mundial de la temporada. Después, en un inolvidable día de San José, en una carrera memorable, donde llegó a ir a cola en los primeros 400 metros, subió las revoluciones y logró el título mundial. Fue el primer momento cumbre de la vida deportiva de un hombre que en 2019 se ganó el corazón de muchos aficionados con aquella frase de «estoy to fresco» después de clasificarse para la final del Europeo de Glasgow, donde concluyó en la cuarta posición.

Mariano García no es un atleta al uso. De hecho, se salta todos los cánones establecidos en el deporte profesional. Sigue residiendo en el domicilio de sus padres, que viven de la ganadería, sale a trotar por los campos alrededor de Cuevas de Reyllo donde se cruza con cabras, y baja casi a diario a Fuente Álamo en bicicleta, que está a unos cinco kilómetros, para hacer series en una pista triangular de tierra donde se celebra el mercadillo de los sábados y que comparte con otros atletas populares de la localidad. Esa ‘instalación’ pasa a denominarse ahora ‘Mariano García, campeón del mundo’ por acuerdo de la corporación municipal de un pueblo que ya estaba en el mapa del deporte español por su popular triatlón, considerado uno de los mejores del país, y que ahora, gracias al atleta cuevero, también es conocido a nivel mundial. «Para qué vas a cambiar algo si te va bien. Mi vida no va a cambiar por esta medalla y seguiré entrenando en el mercadillo y en Cartagena», dice.

«Para qué voy a cambiar si funciona. Seguiré entrenando en el mercadillo»

García se inició en el atletismo hace unos doce años. Animado por Juan Antonio García Esparza, se inscribió en las escuelas deportivas, que son gratuitas para todos los fuentealameros. Él ya había comenzado a correr en su pueblo, pero delante de un perro de un vecino que le ladraba cada vez que volvía del colegio. Su entrenador desde entonces ha sido otro vecino de la localidad, Gabi Lorente, un extriatleta que con 32 años de edad tiene bajo su tutela a dos recordman nacionales, el propio Mariano García y Mohamed Katir.

Espontáneo, risueño y siempre dispuesto para todo el mundo, Mariano García compite con una sonrisa dibujada en el rostro. Le gusta gastar bromas, aunque una de ellas le costó una vez el título de campeón regional de cross, pero de la misma nació su gesto de la moto. «Cuando era cadete, me jugaba ser campeón regional de cross y lo perdí por hacer un poco el tonto en las curvas haciendo como que era una moto. Después, cuando competíamos en pista, los compañeros me pedían que hiciera la moto y eso se ha quedado conmigo», explica.

«Esta medalla es de Fuente Álamo y Cuevas de Reyllo aunque la tenga yo en mi casa»

Mariano García predica con el ejemplo. No es el típico deportista que abandona su carrera académica por centrarse en el deporte exclusivamente, un error que es muy generalizado pero que cada día va a menos. Combina el deporte de alta competición, con todas las exigencias que conlleva, con sus estudios en la UCAM de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. De hecho, uno de los consejos que dio desde el balcón a la chiquillería que se agolpó para aplaudirle bajo la lluvia en su homenaje, fue clara: «Haced deporte y estudiar», proclamó, a la vez que dijo que «esta medalla es de todos vosotros aunque la tenga yo en mi casa. Arrancamos la moto y esperamos que no pare». Y eso es lo que se espera ahora del atleta de Fuente Álamo, que siga corriendo y transmitiendo positividad, derrochando alegría allá por donde pasa. «No cambies nunca», le pidió la alcaldesa de su pueblo, Juana María Martínez, una mujer que también fue deportista en su juventud. Él, que admira a grandes del atletismo nacional como Fermín Cacho, Abel Antón o el mítico Mariano Haro, seguro que le hará caso.